Eliane Hernández Montejo – La República Cultural
La plaza mayor de una ciudad no parece el hábitat natural de ningún animal salvaje, y mucho menos de un elefante y, sin embargo, la de Salamanca ha sido elegida como hogar temporal del Gran Elefantdret de Miquel Barceló. Una escultura en bronce de gran tamaño de un paquidermo apoyado únicamente sobre su trompa y que para su estancia en Salamanca ha cambiado su color negro original por su opuesto, el blanco.
La figura forma parte de un conjunto de alrededor de ochenta obras que se han instalado en distintos espacios de la ciudad para comenzar la celebración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, cuyo logotipo es una acuarela diseñada también por el artista mallorquín de manera específica para el evento. Mientras que el resto de creaciones fueron realizadas entre 2001 y 2016 y ahora se han adaptado para formar parte de algunos de los espacios más emblemáticos de la ciudad.
El bosque compuesto por 13 cerillas de bronce de diversas alturas encaja a la perfección en el patio de Escuelas Menores y Le grand écouter ha pasado a ser un elemento más del patio del Palacio de Anaya. Por su parte, la pintura El Arca de Noé, que da nombre a la exposición, se encuentra en el crucero de la Capilla del Colegio Arzobispo Fonseca, en la que también se muestran, en un claro contraste con el estilo renacentista tanto de la estancia como del retablo de Alonso Berruguete, una serie de dieciocho cerámicas de distintos tamaños y con acabados en diferentes pátinas.
El resto de elementos pictóricos se ha dividido entre la sala de exposiciones de la Hospedería Fonseca y la del Patio de Escuelas. En la primera se encuentran obras de mayor tamaño organizadas en naturalezas muertas, pinturas blancas, pinturas azules, verdes y rojas, y pinturas en relieve, además de dos autorretratos. Pero unidas todas ellas por sus elementos principales: la luz y, sobre todo, la textura, ya que las formas se niegan a ser planas, gracias a la creación de volúmenes a través de las diferentes capas de pintura o a la deformación de los soportes para así dar relieve a las figuras.
La segunda, por su parte, recoge las obras más antiguas, un conjunto de veintiséis acuarelas concebidas para una versión ilustrada de la Divina comedia, diferenciando de manera evidente, gracias a los colores utilizados, las tres partes del relato. El Infierno está marcado por los tonos oscuros y el negro, a través del Purgatorio las formas se van volviendo más claras y luminosas, y el Paraíso está poblado por imágenes blancas sobre fondos azul celeste.
La exposición de esculturas y pinturas se completa con dos documentales sobre la performance Paso Doble, realizado con bailarín y coreógrafo francés Josef Nadj, que refleja el proceso de creación de una escultura modelada en arcilla que, finalmente es destruida. Demostrando así que la obra en sí no es lo que queda, sino lo que ha pasado, la transformación del barro y la ilustración de esa metamorfosis.