Menú
laRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Inicio
LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Síguenos
Hoy es Viernes 29 de marzo de 2024
Números:
ISSN 2174 - 4092

Un clamor musical llamado Juan Zelada - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Presentar a Juan Zelada, (con Z) como él aclara siempre cual muletilla, no debería ser necesario a estas alturas. No tendríamos que decir que lleva más de diez años dedicándose a esto de la música. Ni que esta aventura comenzó en Inglaterra donde le llevó a ser telonero de Amy Winehouse en el Back to Black Tour, o que consiguió colocar su single Breakfast in Spitalfields como la canción más radiada del año por detrás de Adele en la BBC, ni que recibió de la mano de Paul McCartney el premio a la mejor composición de su promoción al licenciarse en el LIPA (Liverpool Institute for Performing Arts) o que ha compartido escenario con músicos como Delorentos o Eli "Paperboy" Reed. Innecesario sería también recordar que lleva dos EPs, dos discos de larga duración y está en fase de sacar un tercero. Tal bagaje musical y reconocimiento internacional deberían haber sido suficientes indicios como para pensar que a su vuelta a España la música le seguiría haciendo justicia y le daría a conocer rápidamente. Pero a veces el mundo musical también muestra sus debilidades y lo que es de justicia no se reparte en todos los casos por igual. No alcanzo a comprender como alguien con tal valía y que ha sido tan bien recibido por el mundo de la crítica no termina de explotar. Pero estoy seguro que solo es cuestión de paciencia, que su momento va a llegar, pues no es posible contener un volcán en exclusividad dentro del tarro de las esencias.

república, cultural, revista, digital, concierto, crónica, crítica, reseña, jazz, soul, blues, folk, rithym blues, Juan Zelada, David Carrasco, Ivan del Castillo, Alejandro Moreno-Corz, Francois Le Goffic, Adrian Bartol, Curricé, La República Cultural

Un clamor musical llamado Juan Zelada

Un nómada que te invade con su música

Curricé
Ampliar imagen

Curricé

Curricé durante el concierto en la Sala Clamores.
Foto: Raúl Martínez.

Juan Zelada
Ampliar imagen
Juan Zelada

David Carrasco e Ivan del Castillo durante el concierto el la Sala Clamores.
Foto: Raúl Martínez.

Click en las imágenes para ampliar

Ramami – La República Cultural

Presentar a Juan Zelada, (con Z) como él aclara siempre cual muletilla, no debería ser necesario a estas alturas. No tendríamos que decir que lleva más de diez años dedicándose a esto de la música. Ni que esta aventura comenzó en Inglaterra donde le llevó a ser telonero de Amy Winehouse en el Back to Black Tour, o que consiguió colocar su single Breakfast in Spitalfields como la canción más radiada del año por detrás de Adele en la BBC, ni que recibió de la mano de Paul McCartney el premio a la mejor composición de su promoción al licenciarse en el LIPA (Liverpool Institute for Performing Arts) o que ha compartido escenario con músicos como Delorentos o Eli "Paperboy" Reed. Innecesario sería también recordar que lleva dos EPs, dos discos de larga duración y está en fase de sacar un tercero. Tal bagaje musical y reconocimiento internacional deberían haber sido suficientes indicios como para pensar que a su vuelta a España la música le seguiría haciendo justicia y le daría a conocer rápidamente. Pero a veces el mundo musical también muestra sus debilidades y lo que es de justicia no se reparte en todos los casos por igual. No alcanzo a comprender como alguien con tal valía y que ha sido tan bien recibido por el mundo de la crítica no termina de explotar. Pero estoy seguro que solo es cuestión de paciencia, que su momento va a llegar, pues no es posible contener un volcán en exclusividad dentro del tarro de las esencias.

Su mejor tarjeta de presentación es sin duda alguna su música

Como él dice "Soy de pasármelo bien y la música es pasárselo bien, por eso mi música no es fácil de clasificar en un solo estilo y en cuestión de géneros soy un libro de sorpresas". Es una mezcla ecléctica en la que toca casi todos los palos. Hay blues, soul, pop, jazz, folk, funk, reggae, electrónica… pero todo ello tan exquisitamente mezclado y elaborado con tal delicadeza que nada de ello resalta, nada de ello entorpece, nada chirría. Todo fluye con tal naturalidad que te sientes embaucado al instante. Te llega con tal sencillez que te olvidas de su complejidad. Habilidoso a rabiar para transportarte a cualquier época. Tan pronto crees estar en los 70 con Eric Clapton o con los Eagles como que te encuentras bailando en la siguiente canción al más puro y duro estilo funky de los 90, pero es que al minuto siguiente, sin saber cómo ni por qué, te hayas en mitad de una pista, con una bola de espejitos girando sobre tu cabeza, envuelto en una balada de los 80. Esta versatilidad no demuestra otra cosa que una gran creatividad unida a un gran talento y teniendo por seguro que lo que nosotros llamamos talento él lo llama mucho trabajo y mucho esfuerzo.

Juan Zelada va más allá de lo que meramente podemos denominar músico. Toca varios instrumentos como la guitara o el piano (con el que se siente más identificado). Posee una voz privilegiada dándole un tono y un toque muy característico e identificativo a su trabajo. Destaca su don de aparente facilidad para la composición. No se ha limitado a vivir de sus cualidades innatas y ha sabido canalizarlas dándoles una buena formación académica. Todo eso en cuanto a la parte técnica, pero donde realmente la música cobra todo su sentido es en la parte ejecutiva. Sobre el escenario tiene ritmo, sabe manejar y mover al público, mide los tiempos a la perfección, demuestra tener muchísimas tablas que le permite transferir tranquilidad y seguridad. ¿El sonido? ¡Impecable! Elegante y limpio. Y sobre todo consigue conectar rápidamente con el público siempre contagiando muy buen rollo. Lo tiene todo para hacerte disfrutar del concierto. Por eso más que músico hay que considerarlo artista en su sentido más amplio, pues domina todas las facetas que se precisan para dar un buen espectáculo y todas las formaliza con exquisito tacto.

Ha pasado poco más de un año para que Juan Zelada vuelva a subirse al escenario de la mítica Sala Clamores pero al bajar las escaleras descubrimos una sala remodelada y modernizada. Ahora nos encontramos con una zona diáfana, sin sus clásicas mesas de mármol frente al escenario ganando espacio, ampliando aforo en la nave central y mejorando la visibilidad del espectador. Mantienen la barra principal y desaparece la que había a la vuelta del escenario a mano izquierda, zona en la que sí vemos sillas y mesas en las que poder disfrutar del espectáculo de una manera más tranquila y relajada. Con el cambio hemos perdido el paso de la historia que colgaba de sus paredes y ese halo de nostalgia que el jazz parecía necesitar para impregnar el ambiente de profunda intimidad. A cambio se ha ganado modernidad y adaptación a los nuevos tiempos. Incrementa la versatilidad del espacio y una mayor libertad para el auditorio. Lo importante, la esencia de los buenos conciertos y la cercanía con los artistas, se mantiene intacto.

El telonero en este caso cayó del lado de Curricé, que como reza por internet es cantante, compositor, actor y youtuber. En diciembre del 2015 sacó su primer Lp Nevernation. Exhibe una inflexión de voz interesante. Es descarado y atrevido, capaz de compartir sus inquietudes y sus miedos. Su medio natural es internet y aunque sobre el escenario le faltan algunas tablas apunta buenas maneras.

La noche, lejos de asemejarse a la del año anterior, nos ofreció matices muy dispares y diferentes, quizás, de las pocas cosas que se repitieron fue el elevado calor que tuvieron que soportar los músicos, a razón de la premura con la que Juan Zelada informaba: "los músicos estamos secos, ahí lo dejo", aunque quién lo diría, viendo al guitarra y al batería, el uno con jersey de manga larga y gorrito, el otro con gorra y camisa a cuadros, eso sí, remangado hasta el antebrazo. Más parecía recién entrado el invierno que la noche más corta del año en pleno auge de bochorno.

Juan, a modo de introducción, se presenta en su estado más puro, él solo con su voz y frente a su piano, interpretando Down easy. Sería ahora fácil decir que se había planteado el concierto para ir de menos a más y puede que si el criterio fuera contar el número de gente que se iba a ir sumando al escenario acertaríamos de pleno, pero no. Cuando el criterio ha de basarse en la entrega, en el compromiso o en la intensidad es ahí donde evidenciamos desde el primer momento que estamos ante un concierto único. Los primeros compases ya denotan que el nivel se ha colocado en lo más alto y por suerte para los asistentes pudimos comprobar, tema tras tema, que lo supieron mantener intacto hasta el final del concierto.

Como novedad principal destacó el acompañamiento de los vientos con los que todos sus temas ganan en consistencia, consiguen mucha más plasticidad y en lo visual se percibe que el buen rollito que trasmite Juan se ve por extensión en la complicidad entre trompeta y saxo que no pararon de intercambiar comentarios, risas y bailes acompasados dando un toque de color mucho más animado.

Sonaron temas nuevos, preludio de lo que será su nuevo trabajo y tras lo oído deseandito estamos ya de su lanzamiento pues apuntaban alto. Impresionados nos dejó con Fallin down, en la que aparecen unos arreglos de piano realmente originales. De sus clásicos echamos en falta algunos como Train to Mexico o The boy whit the televisión on, entre otras pero claro después de dieciocho temas (ver setlist) de algunas tenía que prescindir. Bendito problema. Tener demasiadas buenas canciones y comerte la cabeza para seleccionarlas en cada concierto.

El evento coincidía con la noticia de la victoria del Brexit y se hacía obligado un comentario con la llegada del tema Foreigner. Aprovechó para definirse y posicionarse ante la importancia que ingenuamente atribuimos al pensar que somos superiores unos a otros por ser de un sitio u otro: “Me considero un nómada, un guiri constante y lo último que debemos pensar es que somos de un lugar determinado. Ser inglés, ser español, soy un foreigner, soy un forastero y espero que todos aceptemos eso”.

Hubo varios momentos de la noche en los que animó al público a bailar pero fue en el colofón final con Don’t you hold me down, en la que pidió cumplir dos normas: “la primera es que tenéis que hacer los coros repitiendo el estribillo después de mí y la segunda norma es tener bien fichado al de tu derecha y al de tu izquierda. Aseguraos de que le vais a dar diez o veinte veces con vuestras caderas. Esta canción se trata de molestar al de la derecha y al de la izquierda, trata de chocarse, chocarse y chocarse”. No tengo muy claro que todo el mundo se chocase, el público parecía ser muy respetuoso pero lo que sí quedó evidente fueron las ganas y la rabia con las que aporreó, en plena despedida, las teclas de su piano, pues usó literalmente todo lo que pudo: las manos, el culo, el pie e incluso la cabeza.

A la espera de que a lo largo de este año nos presente su tercer disco de larga duración, en el que seguirá contando en la producción con la colaboración de Carlos Jean, nos quedamos con el regusto de haber tenido el gran lujo de poder disfrutar de uno de sus conciertos, culpable éste de insertarme la idea y el sentimiento de que un artista así no debería bajarse nunca de los escenarios.

Más información

Tras varios años de carrera cosechando éxitos y reconocimientos en UK, teloneando a artistas como Amy Winehouse, Eli Paperboy Reed, Ben Howard, Michael Kiwanuka o Delorentos, y llegando su single Breakfast in Spitafields a ser la canción más radiada de la BBC2 de ese año. Juan Zelada arrancó una nueva etapa en 2015 con su tercer disco Back On Track.

Gracias a sus aclamados directos la prensa española le postula como uno de los máximos exponentes del Nu-Soul patrio. Ha participado en programas de televisión como los Conciertos de Radio 3, Alaska y Segura, Mentes Brillantes, entre otros…

Juan Zelada es conocido también por formar parte del proyecto The Sound of Emotions , un proyecto tecnológico, musical y social que, nació en el marco de Audi Innovative Thinking, programa internacional que busca fomentar la creatividad como motor impulsor de nuestra sociedad, y Carlos Jean.

También colabora actualmente con la artista Bebe en el nuevo proyecto de Renfe, Tu historia, tu canción, una apuesta por la música. Un proyecto que tendrá como resultado la primera canción compuesta con las historias y experiencias vividas por los viajeros de tren.

Actualmente se encuentra centrado en la composición de su próximo disco que contará de nuevo con la producción de Carlos Jean y saldrá a la luz en 2016.

Fecha: el Viernes 24 de junio de 2016

Horario: a las 23:00h

Lugar: Sala Clamores - c/ Alburquerque, 14 -Quevedo- (Madrid)

Entradas:
Apertura de puertas: 23:00h
Curricé: 23:15h
Juan Zelada: 23:45h
Más información:

Ver más fechas pasadas

Fecha: el Viernes 24 de junio de 2016

Horario: a las 23:00h

Lugar: Sala Clamores - c/ Alburquerque, 14 -Quevedo- (Madrid)

Entradas:
Apertura de puertas: 23:00h
Curricé: 23:15h
Juan Zelada: 23:45h
Más información:

DATOS RELACIONADOS

Formación
Juan Zelada: voz, piano y guitarra
Francois Le Goffic: Guitarra
Adrian Bartol: Bajo
David Carrasco: Saxo
Ivan del Castillo: Trompeta
Alejandro Moreno-Corz: Batería

Set List
Down easy; Back on track; Don’t you worry about a thing; Falling down; Elsewhere; Breakfast in Spitalfields; What do I know; I’ll be gone; Foreigner; Change; I need your fire; The blues remain; I can’t love; Next station; Be somebody. Bises: Up to us y Don’t you hold me down.

Más información:
Juan Zelada
Juan Zelada en Facebook
Juan Zelada en Twitter

Alojados en NODO50.org
Licencia de Creative Commons