Eliane Hernández Montejo – La República Cultural
El arca de Noé tenía un objetivo muy claro, asegurar la supervivencia de las especies a pesar del diluvio universal, encargado de exterminar a todas las criaturas de la tierra. Es decir, hace unos cuantos miles de años (los que creen que el mito podría tener su base en una inundación real, no se ponen de acuerdo sobre la fecha de la misma), ya existía conciencia sobre la importancia de preservar la amplia variedad de seres vivos de nuestro planeta. Algo que, claramente, hemos ido olvidando con el paso de los siglos.
Photo Ark es un proyecto del fotógrafo Joel Sartore cuya misión es retratar a todas las especies en cautividad antes de que sea demasiado tarde. Un arca moderna, pero de imágenes, ya que en el caso de los animales no es posible hacer una real, como el banco de semillas de Svalbard, dedicado a preservar las plantas.
Hasta el momento, Sartore ha fotografiado 8754 de las 12.000 especies con las que espera completar su proyecto. Pero los peces, aves, mamíferos, reptiles, anfibios e invertebrados que lo integran no aparecen como estamos acostumbrados a verlos, ya que el fotógrafo estadounidense ha optado por realizar una especie de retratos de estudio. De forma que todos aparecen posando sobre fondos blancos o negros, es decir, neutrales, en un intento de igualarlos, para demostrarnos que todos ellos son importantes. Explicando, mediante imágenes, que sea cual sea su tamaño, todos ellos son imprescindibles para mantener a salvo nuestro planeta.
Un total de 52 de esos retratos forman parte de la exposición Photo Ark, del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Una muestra diseñada para hacernos entender que también es nuestra responsabilidad contribuir a preservar la biodiversidad del planeta, antes de que sea demasiado tarde para muchas de esas especies.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que hay más de 22.000 especies en peligro de extinción, y aunque somos conscientes de algunos de los casos más llamativos lo cierto es que, la mayoría de nosotros, ni siquiera conocemos la existencia de muchas de ellas.
El cocodrilo filipino, por ejemplo, es una especie de agua dulce relativamente pequeña, cuyo hábitat natural hemos ido destruyendo, lo cual, unido a su caza, le convierte en uno de los diez animales que tiene un mayor riesgo de extinción. Por su parte, la mosca amante de las flores es la única mosca que se encuentra en la Lista Roja de especies en extinción, mientras la rana de lluvia de Tabasará se encuentra en peligro crítico y apenas hay datos sobre su supervivencia en su hábitat natural.
Y puede que ninguno de ellos nos parezca realmente relevante en nuestro día a día, pero lo cierto es que lo son. En palabras del creador de Photo Ark: “Sabemos demasiado poco para tener la arrogancia de pensar que una vida del planeta no es importante. Imagina por un instante un mundo sin el canto de los pájaros, sin ranas, pandas o cualquier otro animal que aprecies”.