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Mundos que flotan en las Estancias imaginarias y Estructuras ausentes - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Hace unos años, gracias a un libro regalado por un amigo, me aficioné a la literatura fantástica de China Mieville. Aficionarse es una manera peculiar de decirlo, porque la lectura de estos libros supone entrar en un mundo complicado, entre lo decimonónico y el futurismo, la ficción y la fantasía, y la construcción de espacios imaginados por una mente compleja, que obliga a crear más que recrear, lugares extraños propios, a los que el autor apenas da pinceladas, pero que construyen lugares.

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Mundos que flotan en las Estancias imaginarias y Estructuras ausentes

El universo de Juan Salvago y los mundos de China Mieville

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Acrílico sobre tela, 116 x 89 cm, obra de Juan Salvago en la exposición Estancias imaginarias y Estructuras ausentes. Fuente: Galería de Arte Orfila.

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Acrílico sobre tela, 116 x 89 cm, obra de Juan Salvago en la exposición Estancias imaginarias y Estructuras ausentes. Fuente: Galería de Arte Orfila.

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DATOS RELACIONADOS

Título de la muestra: Estancias imaginarias y Estructuras ausentes
Autor: Juan Salvago
Organiza: Galería de Arte Orfila

Julio Castro – La República Cultural

Hace unos años, gracias a un libro regalado por un amigo, me aficioné a la literatura fantástica de China Mieville. Aficionarse es una manera peculiar de decirlo, porque la lectura de estos libros supone entrar en un mundo complicado, entre lo decimonónico y el futurismo, la ficción y la fantasía, y la construcción de espacios imaginados por una mente compleja, que obliga a crear más que recrear, lugares extraños propios, a los que el autor apenas da pinceladas, pero que construyen lugares.

En cuanto vi un par de imágenes de la obra que ahora trabaja Juan Salvago, supe que los mundos de Mieville tenían un paralelismo desde la literatura a la obra plástica, y que podían albergar sus acciones, pero que también podían suponer los restos de historias no construidas aún por el escritor.

Salvago viene de crear espacios rodeados de agua, aislados, vinculados a reflejos, en un período en el que las ideas se mueven entre el recuerdo de lo tangible en paisajes veraces y las estructuras de trazos que discurren entre influencias del medievo y la primera mitad del XX.

Procesos anteriores

Aunque he tenido ocasión de ver algunas fotos de la anterior exposición No lugares imaginarios (2017). Creo que se manifiesta un proceso evolutivo que mantiene íntegro el espíritu que mueve por dentro la necesidad de estas creaciones en el artista, dejando patente que no plasma casualidades, sino intenciones.

En aquella anterior etapa que se mostraba también en la Galería Orfila, Antonio Leyva Sanjuán hacía un interesante recorrido, donde interesa un profundo análisis del recorrido. En encontramos referencias entre ciudades-isla, torres vigía y otras estructuras, que nos moverían desde las clásicas ciudades-estado de la antigua Grecia, a través de estructuras cerradas hacia su interior, encauzando luego le propuesta hasta la sugerencia de los conceptos de Bauhaus, como idea abierta que elimina barreras, jerarquías, y también los misterios que pueden romper las estructuras de vidrio (donde citaba a Walter Benjamin “Las casas de vidrio no tienen ‘aura’. El vidrio es el enemigo número uno del misterio. También es enemigo de la posesión”).

La nueva exposición

Ahora, en sus Estancias imaginarias y Estructuras ausentes, Juan Salvago guarda algunos claros trazos de aquellas otras estructuras aisladas y bordeadas de reflejos acuáticos, pero dirige su mirada y logra conducir la del observador hacia unas estructuras flotantes sin base de sustento. Pueden ser ciudades, pueden ser restos de estructuras industriales, en las que existe el simbolismo, igual que encontramos los restos de la habitabilidad del ser humano vivo, que aún no aparece (pero me confiesa que con el tiempo acabará apareciendo en su futuro creativo), aunque sí vemos elementos que le han sido necesarios. Sí hay trazos de pájaros, sí hay barcas, apenas está presente el agua, pero alguien se ha ocupado de construir y de poner en marcha estas estructuras en algún tiempo. A veces son estancias listas para volver a ser ocupadas, otras sugieren el abandono y su posible estado de deterioro lamentable.

Por si alguien observa de soslayo, puede encontrar falsos reflejos de aguas que no están, creados por simetrías verticales que no son tal, sino un engaño a la vista que obliga a detenerse a comprender la posibilidad de un mundo que crece flotando hacia arriba y otro que queda atrás y permanece en sentido opuesto.

Cercanías y paralelismos en la literatura fantástica y de ficción

Hay aún torres, como en Ausente anterior, hay sugerencias de reflejos que no se dan, como en En suspensión 2, y las propuestas que dejan la idea de lo industrial, como en Cinta continua, con un descarado sinfín de Moebius. La serie relacionada con las obras En suspensión, así como Navegando, dejan un claro sabor a esos mundos citados de Mieville, aunque no sea el mundo que influye al autor en este caso (me consta), sí encontramos una cercanía que propone en el escritor el género Steampunk, que fácilmente podría regir en estos mundos plasmados de Salvago, aunque no se plasme como otras obras al uso, sino en un trabajo de estilo mucho más personal.

Podríamos encontrar otros referentes de la ficción, como las obras de Margaret Weis y Tracy Hickman (El ciclo de la puerta de la muerte), donde sus islas flotantes se aproximan mucho a los grandes elementos que componen los cuadros, pero ciertos detalles en el interior, así como otras obras de formato menor que concretan esas Estructuras ausentes, parecen convivir mejor con las propuestas del escritor británico. Otro referente, más próximo a la etapa de la anterior exposición, puede ser el mundo de Terramar del que escribe Ursula K. Le Guin, más compacto que el de Weis y Hickman en lo literario, pero en esta obra presente quedaría más lejano.

Sobre el desarrollo del trabajo

El artista se vuelca en un estilo muy suelto en sus trazos, mientras se ocupa de dejar claro qué es lo que pretende sobre el lienzo. No es un trabajo rápido en su acabado, porque escoge insistir en las capas sobre la superficie, para dedicar tiempo a la textura, a cubrir la superficie en contrastes de niveles de elaboración, potenciando los fondos en lugar de dejarlos muertos, insistiendo mediante veladuras, de manera que saca a flote en algunos momentos las estructuras inferiores, mostrando al ojo su línea de trabajo.

Vemos que el detalle, presente en donde quiere resaltar más las ideas, no quiere responder al trabajo minucioso de todo su contenido, sino que ofrece a la mirada del espectador la posibilidad de completar las propuestas de ciertos espacios. También en este sentido encuentro el paralelismo con el novelista de ficción, que detalla a fondo ciertas descriptivas, pero obliga al lector a configurar su mundo imaginario.

La mayor parte de los cuadros son de gran tamaño, aunque en otros más pequeños elige jugar con efectos diferentes, donde el color cobra un sentido opuesto a los llamativos de las grandes estructuras, para sugerir espacios más íntimos, aunque a la vez más inquietantes.

En esa promesa de evolución que hace el propio artista, habrá que estar pendientes del futuro que depara a su obra, hasta el momento en que sus espacios no ocupados sean habitados o se aproximen a la presencia de sus responsables. Entre tanto no se necesita ni llaman la atención esos seres desconocidos y, por el contrario, estos mundos suponen un concepto a conocer con resultados muy interesantes y llamativos.

Sobre el artista

Juan Salvago es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Ha mostrado su obra en exposiciones individuales en Madrid: Café Galería El Ratón, 1987; Galería Santa Bárbara, 1990; Centro Suizo de Madrid, 1993; Sala Belagua, 1994; La Nave del Arte; 2001; Galería Orfila, 2017 y 2019, entre otras, así como en galerías y espacios de arte de Vitoria, Badajoz y Ávila. Participa en colectivas en varias ciudades españolas y en el Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana, Cuba.

Fecha: el Sábado 6 de abril de 2019

Horario: de11:00h a 20:45h

Lugar: Galería de Arte Orfila - c/ Orfila, 3 -Alonso Martínez- (Madrid)

Horarios:
martes a sábado: 11:00h-13:45h y 17:30h - 20:45h
Lunes sólo tarde.
Más información:
Entrada libre

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Fecha: el Sábado 6 de abril de 2019

Horario: de11:00h a 20:45h

Lugar: Galería de Arte Orfila - c/ Orfila, 3 -Alonso Martínez- (Madrid)

Horarios:
martes a sábado: 11:00h-13:45h y 17:30h - 20:45h
Lunes sólo tarde.
Más información:
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