Eliane Hernández Montejo – La República Cultural
Según los datos cerrados de 2017, facilitados por el Observatorio Estatal para la Dependencia, en España hay 310.000 personas en lista de espera para recibir las prestaciones que les corresponden según la Ley de Dependencia. Y de ellas, 120.000 son grandes dependientes, es decir, personas que necesitan la ayuda de alguien más para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria.
Una de esas personas en lista de espera era María del Palacio, la protagonista de la serie fotográfica ganadora del XXI Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, La soledad de María contra la Ley de Dependencia. A través de esas imágenes, tomadas por su hijo, Carlos de Andrés, durante los últimos seis meses de la vida de María, nos colamos sin ser vistos en los momentos cotidianos de su día a día.
Entramos en su casa del barrio de Carabanchel y vemos a María desayunando en la cocina, sola, porque a sus 95 años hacía tres que era viuda y vivía sola, y el blanco y negro recoge una a una todas las arrugas que recorren su brazo derecho. Nos asomamos, la puerta entreabierta, a su dormitorio, y observamos a María vistiéndose, sola, y comprobamos cómo una tarea simple, ponerse los pantalones, requiere de todo su esfuerzo. La contemplamos mientras se aleja, sola, encogida y diminuta, pasito a pasito, camino del comedor social del barrio.
Y en esas fotos, sin saberlo, vemos también el motivo por el que, durante cinco años, la Comunidad de Madrid le negó una plaza en una residencia pública: María podía andar sin ayuda y comer con sus manos. Por eso, las fotografías seleccionadas por su hijo, entre las casi 1.500 que tomó, no son solo un homenaje a María, sino que son un grito, una forma de llamar la atención sobre la situación en la que se encuentran un gran número de personas mayores en nuestro país y que está muy lejos de solucionarse.
En esta edición, además, han resultado seleccionados como finalistas tres trabajos: Fuerza de vida, lo que salva el amor, de Constanza Portnoy, un serie protagonizada por la familia de Jorge y él mismo, que tiene una discapacidad física provocada por un medicamento con talidomida; Ni una menos, de Karl Mancini, que denuncia la violencia de género en Argentina, un país en el que, durante el 2017, una mujer era asesinada cada 18 horas, y muchas viven para siempre con las secuelas físicas y sicológicas de las agresiones sufridas; y Special school, de Vadim Braydov, que retrata a los menores de 16 años que se encuentran internados en la escuela especial del pueblo ruso de Serafimovka, Bashkiria, ya que, hasta esa edad, si se comete un delito, este tipo de escuelas tienen como misión reeducar al infractor.