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Carmen Werner: “cuando llevas 30 años te das cuenta de que estás porque te gusta lo que haces, porque por dinero no es” - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

“todo el mundo tiene en la boca la palabra para decir ‘es que como no entiendo la danza contemporánea…’, y ya, con esa disculpa, no entiende nadie nada. No sé, porque deberíamos continuar con los programas que se hacen en las escuelas. Hay más conservatorios que nunca, en Madrid hay un montón, pero luego la gente del conservatorio no va a los espectáculos, aunque se ponen anuncios… de hecho, hay dos bailarines en mi compañía que están en el conservatorio superior, y ayer vinieron dos de público”

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Carmen Werner: “cuando llevas 30 años te das cuenta de que estás porque te gusta lo que haces, porque por dinero no es

Entrevista a la coreógrafa de Provisional Danza en el 30º aniversario de la compañía

Carmen Werner
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Carmen Werner

Una foto de la coreógrafa durante una función en su trabajo La mujer invisible. Foto: Julio Castro.

Carmen Werner
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Carmen Werner

Una foto de la coreógrafa durante una función en su trabajo Tiempo de conversación. Foto: Julio Castro.

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Julio Castro – La República Cultural

No sabría decir concretamente, pero es fácil que haya visto más de 20 trabajos diferentes, ya sea dirigidos, integrados o íntegramente creados por Carmen Werner y su compañía Provisional Danza, que ahora cumple sus primero 30 años de experiencia.

Carmen es una mujer que, además de su compromiso con la danza, muestra un enorme interés por aproximarse a conceptos concretos, a partir de los que desarrolla su propio mundo, ya sea colectiva o individualmente, y es capaz de trasladar una realidad muy diferente que entronca con la mirada original y a la vez con la del público que la observa. Los temas de sus propuestas son muy variopintos, pero sus puestas en escena evidencian que existe una importancia y una necesidad de profundizar en ellos por parte de su creadora. Es cierto que parece suponer más la temática que nace de lo personal y del interior, que abarca a cualquier individuo a lo largo de su vida, que otros, tal vez más ajenos a la vivencia general.

Recientemente, en la pieza que conmemora sus 30 años de danza en compañía, desvelaba un par de cuestiones importantes: “A mí, lo que me gusta es hacer lo que me da la gana: hacer como que bailo, pero sin que lo parezca”. Pero lo que más se evidenciaba en este trabajo era la manera que ha conseguido de hacer equipo compacto, y de facilitar a cada integrante del mismo un papel relevante similar dentro de la pieza y de la compañía.

Es una mujer que en buena medida, fuera de la formación de hace tres o cuatro décadas, se ha creado a sí misma, porque la danza contemporánea de nuestro país tiene un límite en el pasado que, como ella misma dice, permite que arranque a partir de cuando se fue “él”, y es importante tenerlo presente, porque el nivel de coreógrafas y coreógrafos de nuestro país no hace envidiar a otros, cuando la trayectoria histórica es mucho menor. Como siempre, es importante mantener presente la historia y nuestro pasado, para no perder el marco en el que nos movemos.

Su compañía es precursora de la llamada Segunda Generación de la Danza Contemporánea en España, concretamente en Madrid, pero su trayectoria es de las más internacionales, aproximándose especialmente a Japón y a América Central y Sudamérica, de donde aprovecha, no sólo para traer conceptos y técnica, sino para importar producciones y profesionales.

Voy a contar una barbaridad: el primer trabajo que vi no me atrajo nada, lo decidí con la sencillez de la ignorancia y de no saber qué quería ver, ni qué estaba viendo. Es una suerte que la perseverancia y la necesidad de experimentar me llevaran a los siguientes trabajos que pude ver, de manera que ahora llevo, probablemente, unos 15 años asistiendo a todo lo que puedo de sus propuestas, es decir, el 50% de su trayectoria en España. Procuraré ver qué nos deparan los siguientes 30 años.

Sea como sea, igual que ver sus trabajos, compartir una charla con ella, no sólo es interesante, sino un placer.

¿Eres capaz de identificar qué cosas han cambiado en tu forma de trabajar en estos 30 años?

Sí, ser más concreta en las cosas. Experimentar igual, pero, como yo digo, ir más al grano, y tener las ideas más claras para el planteamiento, no cansar tanto a la gente… creo que es lo que más ha cambiado.

¿Y en los objetivos y las intenciones ha cambiado algo?

En los objetivos igual, en cuanto a la creación, tener la idea clara, aunque, a veces comienzas con una idea para hacer la acción, pero eso luego se va desdibujando, se va hacia otro punto, y resulta que ese punto es mucho más interesante. Ha habido encargos que me han hecho por una coproducción y, el encargo era de una manera, pero luego de esa manera tan concreta, la verdad es que no funcionaba nada, con lo cual me he ido a ese concepto pero con otra visión diferente, un poquito más abstracto.

¿Qué importancia tiene o cómo puede distorsionar el hecho de la compañía frente a la creación coreográfica personal? ¿Dónde se separa tu creación individual ante el trabajo con una compañía?

No tiene nada que ver. En un trabajo de colectivo tienes que tener en cuenta el trabajo de las personas que están tienes en tus manos, y eso ya te da una gama y una riqueza impresionante. Te da matices, te da colores.

Cuando estás en un trabajo personal, tienes los tuyos propios. Entonces, el problema es que te encuentras tú contigo misma, y hay cosas que no te gusta, mientras que con la gente, por mucha confianza que tengas, la visión es distinta, te dan muchos matices que puedes coger, pero cuando estás contigo sola te das cuenta de que a veces no tienes esa posibilidad o no sabes hacerlo.

Es cierto que, con uno sólo se trabaja muy bien, aunque es muy duro, porque no tienes diálogo con nada, salvo que te ayude alguien de fuera. A mí me ha ayudado mucho Daniel Abreu, y muchos amigos, porque Victoria Pérez Miranda también… hay mucha gente que me ayuda, pero es verdad que el trabajo individual supone una diferencia abismal respecto al colectivo.

¿Y donde te sientes más cómoda?

Pues conmigo mismo misma, porque hago lo que me da la gana cuando quiero y ensayo cuando quiero. Y eso es lo más cómodo. Con los otros tengo un orario.

A la hora de crear, ¿las propuestas surgen de un texto, salen de una idea imaginaria y luego se aproximan a un texto, o funciona todo a la vez y luego surge un texto?

Siempre escojo un concepto, que pueda ser una película, un texto o una noticia, un libro, un cuadro, una figura arquitectónica… da igual, pero siempre parto de un concepto.

¿Tiene mucha influencia la imagen del surrealismo en tu trabajo?

Yo creo que sí.

No sé si significan algo las etiquetas, pero se te sitúa en la Segunda Generación de la Danza Contemporánea en España. Si crees que existen esas divisiones entre épocas ¿en qué situación estamos ahora ante l@s nuevos creador@s?

Sí, yo creo que sí. Respecto a la situación actual de la danza… hay un montón de gente creando ahora en danza, un montón de individuos y de pequeños grupos y de todo. Y hay unas tendencias de gente muy joven, y todo es muy energético: les falta paz y les falta calma. Pero las tendencias ahora son muy diversas, no hay una técnica ni nada, hay una tendencia y hay muchas tendencias. Gente que va hacia el contact, gente que va hacia otro estilo… cada uno se mueve de una manera. Hay unas diferencias muy grandes, son muy buenos coreógrafos y me parece que el nivel ha subido una barbaridad, pero no tienen nada que ver con la generación “anterior” (como yo digo). Hay muchas generaciones, está la anterior a la mía y la anterior anterior. Luego la mía y otra intermedia… hay generaciones por un tubo, y tendencias también muy grandes, así que me parece que hay diferencias muy marcadas.

Tú que tienes los mayores premios que se pueden recibir en danza en nuestro país, ¿crees que tu trabajo está suficientemente reconocido, o muchas veces te sientes mucho más reconocida fuera que en España?

Por supuesto, fuera me reconocen muchísimo más. Qué cosas, siempre pasa., Pero es que estás en casa y siempre pasa, nos pasa a ti y a mí… lo de fuera siempre es mejor.

¿Es posible hacer algo por la danza en nuestro país? Sobre todo con creador@s que están aquí, porque quienes vienen de fuera y se van…

Los de aquí… sí, los pobres. Porque la gente joven empieza con mucha ilusión y muy bien, y cuando llevas 30 años te das cuenta de que estás porque te gusta lo que haces, evidentemente, porque por dinero, desde luego, no es. Pero es difícil que te conteste.

De esto se puede vivir, pero a duras penas: yo pago sueldos todos los meses a quienes están en nómina, con su seguridad social… procuro vender lo más que pueda para poder sacar cachés y pagar mensualmente, y también tengo ayuda del Ministerio de Cultura y de la Comunidad de Madrid (poca, pero tengo), y eso después de los cachés, también me ayuda a pagar sueldos.

Aún quedan lugares que aún trabajan a caché en España… ¿en otros países es más habitual?

Sí, aún quedan algunos aquí. En Europa es más fácil, en Asia también, y en América pagan cachés pero bajitos y con dólares, que es menos.

¿Si tuvieras que decir un lugar donde te sientas más cómoda trabajando cuál sería?

Japón, siempre Japón. Pero también he trabajado mucho en América Latina y he trabajado muy bien. Lo que pasa es que el ser humano japonés es muy diferente, es la cosa más disciplinada que he conocido en la vida. Y no tienes más que decir “A”, y ya han hecho el “A” tres veces.

¿Y a la hora de traer el trabajo aquí es sencillo?

Bueno, yo he traído trabajos de Japón muchas veces, de hecho hubo un japonés que traje de allí y estuvo trabajando un año en la compañía. Este año he hecho los 15 años en Japón y hemos hecho una pieza para celebrarlo a la vez que hago la de aquí para celebrar los 30.

¿El lenguaje que hay en la danza contemporánea es común en todos los sitios o se enriquece el intercambio?

No, no es igual en todos los sitios para nada. En el sentido formativo, por ejemplo. En América Central y del Sur tienen ahora una formación muy exhaustiva y están bastante bien formados, pero a nivel dancístico, no hay nada más. Cuando les hablas de mirar el foco, eso no existe, hay que volver a empezar. Sólo se dirigen al movimiento y se desligan de otro tipo de artes escénicas. Este año estoy a punto de hacer siete creaciones fuera. En mayo empecé en Costa Rica con la compañía de la UNA, donde hay gente que está muy bien formada, pero al transmitirles el trabajo mío tengo que estar un tiempito con ellos para decirles “no, tócate…”, hay que humanizarlos. Lo mismo pasa en Santo Domingo, en Colombia… La gente es muy humana, pero las clases son clases. Así que es una compañía nacional, como la de Santo Domingo, y piensas que tendría que tener matices de cosas,… pero no sé…

¿Si tuvieras que elegir un lugar de Europa donde la danza tenga un buen desarrollo?

Hay muchos sitios ahora. La zona Norte de Europa es fenomenal, y Francia está muy bien, Bélgica… En general Europa está muy bien en danza, tienen tendencias.

¿Por qué la danza tiene mayor desarrollo en el resto de Europa?

Porque llevan más años. Ten en cuenta que “él” murió y entró aquí la información, así que imagínate la prisa que nos hemos dado. Yo recuerdo que cuando empecé a ver danza, eran clases de danza en la escena. La Graham, Horton, Limón,… que son las técnicas. Luego ya, a partir de que “él” se fue, pudimos empezar a tener información. Imagínate, porque tampoco hace tanto tiempo, y Europa lleva toda la vida.

¿Qué se podría hacer para mejorar el público en la danza?

Pues la verdad es que no lo sé. Yo creo que, como le hemos dado tanto bodrio, han quedado escarmentados. Y, además, luego todo el mundo tiene en la boca la palabra para decir “es que como no entiendo la danza contemporánea…”, y ya, con esa disculpa, no entiende nadie nada. No sé, porque deberíamos continuar con los programas que se hacen en las escuelas. Hay más conservatorios que nunca, en Madrid hay un montón, pero luego la gente del conservatorio no va a los espectáculos, aunque se ponen anuncios… de hecho, hay dos bailarines en mi compañía que están en el conservatorio superior, y ayer vinieron dos.

DATOS RELACIONADOS

Carmen Werner (Madrid, 1953). Coreógrafa y bailarina española, se licenció en Educación Física por la Universidad Politécnica de Madrid. Estudió Danza Clásica y Contemporánea en Madrid, Barcelona y Londres.

Desde que creara en 1987 su propia compañía, Provisional Danza, ha puesto en escena más de 60 coreografías: trabajos de sala (de pequeño y gran formato, incluida una ópera-danza), trabajos de calle, vídeo-danzas, un cortometraje, colaboraciones para otras compañías, encargos especiales para distintos festivales y teatros, además de impartir clases y talleres coreográficos.

Dentro de la Danza Contemporánea se ubica a Carmen Werner y a su compañía como el referente de la Segunda Generación de la Danza Contemporánea en España. Su trayectoria artística ha sido reconocida con diferentes premios, entre los que destacan el Premio Nacional de Danza 2007, el Premio Internacional de Danza Onassis en 2001 y el Premio de Cultura en la sección de Danza de la Comunidad de Madrid 2000.

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