La República Cultural
El domingo 14 de diciembre se presenta en el Auditorio Marcelino Camacho, del Ateneo 1º de Mayo de CCOO, en Madrid, la tercera obra del festival de teatro infantil, en su 13ª edición. En esta ocasión se trata de una obra dirigida al público entre 6 y 12 años, con una particular recreación de Enrique 5º. La compañía de teatro Achiperre será la encargada de su representación.
El drama histórico del rey de Shakespeare, Enrique V, se dibuja solamente en algunos motivos y escenas de la "cañería teatral" que recorre esta adaptación. El autor belga Ignace Cornelissen, realiza una dramaturgia limpia y sencilla que se convierte en una parábola humorística de lo absurdo de la guerra, ese disparate del juego bélico y la puerilidad con que los reyes-gobernantes lo defienden, exponen y realizan.
Los actores y el narrador muestran y mencionan las miserias de la guerra: la sangre en las calles, el hambre, la gente empalada, la pobreza, la muerte… y mientras tanto, Enrique V y el rey de Francia, obsesionados por su odio mutuo, se entretienen en el juego de la guerra. Ambos sedientos de poder, pueriles y monstruosos, juegan con un castillo de arena, globos, coronas, soldados… juegan, en definitiva, con las vidas humanas…
Enrique 5º, siendo joven, se convierte en rey de Inglaterra. Descubre que su país está en la banca rota, el palacio es una ruina y además llueve en el dormitorio. Enrique lee un viejo libro y descubre que Francia, rica y poderosa, según leyes antiguas, pertenece a Inglaterra. Así que decide visitar Francia para reclamar sus derechos y pretender a la hija del rey francés, pero al llegar muere el rey. Nadie lo escucha, la princesa lo rechaza y encima aparece un competidor al trono y a la princesa. Enrique se enfada tanto que declara la guerra a Francia. El pretendiente también se enfada y declara la guerra a Inglaterra y entonces…
El autor belga Ignace Cornelissen, realiza una dramaturgia limpia y sencilla del drama histórico de W. Shakespeare, que se convierte en una parábola humorística de lo absurdo de la guerra, ese disparate del juego bélico y la puerilidad con que los reyes-gobernantes lo defienden, exponen y realizan. Una adaptación que no desvirtúa el espíritu histórico y real de la obra shakesperiana: la guerra y sus mecanismos, el poder y sus abusos, la muerte y la miseria, el odio y la sed de poder…, todos ellos se representan con humor y de manera muy contundente. Así mismo el autor le agrega otro nivel a la obra: la conciencia de estar haciendo teatro, transforma la historia en una gran improvisación acerca del tema shakesperiano, haciendo a los actores cómplices de un pacto de sangre del teatro: el hecho de no poder contrarrestar las circunstancias que el otro personaje va sumándole a la historia. Su deber es aceptarlas, desarrollarlas y esperar el momento adecuado, para con destreza, encaminar la historia de acuerdo a los intereses del personaje propio.