Nota de prensa
Cuando nos enfrentamos al texto de Shakespeare, la historia deja de interesarnos y nos ocupa la verdad escénica, lo que pasa y sucede en las tablas del teatro. Nuestra voluntad ni es corregir la leyenda negra, ni humanizar al jabalí.
Perseguimos a Ricardo por los campos de batalla, escuchamos sus confesiones, atendemos a sus conversaciones, nos detenemos en sus reflexiones, tenemos cuidado en no dejarnos atrapar por sus mentiras, esquivamos sus lanzadas y sus golpes de espada, nos escondemos de sus golpes de ira y disfrutamos con su negro sentido del humor. Ricardo nos hace partícipes de su sentido negro de la vida, de su melancolía, de su bilis y nos despacha su terrible sentido de la Historia. Aquí es donde entramos nosotros: los comediantes, actores y actrices, los mendigos y establecemos un pacto civil con el espectador. Os contaremos lo que sabemos, aquello que Ricardo ha decidido contarnos. Ni más ni menos.
Nunca estuvo Ricardo tan cerca de nosotros como lo está ahora, cuando lo perseguimos de la alcoba a la batalla.
Ricardo es nosotros. Todos somos Ricardo. Todos estamos en peligro. Nadie está seguro. Nadie.