Julio Castro – La República Cultural
Una limpiadora al otro lado del océano con su familia, una periodista de televisión y la madre de ésta, protagonizan la trama con la que Producciones Bernarda aborda un tema de actualidad: los cuidados de las personas dependientes.
Conflicto laboral y social de mujeres
Mara (Irene Serrano) vive en un país donde hay poco trabajo y mal pagado, donde su familia no la ayuda, donde debe volver a casa cada jornada y ocuparse de las tareas domésticas, del cuidado de los hijos y de su cuñada Sole (Cristina Canudas) que, obsesionada con un juego de móvil no hace otra cosa durante el día, y suponemos que de una pareja que tampoco se ocupa de nada. En realidad se trata de un proyecto escénico en el que no hay papeles masculinos, porque nada se desarrolla entorno a ellos, salvo por los sobreentendidos a través de los cuales se percibe la clara opresión sobre ellas.
A miles de kilómetros, Dolores o simplemente Dolo (Aldara Molero), es una prometedora profesional de la comunicación y quiere mejorar en su trabajo, a la vez que se ve obligada a cuidad de la madre dependiente total. Además de sus obligaciones, cometerá el error de contar sus expectativas de mejora en la empresa.
Producciones Bernardas, con este texto de Aldara Molero y Juanje de los Ríos aborda diversas situaciones en la conflictividad social soterrada que viven y sufren las mujeres, que no se limitan a la discriminación laboral, sino que también entran en las dificultades de lo doméstico, de una sociedad que aparenta algo cuando es precisamente lo contrario, una sociedad en la que la solidaridad entre mujeres acaba por permitir que la vida siga adelante con todas sus limitaciones.
En la línea de la compañía
El trabajo de la compañía siempre apunta a opciones de problemática social en su contenido, ya lo hacían en el primer montaje, Para poder vivir sin ser yo, que estrenaron en 2012, más tarde con Allí, que dirigía Aldara Molero, también en la puesta en escena de un texto de Sanchis Sinisterra como Mal dormir, y más tarde con La mina, y con Bruma. Sus propuestas se construyen desde lo social y lo documental, pero siempre se desarrollan en entornos alegóricos, desde los que llaman a las ideas principales de su discurso.
Probablemente este sea el más directo de los textos que he podido ver, y sin embargo las ideas finales acaban envueltas en la manera de involucrar al público en su desarrollo. No hay temas sensibleros, por mucho que toquen aspectos íntimos de cada cual, y tampoco tratan de hacer un teatro regalado, de manera que bajo el argumento principal están los contenidos más profundos y objetivos del argumento.
En un mismo trabajo consiguen aunar y entrelazar la realidad de la situación de dependencia, nada resuelta desde el desarrollo político e incluso mermada tras su aprobación, que se une a la posición en que la población inmigrante se enfrenta a un entorno laboral abusivo en muchos casos, o carente de reconocimiento en otros. Como tercer argumento encontramos el de las familias completas que acaban siendo rescatadas solamente por una persona: la mujer que lleva a cabo los trabajos.
Pero lo más interesante del discurso de Cuidados se encuentra en la manera de unir las situaciones, destacando la solidaridad entre mujeres que necesitan ayuda, y que la encuentran apoyándose entre sí frente a las dificultades laborales, económicas y familiares.
Un estilo definido
Las propuestas de la compañía suelen tender a desarrollarse en dos planos, en los que una parte se plantea enfrentando al público frontalmente, ya sea en la narrativa o en el intercambio. Los personajes son descritos en primera o en tercera persona, pero no se ignora a las butacas. Hay desarrollos en primer plano, pero también dentro del escenario, donde además juegan con una escenografía, en ocasiones ficticia, en otras apenas esbozada, dejando un atisbo para la relajación mediante parte de comedia en el intercambio con los objetos y elementos escénicos. En cuanto al texto, hay que decir que deja observaciones muy impactantes en cuanto a sintética situación de las mujeres en cada momento, donde se habla de la separación familiar, de la deuda contraída entre personas, de la necesidad de otr@s.
Además del trabajo actoral, suelen proponer buenas ideas en la iluminación, creando espacios que resaltan el momento de la acción, con contraluces y contrastes llamativos, que generan situaciones de intimidad o ansiedad en el desarrollo. Y uno de los aspectos destacable es el compromiso de sus ideas y el desarrollo de las mismas.