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Aleksandar Tišma o la herida de la historia - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

En una de las narraciones que componen el ciclo Ramas entrelazadas se narra la historia de un edificio de Novi Sad que, tras haber sido sede de un periódico durante los años de ocupación de la ciudad, pasó a convertirse en sala de cine tras la liberación. En los despachos del diario Naše novine, que durante la guerra estuvo bajo control de los ocupantes húngaros, volvían a sonar, tras ella, los teléfonos y el repiqueteo de las máquinas de escribir, aunque los habitantes del edificio fueran ahora otras personas. Así, a las mentiras difundidas antes por los aliados del Eje sucedió otra nueva: la del cine. Todo ello, anota el narrador, nos habla “tanto de la perseverancia de las estructuras humanas como de la impotencia o carácter ilusorio de las palabras que sirven para revelarlas”. Este episodio de El libro de Blam ilustra con eficacia el sentido general de la escritura de Aleksandar Tišma.

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Aleksandar Tišma o la herida de la historia

Un recorrido por la obra novelística del autor serbio

A las que amamos
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A las que amamos

Portada del libro de Aleksandar Tišma en editorial Acantilado.

El libro de Blam
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El libro de Blam

Portada del libro de Aleksandar Tišma en editorial Acantilado.

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José Ramón Martín Largo – La República Cultural

En una de las narraciones que componen el ciclo Ramas entrelazadas se narra la historia de un edificio de Novi Sad que, tras haber sido sede de un periódico durante los años de ocupación de la ciudad, pasó a convertirse en sala de cine tras la liberación. En los despachos del diario Naše novine, que durante la guerra estuvo bajo control de los ocupantes húngaros, volvían a sonar, tras ella, los teléfonos y el repiqueteo de las máquinas de escribir, aunque los habitantes del edificio fueran ahora otras personas. Así, a las mentiras difundidas antes por los aliados del Eje sucedió otra nueva: la del cine. Todo ello, anota el narrador, nos habla “tanto de la perseverancia de las estructuras humanas como de la impotencia o carácter ilusorio de las palabras que sirven para revelarlas”. Este episodio de El libro de Blam ilustra con eficacia el sentido general de la escritura de Aleksandar Tišma.

Nuestro autor nació en Horgoš, aldea perteneciente al municipio de Kanjiža, en Voivodina, de padre serbio y madre judía húngara. Hizo el bachillerato en Novi Sad y estudio Germanística en Belgrado. Estuvo preso en un campo de concentración y más tarde se unió al ejército yugoslavo de liberación. Siendo joven trabajó en la prensa, y a esta actividad, como redactor muchos años de diversos periódicos y como miembro de la institución Matica Srpska, consagrada a la normalización de la lengua serbia, dedicó la mayor parte de su vida, hasta su jubilación en 1982. Ello no le impidió desarrollar una tardía vocación literaria que inició con casi cuarenta años y de la que sería fruto un monumental ciclo narrativo, el de Ramas entrelazadas, compuesto por cinco títulos. Tišma escribió otras novelas al margen del mismo y algunos relatos, los cuales fueron reunidos en el volumen Sin un grito, que se publicó en 1980. Nuestro autor perteneció al gremio de escritores centroeuropeos del que también son parte Czeslaw Milosz, Danilo Kiš y György Konrád. Fue traductor de Imre Kertész al serbio y recibió varios premios en su país, que abandonó en 1993 para instalarse en Francia, y al que regresó tres años más tarde. Murió en 2003 en Novi Sad.

Hoy en día Tišma es todo un clásico de las letras serbias, de lo que es testimonio su aparición episódica en la novela Islednik, con la que el autor serbio Dragan Velikić obtuvo el prestigioso Premio NIN el año pasado, el cual también obtuvo nuestro autor en 1977. Una calle principal de Novi Sad ha recibido recientemente su nombre, y existe el proyecto de convertir la que fue su casa en museo. Las obras de Tišma han sido traducidas a más de quince idiomas, estando algunas de ellas disponibles para el lector en castellano en la editorial Acantilado.

La obra por la que más se recuerda a Tišma es el ya aludido ciclo de Ramas entrelazadas, el cual se compone de las novelas El libro de Blam (1972), El uso del hombre (1976), Escuela de impiedad (1978), Lealtad y traición (1983) y El Kapo (1987). Un año antes de su fallecimiento, durante una estancia en Berlín, de cuya Academia de Artes era miembro, Tišma explicó en una entrevista algunos acontecimientos de su vida que resultan útiles para comprender los motivos y los significados de esta magna obra a la que dedicó la mayor parte de su actividad creativa. Afirmó entonces que “la casa natal es el germen de la vida”, y que contando seis o siete años sus padres le pusieron bajo la tutela de una maestra que le enseñó alemán y francés. Esta maestra, a la que debía el dominio del alemán a pesar de no haber vivido nunca en Alemania, le sirvió de modelo para uno de los personajes de El uso del hombre, y su diario, que el propio Tišma encontró por casualidad, aparece reproducido literalmente en dicha novela. Un episodio trágico de su juventud, la llamada “matanza del Danubio” en la que perecieron mil cuatrocientas personas entre serbios, judíos y comunistas, y que también fue descrita por Danilo Kiš, constituye uno de los temas recurrentes de la obra de nuestro autor, y posiblemente fuera la causa principal de que en él se despertara su vocación de cronista. Tišma la evocaba así: “Hubo resistencia contra la ocupación, y las autoridades reaccionaron efectuando incursiones. Una de ellas fue la del 4 de enero de 1942. Arbitrariamente las patrullas mataron a muchos, a otros los dejaron ir. Cuando terminó la masacre la mayoría de los cuerpos fueron arrojados al Danubio. A mi abuela la detuvo una de esas patrullas, pero en el último momento la mandaron de vuelta a casa. Se fue a vivir a Budapest con una hija, y más tarde yo me reuniría con ella”.

Cuando Tišma regresó a Novi Sad después de la guerra se encontró con una ciudad que había sido multiétnica en gran parte destruida. Los judíos habían sido deportados y asesinados, y no mucha mejor suerte había corrido la minoría alemana. Las obras de Tišma no hablan de la guerra, sino de los personajes que habiendo salido de ella, como él mismo, miran atrás cuando tratan de reincorporarse a una vida normal. No narran, pues, las acciones en el frente, sino el recuerdo de la vida en la retaguardia, de la resistencia y la represión y de los traumas con los que debían vivir los supervivientes.

La primera de las novelas del ciclo, El libro de Blam, estaba ya en la mente del autor en los años cuarenta, durante la propia guerra, concebida en principio como una historia en parte autobiográfica de retornados. Los personajes protagonistas, Blam y su mujer, Janja, tuvieron una existencia privada de forma durante más de dos décadas, hasta que el novelista comprendió que debía escribir su historia “como un informe de Novi Sad”, una crónica de los sucesos recientes de la ciudad vistos y vividos a través de los personajes, convertidos así no ya en protagonistas, sino en instrumentos de la memoria. Por medio de ellos asistimos a las peripecias de otros personajes, como las de Ester, la hermana de Blam, estudiante y comunista de diecisiete años que muere cuando iba a ser arrestada. O la de Popadić, colaboracionista y director del periódico oficial que tras la liberación iba a ser fusilado. Pero también se nos muestran, como en un retrato familiar, las destrucciones y las transformaciones de los edificios y calles, a los que se asigna un papel más allá del convencional como telón de fondo y ambientación de los hechos narrados. En la memoria que cuenta con frialdad los acontecimientos de Novi Sad las calles, los edificios y los personajes parecen nutrirse unos de otros, haciendo crecer la trama narrativa mediante una tupida red de correspondencias recíprocas.

El carácter multiétnico de Novi Sad cobra relevancia en la segunda novela del ciclo, El uso del hombre. El hilo de la crónica efectuada aquí se despliega a través de un diario, el de Anna Drentvensek, profesora de alemán que encarna en sí misma las luces y las sombras de la cultura germánica, con su doble alma cargada de refinamiento artístico y de un imperialismo fundado en la creencia de la superioridad racial. Pero este libro extraordinario es sobre todo un retrato de grupo en el que se cruzan las vidas de multitud de personajes de orígenes étnicos y sociales diversos, todos ellos sometidos al terror de la ocupación nazi y del gobierno títere del almirante Horthy. Aquí el relato escapa por momentos de las calles de Novi Sad para trasladarnos al campo de concentración de Auschwitz, por cuyo burdel pasará Vera, signo fiel de una época marcada por la crueldad y la dominación. El heroísmo que eventualmente, y de manera trágica, aparecía en las páginas de El libro de Blam, está mayormente ausente de este retrato coral cuyos personajes se mueven por medio de los impulsos que dicta la mera necesidad de sobrevivir. Y contrapunto dramático a la ferocidad humana que describe el autor es en estas páginas el entorno natural, con sus bosques y su inabarcable belleza.

Tišma declaró en alguna ocasión que siempre quiso describir los campos de exterminio y cómo pudo suceder que unos pocos asesinaran a cientos de miles, incluso a veces con la participación de los mismos presos. Si este universo concentracionario ya tiene una primera y sobrecogedora descripción en El uso del hombre, es en cambio en El Kapo donde alcanza su forma más acabada. Fue el conocimiento del relato de los judíos de Zagreb el motivo que sirvió de inspiración a esta novela en la que se reconstruye con fidelidad la organización interna de los campos, con sus correspondientes comités y sus presos privilegiados, quienes ejercían su no pequeño poder para obtener alimentos, bienes y favores sexuales. Al igual que en los libros anteriores, en los que Tišma se sirvió de abundante documentación acerca del régimen de vida en Voivodina bajo la ocupación húngara, para este libro hizo uso de infinidad de testimonios relativos a la Ustacha, la cual ejerció su autoridad y su terror en Croacia. Aquí, de nuevo, los hechos se revelan con la frialdad que confiere una distancia de décadas, convocados por la memoria de Lamian, para quien “todos los que hemos sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial fuimos cómplices y culpables de la muerte de los demás”. Lamian, judío converso que en los campos realizó labores de intermediario al servicio de los verdugos, trata mucho tiempo después de alcanzar de una mujer, Helena Lifka, un perdón o una condena que le libre por fin del azote de su conciencia, para lo que deberá sumergirse, junto al lector, en la barbarie de los campos de exterminio.

Por estas páginas circula una corriente que es común a víctimas y verdugos, como también a todas las comunidades étnicas que habitan las ficciones de nuestro autor: el deseo. La sexualidad siempre insatisfecha, usada a veces como procedimiento para sojuzgar al débil, campea en las oscuras callejas de Novi Sad y en los barracones de los campos. Y es de vuelta a Novi Sad, en la postguerra, adonde nos traslada Tišma en una de sus últimas novelas, A las que amamos, libro en el que dirige una mirada lúcida y perturbadora hacia la prostitución, representada por el personaje de Beba, quien mientras cumple con los deberes y rutinas propios de su oficio se interroga acerca de la forma de recuperar a su antiguo amante. Un libro que, como toda la producción de Tišma, también tiene su parte de epopeya, pequeña epopeya de almas y cuerpos anónimos, de geografía íntima rebosante de anhelos que, durante la lectura de estas páginas, por una vez tienen nombre, forma y olor. Atributos también ellos de la prosa de uno de los novelistas más notables de la reciente narrativa europea.

DATOS RELACIONADOS

Algunas novelas de Aleksandar Tišma publicadas por Acantilado:

Título: El libro de Blam
Traducción: Tihomir Pištelek y Luisa Fernanda Garrido
Primera edición: 2006
Formato: 21 x 13 cm. 272 páginas
ISBN: 978-84-96489-66-0

Título: El uso del hombre
Traducción: Tihomir Pištelek y Luisa Fernanda Garrido
Primera edición: 2013
Formato: 21 x 13 cm. 344 páginas
ISBN: 978-84-15689-46-1

Título: El Kapo
Traducción: Tihomir Pištelek y Luisa Fernanda Garrido
Primera edición: 2004
Formato: 21 x 13 cm. 384 páginas
ISBN: 978-84-96136-58-8

Título: A las que amamos
Traducción: Tihomir Pištelek y Luisa Fernanda Garrido
Primera edición: 2004
Formato: 21 x 13 cm. 144 páginas
ISBN: 978-84-96136-89-2

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