Nota de prensa
En las últimas décadas, la relación entre el arte del siglo XX y el juego, la educación, la infancia o lo primitivo ha sido objeto de no pocas exposiciones: algunas se han dedicado a los juguetes populares; otras, a los juegos y juguetes diseñados por las vanguardias o por artistas, arquitectos y diseñadores contemporáneos; y otras, al dibujo o la literatura infantiles, a los libros de artista o a aquellos ilustrados para niños.
Sin embargo, las investigaciones que han rastreado la influencia que los nuevos modelos pedagógicos aparecidos en el siglo XIX para la educación del niño, y también para la enseñanza del dibujo, base de la práctica artística, han tenido en las vanguardias (y, por tanto, también en el arte, la arquitectura y el diseño de todo el siglo XX, herederos de aquellas), no se han resuelto en una exposición.
Precisamente ese es el relato visual pretendido por El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño, que quiere hacer patente cómo las novedosas pedagogías del siglo XIX más radicalmente basadas en el juego y en la experiencia del “dibujo para todos”, inspiradas por el Émile (1762) de Jean Jacques Rousseau (1712-1778) y cuyo destilado más conocido quizá sea el sistema del Kindergarten de Friedrich Froebel (1782-1852), han sido un germen tan eficiente como desatendido del gran cambio introducido en la tradición por el arte moderno.
La muestra quiere hacer visible que la génesis del arte moderno también se encuentra en la infancia de sus protagonistas y en la educación que recibieron. No se trata, por tanto, de ver el arte del siglo XX desde la perspectiva de un niño, sino de verlo como el resultado, también, de los niños que alguna vez fueron los protagonistas de esa historia.
La amplitud y la complejidad “comparatista” del proyecto, desarrollado durante los dos últimos años, ha necesitado apoyarse en muchos préstamos procedentes de colecciones e instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Con ellos, la exposición confronta una amplia y nunca expuesta selección de manuales y métodos de dibujo, de materiales, recursos y juegos educativos procedentes de la colección de Juan Bordes, comisario invitado de la muestra, con obras de los principales artistas, arquitectos y diseñadores del siglo XX.
En El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño, que cuenta también con Norman Brosterman y Juliet Kinchin en su equipo curatorial, los juegos educativos se alinean con las obras de arte, la arquitectura y el diseño del siglo XX atendiendo no solo a sus similitudes formales –que son evidentes–, sino también a los casos históricamente documentados de tantos artistas efectivamente educados en las nuevas pedagogías. Presenta las raíces de un arte, el del siglo XX, que puede y debe entenderse como el juego elemental y profundo de artistas que se entienden a sí mismos como niños profesionalizados.
La muestra y el catálogo correspondiente son fruto de una investigación cuyos antecedentes más remotos y directos –las publicaciones de Juan Bordes y de Norman Brosterman, que el lector encontrará citadas en los tres ensayos que configuran el catálogo– se remontan a la década de los años noventa. La exposición ocupa un espacio que aún estaba vacante a pesar de las muchas muestras que, en las últimas décadas, han tenido por objeto la infancia, la educación, el juego y el arte, el diseño y la arquitectura modernas, con sus importantes reflejos en la plástica, pero también en la política y la sociedad.