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Ramami - La República Cultural
Desde el nueve de marzo ya podemos disfrutar, en soporte físico, del segundo disco larga duración de La Maravillosa Orquesta del Alcohol. Un trabajo que no se ha hecho esperar ya que se ha forjado entre los casi noventa conciertos de los que se compuso la gira de ¿Quién Nos a Salvar? Sobre el mes de marzo de 2014 surgen, de forma natural, las ganas de componer. Lo que podría parecer una tarea ejecutada desde la precipitación o la premura, pues no se nos antoja sencillo dar rienda suelta a la capacidad creativa mientras se está inmerso en la vorágine y el trasiego de una gira nacional, ha dado como resultado una obra esperanzadora, en la que han añadido un contenido más profundo, con más mensaje y han modificado la forma lo justo como para no perder su identidad y sin embargo no parecer que hacen siempre lo mismo, evitando así que se les pueda tachar de repetitivos. Cómo mínimo se intuye un trabajo y una dedicación frenética. Horas de carretera hasta llegar a un escenario y horas de local para sacar adelante los ensayos. Parece que a estos, esto de la música, les gusta un poquito.
Hace no mucho comentaba con un pianista compositor cómo se consigue no caer en el plagio. Su respuesta era muy clara: “no tengo miedo a plagiar, eso se ha hecho desde el principio de los tiempos, lo que realmente me carcome es conseguir que mi música suene a mí mismo. Que la gente, cuando escuche mis composiciones, me reconozca en ellas.” Bien cierto es que cuando uno pone la voz en las canciones es más fácil ser identificado y reconocido pero aun así es tal la avalancha de música que nos llega que no resulta sencillo conseguir una identidad o más concretamente, un sonido propio en el que ser reconocido. Esto es algo que La Moda ha logrado alcanzar. Tras su sonido folk country irlandés, con aromas celtas y pizca de toques punk, sobresale un sonido personal que estos burgaleses han sabido encauzar y por el cual se les reconocerá.
Grabado en los estudios Garate, en Andoain (Guipúzcoa) y arropados por un equipo de élite. Producido y mezclado por Santi García (Standstill, The New Raemon, Toundra), con Kaki Arcarazo a los mandos técnicos y con arreglistas como Diego Galaz entre otros, se vuelven a permitir el lujo de la autoedición manteniendo así su independencia editorial.
Este recién estrenado trabajo viene cargado de nuevos y arriesgados matices amparados en las bases que les han llevado hasta aquí. Entre esas bases originarias siguen estando la voz rasgada de David Ruiz, la instrumentalización habitual de acordeón, saxo, banjo, violín, una novedosa trompeta y un ritmo vital capaz únicamente de inyectarte energía desbordante. Sin embargo, entre los novedosos matices añadidos, quizás destaque el aparente desengaño y la amargura ocasionada por la evidente e inevitable realidad en la que estamos anegados. Pero solo es eso, algo aparente, ya que desde el título se dibuja el mensaje esperanzador que quieren trasmitir, ese en el que todo invierno tiene o termina, según se vea, su primavera. Y por si alguien no pilla el paralelismo del título, arrancan con la breve intro de Nubes negras: “Píntalo todo de negro cuando busques una luz / restos de clavos ardiendo, interminable cielo azul…” curiosa forma de infundir ánimos y esperanza pues siempre habrá un clavo ardiendo al que nos deberemos agarrar para terminar encontrando una salida porque de éstas siempre hay. No rendirse nunca es la consigna.
Impulsados por las propias vivencias, llenan sus canciones de experiencias vitales y muy personales. Humildes y realistas, han aprendido a pisar fuerte en la tierra y aunque no abandonan luchar por sus sueños, no quieren dejarse engañar por falsos espejismos. Con ¿Quién Nos a Salvar? no solamente consiguieron el reconocimiento que venían mereciendo sino que se embaucaron en una gira que les ha hecho crecer y que les ha empezado a encumbrar a lo más alto de esta montaña rusa en la que se han montado con el deseo, como nos cuentan en Miles Davis, de quedarse justo en el pico, ni antes ni después.
En Amanecederos nos retratan el agitado devenir que han sufrido para la gestación del disco: “¿quién te ha salvado del año pasado?, el tiempo que tarda en cerrarse el telón / hemos idos agarrándonos fuerte a las curvas por las carreteras de cada canción / andando sobre un alambre como las líneas de la vida de delgado y nunca ha habido red / ibuprofeno, lluvia, ceniza, frustración, noches de euforia, mañanas sin pena ni gloria…no tenemos otra opción…”, canción que junto a Hay un fuego más que cantadas son recitadas, novedad de forma que incluyen en este disco y en las que la voz de David adquiere más pasión y más vehemencia a la hora de transmitir sus pensamientos en forma de emociones.
Repiten en el recurso de las colaboraciones. Si en el anterior echaron mano de Quique González, en este lo hacen por partida doble. Por un lado está Gorka Urbizu (Berri Txarrak) en PRMVR, un Gorka referente e ídolo del grupo y por el que para ver la presentación de uno de sus discos tuvieron que dormir en la estación de Bilbao. Una efectiva manera de fusionar y rendir homenaje a los muchos y diferentes estilos musicales por los que tienen verdadera pasión. Por otro lado, y entre tanta testosterona, se hacía necesaria la incursión del toque femenino. María Rodés da ese contrapunto de voz en Hay un fuego.
Puestos a imaginar pequeños homenajes o pequeños guiños a su ciudad de origen, pues los tienen, uno podría pensar que dicho galardón recae sobre Catedrales, pero no, sutilmente en Disolutos, nombran los soportales de Antón, uno de los lugares más recurridos para quedar con amigos en la ciudad burgalesa antes de ir a tomar un café, ir al cine o esperar al autobús y que recientemente fueron restaurados dando más esplendor a una entrañable nostalgia.
En definitiva un disco más comprometido y cargado de contenido, con variaciones en la concepción y elaboración armónica, más falta de estribillos pegadizos y ritmos impetuosos pero ganando en los detalles emotivos e íntimos tanto a nivel musical como textual. Los temas se han vuelto más reflexivos, más pausados pero con mayor profundidad, más trabajados y aportando matices más creativos. Han sabido esconder tras esa falsa oscuridad de la que parece estar impregnado este trabajo el resurgir de la vitalidad y después de cada inicio cabizbajo consiguen dar un paso al frente, elevar bien alto la cabeza y dar una buena porción de ánimo a la esperanza.
Ahora solo queda esperar cómo van a trasportarlo al directo, sin duda, uno de los puntos más fuertes de este septeto y que a pesar de ese aire pensativo y reposado de esta Primavera, sabrán impregnarle de la energía y la fuerza a la que nos tienen acostumbrados, pues éste es uno de esos sellos de identidad en los que su personalidad se ve directamente reflejada. Una tempestad que bien merece disfrutarla sin esperar la calma.
