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ISSN 2174 - 4092

Separación de poderes, en espera de Abril - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

En 1747, un ciudadano llamado Montesquieu proponía un hecho sencillo para el Estado: que el poder fuese límite del poder. ¿Cómo llevarlo a cabo? La fórmula no es más que el ejemplo de lo que hoy los llamados neoliberales (la derecha capitalista pura y dura), ha pervertido en el funcionamiento del sistema económico: la libre competencia. Lo que parece extraño es imaginar que los principios que luego regirían en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la Revolución Francesa, allá por 1789, podrían incluir un principio que atara, precisamente, esos derechos, como hoy lo hacen esos principios regidos por un sistema encorsetante, cual es el del sistema económico que nos rige. Pues bien, es que no es así.

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Separación de poderes, en espera de Abril

Cuando el Estado cierra una vía, la ciudadanía puede abrir otras

Manifestación por la República
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Manifestación por la República

Cartel de la convocatoria de 2015

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Manifestación por la República

Cartel de la convocatoria de 2015

Julio Castro – La República Cultural

En 1747, un ciudadano llamado Montesquieu proponía un hecho sencillo para el Estado: que el poder fuese límite del poder. ¿Cómo llevarlo a cabo? La fórmula no es más que el ejemplo de lo que hoy los llamados neoliberales (la derecha capitalista pura y dura), ha pervertido en el funcionamiento del sistema económico: la libre competencia.

Lo que parece extraño es imaginar que los principios que luego regirían en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la Revolución Francesa, allá por 1789, podrían incluir un principio que atara, precisamente, esos derechos, como hoy lo hacen esos principios regidos por un sistema encorsetante, cual es el del sistema económico que nos rige. Pues bien, es que no es así.

Separación de poderes y los derechos ciudadanos

Quiero decir que, si bien el principio de Montesquieu puede semejar, así enunciado, al que hoy otros se apropian (al igual que del nombre de liberales), no se corresponde más que con el principio de la “separación de poderes del Estado”, es decir, la independencia entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que luego la explosión revolucionaria conduciría hasta el deseo de control por parte del pueblo, convertido así en ciudadanía o, como podríamos enunciar, un conjunto de personas que han dejado de ser lacayos, para ser dueños de sus propios destinos, en lo individual y en lo colectivo.

Qué sencillo parece, así expuesto, como grandioso debió de parecer en sus días, hace más de dos siglos, a quienes plasmaban la declaración que, esperanzadamente, habría de llevar a todos los pueblos hacia la definitiva libertad y hacia la ecuanimidad de una República que se alzaría en nombre de ciudadanas y ciudadanos, por encima de los abusos que se cometieron durante milenios sobre los legítimos dueños de su destino, ahora despojados de aquel.

Sin embargo, para llegar a la mejorada Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en aquella Revolución, habrá que aguardar al Directorio de la I República Francesa que, en 1795, aprobaría dentro de la Constitución Republicana de octubre. Cuatro años duró aquella República, que fue la que definitivamente cambiaría la visión del mundo, pese a las barbaries e injusticias que aún se vivirían después.

Se cumplen ahora 220 años de aquel momento, como también se cumplen 84 años de la aprobación de nuestra II República Española, que vería la luz en diciembre de 1931 de la mano de tantos demócratas, y con la firma de Niceto Alcalá-Zamora. Si la de Francia fue revolución que dio alas liberándose del yugo de la sangre absolutista, la de nuestro país sería ejemplar, porque, en primer lugar, fue el primer destello de luz de libertad tras más de 130 años de buscar aquellas “rosas en el mar” (como sugería Luis Eduardo Aute en su canción), que perduraría durante más de siete años en España, pero cerca de medio siglo si computamos a la República en el Exilio.

El soberano del Estado, controla al Estado Soberano

Nada cambió tras la imposición de un monarca en nuestro país, donde se decía que regresaba la democracia, pero sí nos vendieron un remedo de libertades, tamizadas por los poderes reales y por los poderes fácticos que, como decía el maldito dictador, suponían una “libertad dentro de un orden”. Nada en absoluto ha transmutado el control de los poderes desde un único peldaño del Estado, donde se llama “de Derecho” a aquello que sólo se autoperpetúa, persiguiendo y haciendo jirones cualquier atisbo de rectificación hacia la línea correcta de aquella igualdad, libertad, fraternidad que suponía una primera revolución global.

Los poderes nada cambian, ya que el Estado, sometido a un personaje que hereda los derechos fundamentales sobre el pueblo, controlan por vía de un primer ministro al Ejecutivo, que determina lo que aprobará el Legislativo y que, para colmo de escarnios, tiene como una de sus múltiples funciones ordenar, controlar y elegir a los funcionarios que rigen el poder Judicial, pero que, además, sanciona sus funcionamientos internos y externos. En su tiempo (y hoy) esto se denomina poder absoluto.

La Educación controlada tras la unificación de poderes

Cuando este 14 de abril, ciudadanos y ciudadanas español@s salimos a la calle, encontramos que nuestros mayores han ido desapareciendo: recordamos y respetamos. Que hay much@s coetáneos que han seguido haciendo y luchando por tod@s, a la vez que hay un enorme relevo generacional que, sin embargo, ha seguido heredando la falta de cultura democrática de nuestro pasado, por sencillos hechos: aquella II República no existió en los libros escolares, en las clases y en los medios de comunicación (hoy convertidos en palabras de tertulian@s), se tilda de anacrónico hablar de la Revolución Francesa, que equivaldría a decir que los principios de Arquímedes están “pasados de moda”, o que griegos y fenicios eran unos alegres comerciantes.

Y es que, la consecuencia de esa separación de poderes, acaba deviniendo en catástrofe, cuando la autoperpetuación proviene del control de la escuela y la educación básica. Aprendieron bien. Sabían que tras el golpe de Estado del año 1936 había que asesinar a maestros y maestras, porque eran quienes abrían la mente a las personas de nuestra propia revolución ciudadana. Porque la reclamación de derechos se hunde en la ignorancia de los pueblos, y es conducida hacia las mansas aguas de quienes no conocen más que el momento de apretar un tornillo, pulsar una tecla, o dar hijos al mundo que perpetúen la especie.

¿Quién dijo que las clases…?

No todo está perdido, porque como quiera que la clase proletaria ha vuelto a aparecer como no se esperaba, de la mano de las personas desahuciadas, de quienes llevan años sin un trabajo mínimamente digno, de aquellas familias que, cargadas de hijos y de deudas por una sociedad de consumo, han tenido que encontrarse en las calles y en las redes sociales (en esas otras redes sociales, en las de ayuda mutua que ha construido la amistad y la solidaridad), ahora vamos a parar a un punto de encuentro común.

Porque si han renacido proletarios y proletarias, gentes que deben depender de su prole para sobrevivir en su madurez, o que deben apoyar a su familia para no hundirse conjuntamente, también ha resurgido una pequeña burguesía que, rebelde a los preceptos mamados de una clase dominante, o de unas generaciones conformistas, han querido romper cadenas, las suyas y las ajenas, y hoy se mezclan en una amalgama que exige otras cosas.

Y la Cultura que no cesa

Y el mundo de la Cultura, como siempre lo he visto, en medio de ese frente, que no dejará de generar inquietudes en la sociedad, para querer convertirse en aquella ciudadanía que hoy puede ser el mañana. El tiempo pasa y los conformismos seguirán existiendo, pero no dejo de ver a creador@s de la Cultura inquiet@s y revolucionari@s, que lanzan sus ideas y sus propuestas sin importarles que el dinero no entre a sus bolsillos en la manera en que otros se lucran con una falsa belleza. Pero que sí se preocupan por que todo llegue a sus destinatarios, que sean quienes hagan crecer las creaciones que escapan de sus manos.

Hoy superan inmensamente en número aquellas personas del teatro, la literatura, la danza, la poesía o la música, que quieren otro momento diferente, y que no callan a través de sus medios o de los ajenos, ni dejan de evolucionar hacia un espacio de mayores libertades. Hace pocos meses asistía a dos obras que, una vez más, hacían saltar una espita sobre los ejemplos de la escena, del texto o del pensamiento en este entorno, y me hacían volver a aquella sensación de todo lo que sigue vivo en otras generaciones, de cómo han de trabajarse la memoria, el presente y el futuro, para comprender que hay que construir caminos, pero que también hacen falta innumerables manos, cabezas, voluntades…

La separación de los poderes del Estado no funcionó, o la realidad es que no existen, pero hay nuevos poderes que equilibrar, así que el de la Cultura debe alejarse del de Estado, porque es una punta de lanza aún no explotada, capaz de ofrecer nuevas visiones, pero si el control de los poderes económicos llegan a supeditarla, no veo que haya más espacios para iniciar otra lucha.

La cuestión, como siempre, es el techo más que los recursos, porque si no somos capaces de crecer con decisión, el límite está ahí mismo, nuestra cabeza en conjunto alcanza el momento en que habrá que romper por encima, para que surja una nueva sociedad y crezca y florezca a la nueva libertad del aire en que habremos de envolvernos. De otra forma, este espacio que nos contiene, será como una olla que explote en su presión.

Alguien, errado, creyó que las libertades podían confinarse al pensamiento, pero no comprendió que las ideas, cuando crecen y maduran, tienden a solidificar. Es nuestro 14 de abril, es nuestra lucha y habremos de traer un mundo nuevo. Nos vemos en las calles.

Fecha: el Martes 14 de abril de 2015

Horario: a las 19:00h

Lugar: Pza. de Cibeles - Puerta del Sol (Madrid)

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Fecha: el Martes 14 de abril de 2015

Horario: a las 19:00h

Lugar: Pza. de Cibeles - Puerta del Sol (Madrid)

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