Manuel López – La República Cultural
Vivir de la música es algo complicado, pero mantenerse durante 38 años es algo prácticamente imposible. Y este dúo de Liverpool lo ha logrado con su sonido clásico de electrónica y el mismo espíritu con el que comenzaron en 1979.
El éxito les llegó muy pronto, no en vano sus dos canciones más famosas se publicaron en 1980 en sus dos primeros discos. Electricity y Enola gay habían llegado y llevan sonando desde entonces, lo que no ha impedido a la formación seguir intentándolo y crear grandes canciones que, por desgracia para ellos, siempre han acabado eclipsadas por esos dos grandes temas.
Su fama se asentó en España entre los ‘80 y los ‘90, el reconocimiento entonces de la música electrónica les aupó como gran formación y el, por entonces, movimiento New Wave. Trece álbumes después de su formación volvían a Madrid, como tras cada disco publicado, para encontrarse una sala La Riviera llena que colgaba unos días antes el cartel de todo vendido.
Pero la importancia no sólo radicaba en encontrar la sala llena, si no en la expectación creada y mantenida. Obviamente el asistente medio tenía una edad media de 40 años y allí nos agrupábamos con la intención de ver cómo dos simples personas, cantante (con, a veces, bajo) y teclado y sintetizador, nos hacían bailar y recordar esos primeros sonidos electrónicos algo eclécticos cuyos himnos se han mantenido como grandes temas apenas sonando desactualizados.
Una pena ver tan poca gente joven que, sin duda, podría haber disfrutado junto con nosotros, de este gran show de casi dos horas de bailes sin parar sobre bases suaves, contenidas. The punisher of luxury era la excusa para la reunión, su último CD, pero supieron darnos (como dijeron al principio del show) una de cal y otra de arena de canciones nuevas o antiguas para acabar, como no podía ser de otra manera, con los temamos previamente comentados.
Andy McCluskey, como siempre, no paró de bailar, cantar y animar. Sus bailes cautivaban y evitaban que mirásemos a otro sitio, tanto es así que no echamos de menos a la banda con la que otras veces hemos podido disfrutar de ellos. Un espectáculo tan sencillo como memorable que esperemos puedan seguir repitiendo, y por España, por muchos años.