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ISSN 2174 - 4092

La música ganó al frío en Pirineos Sur, con 17 Hippies y Shantel y su Bucovina Club Orkestar - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Al volver la cabeza, una lengua de fuego recorre en horizontal la línea desde Sallent de Gállego, que desciende para concentrarse como lava en el embalse de Lanuza, donde la población de la que toma el nombre, baña sus pies y se enfría en esta helada noche de verano. Tal parece que, contrastando con ese frío, el núcleo del Pirineo aragonés hubiese entrado en erupción para arrancar la primera etapa de esta decimoctava edición del Festival Pirineos Sur. El pasado año, la nueva iluminación de la carretera ofrecía mayor facilidad a todos para hacer el trayecto entre las dos localidades cuando la carretera se abarrotaba de coches, este año se inaugura ubicación e instalaciones, que se han terminado en los últimos meses y que permitirán asentar una de las actividades que proporciona un elevado grado de desarrollo a la zona en verano, en contraposición a la temporada de esquí.

La música ganó al frío en Pirineos Sur, con 17 Hippies y Shantel y su Bucovina Club Orkestar

Se estrenan las nuevas instalaciones en la primera jornada de Pirineos Sur 2009 con aires muy balcánicos y festivos

17 Hippies
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17 Hippies

Foto: Julio Castro.

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17 Hippies

Foto: Julio Castro.

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Julio Castro – La República Cultural

Al volver la cabeza, una lengua de fuego recorre en horizontal la línea
desde Sallent de Gállego, que desciende para concentrarse como lava
en el embalse de Lanuza, donde la población de la que toma el nombre,
baña sus pies y se enfría en esta helada noche de verano. Tal
parece que, contrastando con ese frío, el núcleo del Pirineo
aragonés hubiese entrado en erupción para arrancar la primera
etapa de esta decimoctava edición del Festival Pirineos Sur.

El pasado año, la nueva iluminación de la carretera ofrecía
mayor facilidad a todos para hacer el trayecto entre las dos localidades cuando
la carretera se abarrotaba de coches, este año se inaugura ubicación
e instalaciones, que se han terminado en los últimos meses y que permitirán
asentar una de las actividades que proporciona un elevado grado de desarrollo
a la zona en verano, en contraposición a la temporada de esquí.

Un rato antes de comenzar la fiesta anual, los políticos visitan las
nuevas instalaciones que se inauguran con este 18º aniversario, así que
vemos a Marcelino Iglesias reconociendo lo que será el nuevo emplazamiento,
junto con miembros de la Diputación y del Gobierno Aragonés,
y con Luis Calvo a la cabeza que va explicando las novedades del lugar: debe
ser emocionante para uno y para otro, ya que Luis, Director de Pirineos Sur,
está desde su gestación en esta aventura que es tan suya y tan
de tod@s, pero el ahora Presidente del Gobierno aragonés, presidía
la Diputación oscense cuando arrancó la historia, que ahora cuenta
ya con un emplazamiento estable que puede dar mucho más servicio a la
zona.

Y es que durante tres semanas pasarán por el festival más de
50.000 visitantes, para los cuales están preparadas infraestructuras
de todo tipo, que con una distribución que permite asegurar la sostenibilidad
del crecimiento puntual, favorece los ingresos que durante el verano no dan
las pistas de nieve. Como nos indica el responsable de comunicación, “la
población de 1.000 habitantes ¡se multiplica en un 5.000%!
”,
y teniendo en cuenta lo alejado de núcleos urbanos, supone un gran éxito “aquí no
es tan fácil como en otros festivales, en que la prensa y los visitantes
sólo tienen que cruzar la calle para acudir a las actividades”.

Efectivamente, otros años hemos tenido ocasión de comprobarlo,
porque además de la lejanía de las grandes urbes, a veces el
tiempo no acompaña, como esta noche fría, que parece de inicios
de primavera, pero que no impide que un cartel algo menos conocido en nuestro
país, que otros de los que vendrán en días sucesivos,
traiga un medio aforo en un día entre semana: y es que si te apiñas
bien en grupo, y pegas buenos botes al ritmo de 17 Hippies primero, y
luego de Shantel y la Bucovina Club Orkestar, se vence el frío con facilidad.
Así que, la fiesta de estas dos bandas, que incitaban al público
a no participar y a no parar, contó este año con el aliado del
tiempo. El pasado año, las lluvias torrenciales obligaron a la suspensión
de una noche, pero este no lleva ese camino: cruzaremos los dedos.

El grupo alemán 17 Hippies, que cuenta con 13 integrantes,
no se concede descanso entre pieza y pieza, con un recorrido que verdaderamente
recoge un sinfín e músicas del mundo, que ayer se movieron recorriendo
principalmente una especie de pasillo del noroeste al sureste europeo, en una
divertida fiesta de instrumentos de viento y cuerdas, con una introducción
de acordeones que se acoplan perfectamente a cada ocasión.

Cuentan con una organización muy curiosa a la hora de la interpretación,
porque aunque existe una dirección (a veces más y otras menos
explícita), en cada pieza interpretada toma protagonismo un componente
o grupo de componentes de la banda, de manera que se consigue sacar en cada
momento lo mejor de sus intérpretes. Tienen calidad y un estilo muy
variado, llegan al público que les acompaña y anima a voces durante
el espectáculo.

La segunda parte del concierto establece una línea e continuidad en
la noche, porque nos trae sonidos muy similares a los anteriores. De la mano
de Shantel y la Bucovina Club Orkestar,
sonidos balcánicos muy gitanos, como no podía ser de otra manera,
son una banda que nos trae Stefan Hantel, un alemán de raíces
rumanas (parece lógica, pues, su música y sus componentes), cuya
contracción de nombre da origen al artístico Shantel. Sus ritmos,
de denominación balkan beat, hacen que los pies y el cuerpo
entero te bailen durante su interpretación.

Entorno a la guitarra de Shantel, se organizan los violines, acordeón,
viento, voces y un magnífico percusionista que caldea el ambiente desde
su arranque. Pero la energía de ese componente que hace de núcleo,
es impresionante, porque con su guitarra salta en el mismo borde del escenario
flotante, animando a las masas a hacer lo propio. Todos los años acaba
gente en el agua, pero este no parece un día muy adecuado, habrá que
esperar el buen tiempo.

Los componentes de ambas bandas se animan recíprocamente durante el
espectáculo, desde el primer concierto los de la Bucovina están
en el lateral del escenario bailando, luego les toca el turno a los Hippies.
La noche acabará con la discoteca, como todos los años, y con
los DJs locales o invitados de otros países, que animarán el
fin de fiesta. Para esta última parte no me quedo, pero eso me permite
ver de lejos la estupenda imagen con la que comenzaba el artículo.

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