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Juan Madrid: “La realidad está llena de tinta de calamar cuyo fin es ocultar lo que está pasando” - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

La tinta se echa para oscurecer con la finalidad de que no se conozca la crisis, lo que fue la guerra civil, lo que hizo Felipe González, lo que está haciendo el PSOE…, es decir, lo que está pasando, lo que se llama ahora la posverdad. Ellos dicen: no, eso es falso, cada uno ve la feria como le va. Entonces, ¿no existe la Historia? Se trata de convertir el relato en propaganda a través de un lenguaje publicitario, como si no existiera manera de analizar la sociedad. Nos convierten en marionetas, sin ideas.

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Juan Madrid: “La realidad está llena de tinta de calamar cuyo fin es ocultar lo que está pasando”

El autor resiste con la Semana Negra

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El autor fetiche de la XXX Semana Negra tras la entrevista con Inma Luna. Foto: Inma Luna.

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El autor tras la entrevista con Inma Luna en la XXX Semana Negra de Gijón. Foto: Inma Luna.

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Inma Luna – La República Cultural

Tras sufrir un ictus el pasado mes de octubre, Juan Madrid fue capaz de sacar a la luz su última novela, Perros que duermen, aunque asegura, medio en broma, medio en serio, que no sabe qué versión de las tres que tenía escritas envió finalmente a su editor. Recuperándose todavía no ha querido faltar este año a su cita con la Semana Negra en esta XXX edición, para sumarse a la resistencia de un festival al que acudió la primera vez que se celebrara.

Se cumplen treinta ediciones de la Semana Negra, ¿cómo ha visto evolucionar el género en estos años?

Yo tengo la impresión después de que la novela negra se ha ido convirtiendo en novela y que se están utilizando en ella todas las subdivisiones de la novela: la novela histórica, la novela rosa y la denominada novela blanca. Pero el triunfo de la novela negra creo que ha sido la característica más importante. Hay que destacar el afianzamiento de la novela negra como un género literario que es capaz de hablar largo y tendido acerca de una sociedad, y su principal exigencia es esa: hablar sobre la gente.

¿Cree que lo social es la esencia de la novela negra?

Sí, eso es lo que acabo de decir, que es lo más importante. Hablar de la gente y dialogar con la gente; es un perpetuo diálogo entre la novela y las masas, es decir, la novela negra se ha convertido ya en el máximo exponente de esto, no hay otro tipo de novela así. Pero, a la vez, se ha creado otro género, una nueva novela negra que de novela negra solo tiene el aspecto, aunque aquí normalmente no cabe. Aquí no hay vigilancia, aquí (en la Semana Negra) puede entrar cualquiera, pero no suelen llegar estas, que se producen mucho en España, generadas por los trust, los grandes grupos editoriales. Me refiero a una novela desclasada, basada solamente en lo mistérico, desvalorizando todo lo social de la negra, que era capaz de establecer unos diálogos muy certeros con los lectores. Eso lo tenía la negra, que ha triunfado en todo el mundo, desde Cuba hasta Rusia y en también en África, es la que trata el descubrimiento de un crimen como excusa para hablar de la realidad.

Usted aprecia que eso se ha perdido, pero ¿cree que lo ven también los lectores a tenor de las ventas de algunas de estas novelas a las que se refiere?

No sé lo que ve el público. Las ventas quieren decir relativamente poco. Vender mucho una novela no es la clave de nada. Yo sigo pensando que la mejor novela negra es la que no parece novela negra, la que te tienes que preguntar por qué es una novela negra.

Porque usted no es muy partidario de la división estricta entre géneros…

No, no, no, nunca he sido partidario de eso. Pero evidentemente cuanto menos se parezca una novela a una novela negra es una mejor novela. Hay que tener en cuenta que una novela negra es ya una novela, lo fue desde el comienzo, desde Hammett, que fue uno de los creadores, pero está entroncada con la novela rusa de costumbres, que contaba también lo que le pasaba a la gente, desde Dostoyevski, Chejov, Bábel…, estos últimos cuentistas, pero en el mismo tono, tomando como sujeto y objeto a la propia sociedad, eso conforma en realismo en literatura. Es una tradición con la que se quiere acabar en la época de Reagan, poniendo de manifiesto que lo importante en literatura es la palabra, y solamente la palabra, no el argumento; que el arte no trata de nada.

¿Cuál diría que es el tema esencial que recorre su obra?

La facilidad de determinada clase social para no nombrar las cosas, es decir, para engañar, para que la sociedad se sumerja en un terrible engaño. En ese sentido la literatura cumple un papel que no era necesariamente el suyo, que es el de nombrar a las cosas, cosas que si no se nombran parece que no existen, para mí eso ha sido lo importante. Es una guerra sorda contra los medios que están creando una forma de pensar, de ver la vida. La novela negra tiene que estar en contra de eso, ahí también entronca con la novela realista de principios del XVIII, del XVII, con Cervantes. Los escritores fingimos que las cosas se parecen a la realidad, le damos visos de realidad, curiosamente diciendo desde el principio que es mentira. Si lo piensas, quién tiene más existencia que don Quijote, don Quijote existe. La gente me pregunta si algunos de mis personajes existen de verdad, yo les digo que si les parecen verdad, es que lo son. Eso lo procura la literatura realista, los otros no, los otros, paradójicamente, no quieren que sus historias se parezcan a la realidad.

En este sentido de nombrar las cosas, usted aboga por una escritura transparente, que el lector comprenda…

Sí, pero no para burlarme o menospreciar al lector, sino porque pienso que la realidad está llena de tinta de calamar. La tinta se echa para oscurecer con la finalidad de que no se conozca la crisis, lo que fue la guerra civil, lo que hizo Felipe González, lo que está haciendo el PSOE…, es decir, lo que está pasando, lo que se llama ahora la posverdad. Ellos dicen: no, eso es falso, cada uno ve la feria como le va. Entonces, ¿no existe la Historia? Se trata de convertir el relato en propaganda a través de un lenguaje publicitario, como si no existiera manera de analizar la sociedad. Nos convierten en marionetas, sin ideas. Eso existe y tiene una importancia y virulencia muy grandes, es el principal peligro porque nos puede convertir en sujetos pasivos, en botarates que cada semana van a pensar de una forma. Todo esto se hace, en definitiva para que se compren los productos que el capitalismo quiere que se compren.

DATOS RELACIONADOS

Juan Madrid (Málaga, 1947). Autor y periodista español, Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Salamanca en 1972. Se inició en el periodismo en 1973 en la revista Cambio 16, y colaboró posteriormente en otras muchas. Ejerce la docencia en varios países de Europa y América y es un conferenciante frecuente en muchos foros.

Madrid ha trabajado como guionista de cine y televisión, siendo muy conocida su serie Brigada Central, y dos de sus novelas, Días contados y Tánger, han sido llevadas al cine, siendo también director en esta última.

Ejerce regularmente la docencia en instituciones de España, Francia, Italia, Argentina y Cuba, destacando entre otras la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, en Cuba y Hotel Kafka de Madrid. Asimismo ha sido jurado en numerosos premios relacionados con la literatura y el cine.

Escritor muy prolífico, Madrid ha cultivado diversos géneros, especialmente la novela negra, a la que ha incorporado el costumbrismo español. Sus narraciones son de acción, con un lenguaje conciso y muy cinematográfico. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas. Es uno de los escritores de novela negra más considerado por la crítica

De entre su producción habría que destacar títulos como Días contados, Tánger, Cuenas pendientes, El hombre del reloj, Pies de plomo, Adiós, princesa, Brigada Central o Los hombres mojados no temen la lluvia, con el que ganó el Premio Fernando Quiñones.

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