Alberto García-Teresa – La República Cultural
José Luis Gómez Toré continúa la indagación crítica del entorno y el cuidado en la tensión del lenguaje que caracteriza su trayectoria en su último poemario. En Hotel Europa, también alrededor del cuestionamiento de la idea de frontera, lanza una mirada inquisitiva a la realidad que no roba la dignidad de los expulsados de ella. Pronto recoge la posición de observador del “yo” poético, que atiende a lo que queda en las orillas de la sociedad, lo excluido, también en otras partes del mundo. Así, Hotel Europa agrupa poemas de observación.
Toré contempla escenas fijas (hasta una fotografía); congela el mundo para mirar atentamente y recapacitar sobre él. A partir de ellas, extrae conclusiones generales o lecturas alegóricas de ello. De este modo, el autor apuesta por la concisión, en vez de explorar el reportaje. En efecto, Toré se centra en una idea, en una imagen. Emplea un registro descriptivo pero emplea la precisión léxica y el verso limpio, con lo que obtiene poemas bien equilibrados, escritos con delicadeza.
El asesinato y el expolio son el foco de los textos, y desde ellos surge la reflexión crítica, contenida, del autor. En concreto, aborda el horror en la Historia; las violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, al mismo tiempo, reivindica la palabra como forma de expresión de la memoria y de lo silenciado, de lo agredido. De hecho, le lleva a concluir que es “el lenguaje, un estado de excepción”. Con la conciencia de sus posibilidades y de sus dificultades, finalmente, el poemario termina siendo un canto esperanzado en la capacidad de poder aspirar a superar la injusticia a través del reconocimiento de la fraternidad.