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La exposición La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos llega a Oviedo - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

La exposición La vía de la Plata. Una calzada y mil caminos, organizada por la SECC, con la colaboración de la Consejería de Cultura y Turismo del Gobierno del Principado de Asturias, rememora esta vía histórica que fue concebida por el gobierno romano para el control militar de la península, así como para el abastecimiento y la distribución de productos comerciales. Enrique Cerrillo, catedrático de Arqueología de la Universidad de Extremadura, y Ana Montalvo, arqueóloga, son los comisarios de esta exposición concebida como un largo camino en el que el visitante recorre los territorios geográficos de las distintas Comunidades Autónomas que conforman la Vía de la Plata (Andalucía, Extremadura y Castilla y León) así como sus ramificaciones hacia Galicia y Asturias.

La exposición La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos llega a Oviedo

La muestra estará abierta al público en el Museo Arqueológico de Asturias

La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos
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La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos

Cartel de la exposición "La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos".

La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos
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La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos

Cartel de la exposición "La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos".

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DATOS RELACIONADOS

Fechas: del 25 de febrero al 15 de abril de 2008
Horario: de martes a sábado, de 10 a 13.30 y de 16 a 18 horas
Lugar: Museo Arqueológico de Asturias. Oviedo
Dirección: C/ San Vicente, 3 (Oviedo)
Para más información:
Sociedad Española de Conmemoraciones Culturales

SECC - Nota de prensa

La exposición La vía de la Plata. Una calzada y mil caminos, organizada por la SECC, con la colaboración de la Consejería de Cultura y Turismo del Gobierno del Principado de Asturias, rememora esta vía histórica que fue concebida por el gobierno romano para el control militar de la península, así como para el abastecimiento y la distribución de productos comerciales. Enrique Cerrillo, catedrático de Arqueología de la Universidad de Extremadura, y Ana Montalvo, arqueóloga, son los comisarios de esta exposición concebida como un largo camino en el que el visitante recorre los territorios geográficos de las distintas Comunidades Autónomas que conforman la Vía de la Plata (Andalucía, Extremadura y Castilla y León) así como sus ramificaciones hacia Galicia y Asturias.

La muestra, que se inaugurara el 21 de febrero de 2008 en Extremadura, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, recrea a través de una treintena de paneles didácticos los pormenores de las diferentes etapas que constituyen la Vía de la Plata. Junto a ellos, se exponen cerca de un centenar de piezas que ilustran las diferentes huellas que desde la protohistoria, y a lo largo de tres milenios, han depositado en los márgenes de esta calzada las distintas culturas que han transitado la Península Ibérica. Huellas que se materializan en la exposición a través de objetos de orfebrería, cerámica, relieves, epigrafías, réplicas de esculturas, arcillas, vidrios, útiles de telar, material construcción, facsímiles con repertorios de todos los caminos de España, maquetas de maquinaria de construcción romana, miliarios…

Han sido varias las hipótesis utilizadas para explicar el nombre aplicado a esta vía, de la Plata que no aparece hasta comienzos del siglo XVI. Se intentó explicar como alusión a las riquezas que circularon por ella, a lo bien conservado del firme y al color blanquecino. También se puso en relación con via lata, es decir, amplia, ancha. Más recientemente se barajó la posibilidad de que se su origen proviniera del árabe balata, que significaría camino enlosado, el mismo significado que en castellano calzada. Más recientemente aún se ha pensado en un origen latino, delapidata, referido al enlosado.

Sea como cual fuere el origen de la denominación, lo cierto es que este camino poseyó ya interés entre los eruditos del Renacimiento y ha continuado hasta la actualidad. Este camino se convirtió en los momentos iniciales en un modelo de vía pública dotada de todos los elementos de la propaganda imperial, como lo demuestran además, los puentes tendidos sobre los cursos fluviales de más difícil vadeo, o el constante interés por las reparaciones. Los miliarios situados minuciosamente cada milla romana (1.480 metros) manifiestan ese interés por mantenerla en buen estado de mantenimiento por los diferentes emperadores desde Augusto hasta los últimos años del Imperio.

A través de ella circularon no sólo ejércitos que controlaban las zonas recién conquistada. Los emplazamientos militares situados en las proximidades de tipo campamental, comprueban este hecho. Pero sobre todo constituyó un modo de facilitar el tráfico de mercancías entre los puntos urbanos intermedios y la difusión de las mismas hacia las periferias rurales. Significó el abastecimiento de aquellos productos de tráfico de larga distancia, en general exóticos, y también las otras pequeñas producciones locales de cerámicas y otros instrumentos necesarios para la vida cotidiana.

Si por la vía circularon objetos de todo tipo también lo hicieron las ideas. La forma de vivir romana se extendió gracias a ésta y otras vías peninsulares. La misma idea de la vida urbana con la presencia de edificios oficiales que repiten fórmulas estereotipadas entre los diferentes grados de ciudades, o la interdependencia entre éstas y las zonas rurales próximas que las abastecen y generaron una auténtica fórmula de vida en los campos. Todo ello circuló por ella.

A las ideas hay que añadir las creencias. La religión romana se difundió rápidamente a hacia las periferias, lo mismo que más tarde lo hará el cristianismo, teniendo como puntos de referencia más antigua, precisamente, Augusta Emerita y Astorga en el siglo III.

La excelencia de su trazado se pone de manifiesto no sólo en las referencias arqueológicas vertidas en aquellos momentos en sus entornos, sino con posterioridad. Los reinos medievales la usaron en sus idas y venidas bélicas de S. a N. y viceversa. Pero a partir del s. XIII algunos de los tramos originales verán añadida una función nueva: la transhumacia de los ganados de la Mesta.

Nuevas ciudades surgidas tras la etapa medieval contribuyeron a remodelar el primitivo trazado romano y a introducir algunos cambios. El sistema de comunicaciones creado a partir del s. XIX –ferrocarril y carreteras- significó el fin del tránsito continuado a través de ella. De este modo la vía de la Plata quedó relegada al estudio arqueológico, fosilizada bajo capas de tierra y que ha permitido a la Arqueología su recuperación física y el rescate de la memoria.

El enorme recorrido a través de las tierras peninsulares, cuando se la recorre en cualquiera de las direcciones, permite observar el impacto de su obra en un paisaje humanizado sobre el que culturas y generaciones han ido dejando su huella en ella. No falta una literatura en la que aquellos que transitaron por cualquiera de los motivos posibles, aluden a ella, a su antigüedad, a su conservación o a los alojamientos surgidos en su entorno. Acaso las vivencias de aquellos viajeros fuesen la mejor guía para transitar por ella.

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