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Calle 13 y Ana Tijoux, voces de la discordia en Pirineos Sur - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

El segundo día de la vigésimo cuarta edición del Festival Internacional de la Cultura mantiene la firmeza y la lucha por valores como la justicia y la igualdad para los más débiles. Si en el primer día hablaron las buenas intenciones, el segundo estaba reservado para la contundencia. La acción directa, las ideas sin tapujos, ni florituras ni ambigüedades. La claridad y la concisión como premisas para la consecución de unos objetivos por los que siempre están en pie y por los que siempre estarán en lucha. El primer cambio que llama la atención con respecto al día anterior con Malikian, Noa y Mira Awad, es que la edad media del público ha bajado bastante y como consecuencia de ello, a pesar de que técnicamente el sonido y los juegos de luces del escenario Lanuza es igual de impecable en los dos días que llevamos de festival, no ocurre lo mismo al otro lado del charco.

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Calle 13 y Ana Tijoux, voces de la discordia en Pirineos Sur

El verso y la palabra, las mejores armas para asaltar conciencias

Pirineos Sur 2015
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Pirineos Sur 2015

Ritmos y complicidad sobre el escenario Lanuza.
Foto: Raúl Martínez.

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Calle 13 termina su gira dándose un baño y no solo de multitudes.
Foto: Raúl Martínez

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Ramami - La República Cultural

El segundo día de la vigésimo cuarta edición del Festival Internacional de la Cultura mantiene la firmeza y la lucha por valores como la justicia y la igualdad para los más débiles. Si en el primer día hablaron las buenas intenciones, el segundo estaba reservado para la contundencia. La acción directa, las ideas sin tapujos, ni florituras ni ambigüedades. La claridad y la concisión como premisas para la consecución de unos objetivos por los que siempre están en pie y por los que siempre estarán en lucha.

El primer cambio que llama la atención con respecto al día anterior con Malikian, Noa y Mira Awad, es que la edad media del público ha bajado bastante y como consecuencia de ello, a pesar de que técnicamente el sonido y los juegos de luces del escenario Lanuza es igual de impecable en los dos días que llevamos de festival, no ocurre lo mismo al otro lado del charco. Las cinco mil personas que abarrotan el auditorio no paran de hablar ni de gritar incluso su murmullo a veces llega a equipararse al nivel de los que tienen en su poder un micrófono. Casi hasta se solapan. El respeto por el artista es muy diferente al que se pudo ver el día anterior. Hoy el espectáculo no es tan familiar y el concepto de diversión es muy diferente.

Independientemente de los diferentes estilos musicales que desfilaron anoche como el hip hop, la cumbia, reguetón, rap, ska, merengue, salsa… con lo que se adornan y envuelven las canciones, el denominador común fue el mensaje rebelde, atrevido y totalmente reivindicativo.

Ana Tijoux y Calle 13 han pasado de ser rivales nominados a los Grammy por el mejor álbum latino rock/urbano/alternativo de 2014 a compañeros de escenarios españoles. Los artistas de anoche llegaban directamente de tierras galegas, casi sin descanso pues ambos acaban de pasar por el festival de Port América.

La noche comenzaba con un cambio de última hora en la programación inicial del cartel. Calle 13 pasaban a encabezar la noche haciendo de “teloneros” de Ana. Esta permutación en el orden protagonizó un cierto desconcierto. Se había vendido todo el papel en las taquillas y muchos de los que iban a asistir al evento no se habrían percatado de la variación en el programa. Se podía prever que muchos de los posibles asistentes llegasen con cierta tranquilidad y por tanto con retraso para ver a Calle 13. Y en parte así fue. La gente no terminaba de entrar. Desde la organización se decidió retrasar el inicio quince minutos pero el séquito de los portorriqueños tenía cierta prisa por empezar y no querían esperar. Entre bambalinas se vivieron momentos de tensión pues hubo un instante en el que peligró la actuación pues los responsables del equipo de latino amenazaban con no salir. Al final Calle 13 saltó con veinticinco minutos de retraso y sin su correspondiente presentación previa (para no perder más tiempo), aunque a decir verdad no creo yo que estos chicos necesitasen de muchas presentaciones. Las cinco mil almas que habían abarrotado el auditorio tenían muy claro a quién iban a ver.

La impaciencia del respetable y el creciente cabreo enseguida se disipó. Hicieron falta tres notas de Fiesta de locos para que el público se olvidara de todo, se pusiera a saltar, a levantar las manos y a cantar como para quedarse afónicos con la primera canción. Impresionaba ver a todo el auditorio saltando al unísono. Y cuando digo todo era todo. ¡Sobrecogedor! La noche se había quedado muy apacible y sin previsión de lluvia. René (Residente) enseguida comenzó a subir la temperatura del ambiente y casi al unísono, unos cuantos atrevidos se despojaron de las ropas y se lanzaron al agua del foso que separa el escenario del auditorio. Osada provocación que terminaría teniendo su inesperada y divertida consecuencia.

Posiblemente el concierto de ayer fuera la última oportunidad de ver en directo a Calle 13 en España. En otras ocasiones ha habido dificultades de disfrutar de su espectáculo por cuestiones burocráticas pues no les han faltado trabas por ser considerados grupo de alto riesgo. Ahora son ellos los que parecen poner un punto y final mientras abren nuevos caminos, nuevos proyectos en solitario. Pero mientras ese futuro llega hablemos de este reciente pasado.

Calle 13 había saltado al escenario cual gladiadores dispuestos a comerse el mundo, dispuestos a convertir la noche en esa Fiesta de locos. Pronto se demuestra que la gente quiere esa fiesta y que los cuerpos están preparados para darles todo el movimiento que los ritmos latinos de estos puertorriqueños les propongan.

Nos enseñaron a bailar como los pobres y brindamos por El aguante}}}, que es como decir que brindamos por la capacidad de sacrificio y sufrimiento del ser humano, haciendo alusión directa a la nueva ley mordaza.

Nos dijeron que no había nadie como nosotros y nos lo creímos. Y si a esas alturas alguien tenía la osadía de llamar la atención por su estático estado a ell@s les dedicaba la Cumbia de los aburridos. Nos obligaron a abrazarnos con quien tuviéramos al lado. Nos invitó a brincar para demostrar que estamos vivos, aunque fuera con la mente si algún impedimento físico nos lo negaba.

Nos aconsejaron que no debemos morir haciendo algo que no nos gusta y que busquemos el trabajo que nos llene. Nos informaron del beneficio de las redes sociales y lo fantástico que es que gracias a ellas se produzcan movimientos como el 15M o las revueltas estudiantiles de Chile, pero Residente escribió Multi Viral para que seamos cautos y no nos creamos todo lo que aparece en los medios, que seamos críticos y creemos nuestras propias opiniones.

Nos descubrió que los Ojos color sol le dan de comer para toda la semana y que sus besos le proporcionan la vitamina D necesaria. Nos aullaron que ningún ser humano es ilegal. Nos descubrió que Puerto Rico también es Latinoamérica y que no podemos comprar los colores, ni mi alegría, ni mis dolores.

En plena excitación, terminó pinchándonos, provocándonos, nos incitó a que nos atreviésemos y a fe que más de uno se ya se había atrevido. Nos hicieron cantar a un unísono coro que todo lo que hacemos es por ti porque tú me sacas lo mejor de mí, que somos lo que somos porque tú eres todo lo que queremos.

Y después de todas esas lecciones magistrales remataron gritando que les gusta el desorden, que rompen con las reglas, que son indisciplinados y por tanto se iban a portar mal. Pero antes advertían, que si rompemos alguna regla ha de ser para construir. Y así debe ocurrir en todos los movimientos artísticos, deben romper las reglas para que se muevan y evolucionen. Lo mismo que en el arte ha de ocurrir también en la vida. Y para muestra un botón. En un abrir y cerrar de ojos, Calle 13 volvió a hacer botar a los asistentes al grito de: “somos indisciplinados…ooh ooh ooh” y antes de que se diesen cuenta, según finalizaba la canción fueron desfilando tirándose uno a uno al foso-piscina del escenario. La apoteosis se desató en el recinto. Fueron valientes/inconscientes pues la profundidad no parecía suficiente como para amortiguar un cuerpo lanzándose de tal altura, pero incluso peor pudo ser que el público se podría haber abalanzado sobre ellos, pero por los visto no había más atrevidos dispuestos a mojarse esa noche. El mayor susto se lo llevaron los de seguridad que rápidamente tenían que rescatar del naufragio a sus protegidos. Volvieron al escenario y con el suelo empapado se despidieron. Una más que refrescante fin de gira.

Ana Tijoux tenía el difícil papel de romper la segunda lanza de la noche. Esta artista de sangre chilena vino cargada de energía y emotividad. Luchadora incansable en favor de las mujeres y poniendo el punto de mira en los problemas cotidianos y vitales que rodean las circunstancias de este sexo en cualquier parte del mundo. No se considera una rapera al uso ni estándar. Se encuentra lejos de aquellos que sacan en sus videos cuerpos esculturales, veloces coches o playas con encanto. Entiende que su música y especialmente sus letras, deben comprometerse con la sociedad y siente que debe ser, aparte de divertida, útil. Cultura urbana cien por cien.

Después del apoteósico final de Calle 13 bañándose en el foso parecía difícil mantener el nivel de excitación del abarrotado auditorio. Sin embargo ella también se daría su particular baño de multitudes. La gente tenía ganas de más fiesta y más baile. Buena prueba de ello es que si Calle 13 inició el concierto con prisas, ahora Residente y algún miembro más del equipo se quedaron a ver la actuación de la chilena… ¿Será ella el relevo natural del vacío que va a dejar Calle 13? El tiempo lo dirá pero madera para convertirse en la más representativa rapera de Latinoamérica tiene de sobra. Ritmo no le falta y cosas que reivindicar le sobran.

Si quisiera resumir en un solo vocablo la noche de ayer, no cabe duda que la respuesta la tiene Anita, porque aparte de venir “con el mundo y todas sus estaciones”, de venir “buscando el ideal de un mundo sin clases que se pueda levantar”, vino “con la palabra, esa palabra hablada, sin temor a no perder nada”. No es la única referencia. En Sacar la voz, vuelve a resaltar el poder de ese artilugio verbal y la necesidad de su uso. “Sacar la voz que estaba muerta […] respirar y sacar la voz”. Claro que Residente no se queda atrás; “mis respuestas pueden ser tan agresivas que hasta las letras me huyen porque tienen miedo de que las escriba […] convierto letras en ideas como un ilusionista” o ya puestos a presumir de poderío verbal no se corta al decir: “tengo más vocabulario que cualquier diccionario” y no parece faltarle razón pues las palabras salen a borbotones de su boca como si no tuvieran fin.

Efectivamente, lo de anoche fue una lucha de titanes, virtuosos de la palabra, arma letal que más de uno quisiera tener en su poder y muchos más, por impotencia, quisieran hacer callar.