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ISSN 2174 - 4092

La vida en cada tiempo y El cielo ahora - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Oscuro. Cuatro figuras al borde del escenario, comienzan un peculiar diálogo entre ellas. Podemos ver, saber que están ahí, aunque no hay rasgos, sólo siluetas recortadas. Nada distintivo en sus formas, sólo la postura frontal, y las palabras que, en principio, poco significan para el público que ignora quiénes o qué son, dónde se encuentran, a qué han venido. Cuando menos se espera, y el tiempo se ha hecho invisible, porque el diálogo atrapa la curiosidad y muestra su propio sentido del humor en el argumento, las figuras se mueven a escena, aparecen las tenues luces, que luego, lentamente, darán el nacimiento de todo un mundo.

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La vida en cada tiempo y El cielo ahora

La ficción futurista y la historia en danza

El cielo ahora
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El cielo ahora

Natalia de Miguel, Isaak Erdoiza y Olatz de Andrés. Foto: Julio Castro.

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Isaak Erdoiza agita la bandera con Olatz de Andrés, Pilar Andrés y Natalia de Miguel. Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Concepto y dirección: Olatz de Andrés
Textos: Pablo Gisbert con la colaboración de los intérpretes
Dramaturgia: El Conde de Torrefiel
Creación e Interpretación: Natalia de Miguel, Pilar Andrés, Isaak Erdoiza, Olatz de Andrés.
Iluminación: Gabo Punzo
Vestuario: Sinpatron
Residencias artísticas: El Graner, La Fundición, Muelle 3, Azkuna Zentroa
Coproducción: Festival BAD
Compañía: Lokke / Olatz de Andrés

Julio Castro – La República Cultural

Oscuro. Cuatro figuras al borde del escenario, comienzan un peculiar diálogo entre ellas. Podemos ver, saber que están ahí, aunque no hay rasgos, sólo siluetas recortadas. Nada distintivo en sus formas, sólo la postura frontal, y las palabras que, en principio, poco significan para el público que ignora quiénes o qué son, dónde se encuentran, a qué han venido.

- “[…] antesdeayer intenté hacer una trilocación y en los dos primeros sitios estaba mas o menos nítida, pero que en el tercero estaba totalmente borrosa.
- Y donde estabas?
- Pues, en el primero estaba en Edimburgo, el segundo en Tokio y en Apatamonasterio borrosa.
- Es que entre Apatamonasterio y Tokio hay una distancia enorme
”.

El recuerdo de nuestro mundo

Cuando menos se espera, y el tiempo se ha hecho invisible, porque el diálogo atrapa la curiosidad y muestra su propio sentido del humor en el argumento, las figuras se mueven a escena, aparecen las tenues luces, que luego, lentamente, darán el nacimiento de todo un mundo.

Estamos al comienzo de un trabajo con base dramática y en clave de danza, que con un argumento de ciencia ficción que surge a partir de varios textos de Pablo Gisbert, creados junto a la compañía que lleva a cabo este trabajo que dirige Olatz de Andrés.

Nuestro cielo es el mismo de siempre, el tiempo nos ha dado formas distintas y más refinadas de observarlo”. Algunos textos, que se proyectan durante la función, profundizan en la parte más filosófica de esta creación, y mientras suena Carmen de Bizet, Natalia de Miguel, Pilar Andrés, Isaak Erdoiza y Olatz de Andrés, parecen enloquecer en el escenario en una especie de paso del tiempo.

Pronto descubrimos que han pasado miles de años desde que la Tierra fue destruida, hubo una réplica en la Luna, pero la concepción del ser humano es un concepto incorpóreo que se mueve y comunica de otras formas aún no imaginadas, pero que permiten prolongar una vida diferente.

Un recorrido histórico sugerido

La propuesta de Lokke integra un enorme viaje histórico, que no se limita a la muestra de la evidencia, sino que toma en la acción referencias performáticas a partir de textos literarios y del cine. En su forma de desarrollo físico y textual, comprende la crítica social, pero también el humor. Sus personajes, a través del movimiento, cambiarán de destino para conocer el pasado por medio de simulaciones ficticias, pero, como el envejecimiento está erradicado por el “Projuve”, algunos querrán dejar de tomar las pastillas: “qué tendrá que ver la experiencia con el tiempo y con envejecer”, se pregunta alguien, “ellos hablan de vivir la experiencia del paso del tiempo, la madurez…un absurdo […] No le veo la gracia. Si tu quieres ver a gente anciana y tienes descargada la Hipótesis, la 3.0, ¿la tenéis?”.

En la construcción de esta sociedad hay retazos que parecen derivar en su comportamiento de la novela El sol desnudo, de Isaac Asimov, donde el contacto físico entre seres no existe, está incluso prohibido y es casi un delito social, incluso ver a personas en directo es una situación impensable, así que todo se lleva a cabo por medio de la conexión mediante su tecnología, y la parte física la realizan robots.

Exploran y abordan distintas visiones de esta posibilidad, como el paso del tiempo hasta el horror, así que, por ejemplo, los prisioneros asesinados en las cámaras de gas nazis se han convertido en una ficción. También se pasa sobre la cuestión de las religiones, así como de costumbres que hoy parecen normales y arraigadas pero que, como otras anteriores, pueden ir cayendo en el olvido de la inconsistencia. Toda acción puede acabar en una bandera que, como en toda la historia, parece marcar momentos sin justificación.

No se busca contar la Historia de la humanidad, como ocurre en otras ocasiones, sino sugerir retazos de pasado y de presente, en una visión futurible, para tocar la idea del olvido y la pérdida de la humanidad. Hay mucho de apocalíptico sin referirse como foco a la destrucción, sino a la mera realidad de las posibilidades. Encontramos dioses y demonios que crean los humanos o que son los propios humanos, vemos seres que controlan y dirigen, y seres dirigidos: cada cual identifique su propio hilo de la historia.

Un formato colectivo para una creación coral

El trabajo artístico, muy potente, se construye a la vez desde la danza y desde su contenido, de tal manera que las acciones físicas van profundamente ligadas al significado que quieren darle al paso de la historia. Se estructura en tres partes, una puramente textual en la primera parte, otra que es la principal y recorre la historia en formato danza, y una leve visión final que se sale de la visión de nuestra historia desde el futuro, para plantearse la posibilidad de mirar desde nuestro presente hacia ese posible futuro que nos observa.

El movimiento busca acciones individuales y colectivas a la vez, consiguiendo que el conjunto ofrezca al público una visión de conjunto, aunque las acciones de sus integrantes se dirijan a momentos o finalidades diferentes. Comprenden partes introspectivas del trabajo, pero en general se dirigen abiertamente a quien observa, sin focalizar necesariamente en unos integrantes sobre otros, pero sí en grupos o individuos de forma alternativa, en un protagonismo conjunto.

El contraste entre las fases de la propuesta unidas a sus textos, así como las músicas que lo integran, ofrecen matices que generan sensaciones muy diversas, sin provocar choques entre lo más cómico de unas imágenes que no existen en nuestra realidad, con el recorrido histórico. Esa propuesta de visión final en ambos sentidos de un tiempo aún no transcurrido, sugiere la interesante idea de la posibilidad de mirar hacia los errores del futuro, y no sólo hacia los del pasado, para no encontrarnos en una vida inmortal observando lo que hicimos mal, o de vivir un tiempo circular sin futuro.

Dos apuntes: además del gran trabajo artístico en escena, el diseño de iluminación con más luces indirectas y de contraste que focos dirigidos, aporta un encanto plástico a todo el trabajo, porque tampoco además también es dinámica. La música es muy interesante, y recoge entre otros Six ribbons, un tema de Jon English que dio fondo a una gran serie de los años ’70, que cayó en el olvido: Against de wind.

El conjunto del trabajo que, a fecha del artículo, visto en la sala de La Nave de Cambaleo (Aranjuez) ha girado por nuestro país, pero no hay conseguido entrar en Madrid, merece la pena ver y la valentía de que se programe, porque más allá del buen trabajo, tiene grandes posibilidades de público.

Más información

Alguien va a una ciudad y se encuentra una escultura clásica junto a un rascacielos. Está delante de dos construcciones separadas por 1.500 años. Y no pasa nada. La acumulación constante de la Historia provoca que, poco a poco, el pasado importe anecdóticamente y el presente tenga todo el interés. Pero el presente es sutil y frágil y, parece que, ningún acontecimiento histórico ahora tenga el peso que debería tener. ¿Cuántas personas han estado en el Partenón? ¿Cuántas personas han pisado el Taj Mahal? ¿Cuánta gente ha visto las serpientes en la cabeza de Medusa? ¿Cuánta gente ha escuchado alguna vez algo de Adán y Eva? Muchas.

Según el siglo, cada uno de nosotros se ha contado a sí mismo su propia historia para entender mejor y explicarse porqué está donde está. Pero el Cielo, que nunca desaparece y que nos sobrevive a todos, observa sorprendido, desde arriba, nuestra saturación de modelos y referencias. Y, aún creyendo elegir lo mejor, las mismas historias se repiten una y otra vez. Ya sea montados a caballo con una túnica blanca, o con un chándal viajando en un avión de Ryanair. Y el Cielo ríe, porque, de alguna forma, esta es la historia trágica de las personas.

Fecha: el Domingo 19 de noviembre de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: La Nave de Cambaleo - Av. Loyola, 8 -Aranjuez- (Madrid)

Información y reservas:
Teléfono: 91 892 17 93

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Fecha: el Domingo 19 de noviembre de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: La Nave de Cambaleo - Av. Loyola, 8 -Aranjuez- (Madrid)

Información y reservas:
Teléfono: 91 892 17 93

Fecha: el Sábado 18 de noviembre de 2017

Horario: a las 20:00h

Lugar: La Nave de Cambaleo - Av. Loyola, 8 -Aranjuez- (Madrid)

Información y reservas:
Teléfono: 91 892 17 93

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