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Blanca Vázquez - La República Cultural
No podía faltar en este videoclub de verano un paseo por joyas clásicas de autor, y que mejor que la elegancia, poesía, compromiso, polémica y cadencia de Alain Resnais y Louis Malle. Del primero y a fuer de ver como va el mundo, merece una revisión detallada su obra Hiroshima, mon amour (1959), una poderosa obra que como afirmaba Godard es un Faulkner + Strawinski, siendo Faulkner, Marguerite Duras y Strawinski, Alain Resnais. Es, pues, esta una colaboración entre literatura y cine, en la que Duras ha compuesto el escenario y diálogos, y Resnais ha dotado de musicalidad a las maravillosas palabras de la Duras. Hiroshima, mon amour es un rodaje del balanceo de las palabras, del abrazo a la memoria. Es, asimismo, una mezcla entre documental y romance, ciencia y ficción, con el recurrente continuo al no olvido del bombardeo atómico de 1945 a Hiroshima y Nagasaki, catorce años después. Las devastadoras consecuencias de la guerra y una historia de amor imposible, los contrastes entre dos países, una Francia de provincias (Nevers) y la ciudad que no duerme, Hiroshima, todo queda envuelto en una lírica visual, fluir de sentimientos, pasión del presente con el miedo a un no futuro. También hay otro miedo, a la indiferencia: “conviene no pensar en las dificultades que presenta el mundo a veces, si no sería del todo irrespirable” dice ella, personaje sin nombre, al igual que él. Sin olvidar la impronta de una música soñadora, nostálgica y evocadora de largas noches.
Argumento: Una mujer francesa con un traumático pasado vivido en la ocupación de Francia, se encuentra en Hiroshima participando en una película sobre la paz. En sus últimas horas en la ciudad mantiene un romance de una noche con un empresario y político japonés que conducirá a ambos a involucrarse cada vez uno con el otro, de tal forma que no se separan en las horas que les queda antes de la despedida. El resto lo conforman la evocación a la bomba atómica lanzada en la zona, más la confesión del romance mantenido por ella cuando era muy joven con un alemán, y la posterior muerte violenta del soldado, y la condena a la que fue sometida por el pueblo, confesión entre sábanas de hotel, el apartamento de él, los tea room, o la calle, en una lucha por poder soportar la realidad de un amor imposible.
El director: Alain Resnais es el cineasta de la memoria. No tiene una filmografía muy extensa, siendo Hiroshima, mon amour su primer largo. Es un cineasta que pertenece, según definen Xavier Pérez y Núria Bou, al grupo de cineastas franceses que como Feuillade, Franju o Rivette, nos hacen intuir en las imágenes que filman la gravitación de lo invisible. Se puede decir más alto, pero no más claro. Es decir, hablamos de un realizador de viajes en el tiempo, de relecturas del arte popular, de la denuncia de las guerras, de los laberintos de la imaginación, de las arquitecturas órficas y lujosas, un cineasta de los fantasmas. Es el realizador constructor de una particular poética de la relación entre palabras y planos. Su último film de 2006, "Asuntos privados en lugares públicos", cuyo título original es "Coeurs", sigue hablando de corazones solitarios, de la preocupación por el paso del tiempo, y la repetición cotidiana.
El comienzo: La fuerza de la imagen se hace patente. Duras dió comienzo con el abrazo de dos cuerpos, de los que se enfocan los hombros y brazos empapados en cenizas, en lluvia, en rocío o en sudor, imagen que dará pasó a unos brazos limpios.
Recomendación: Comprar, mejor que alquilar. Hablamos de obras de arte.
Ver también: El año pasado en Marienbad; Muriel; Te amo, te amo; Mi tío de América; Smoking/No Smoking.
La frase:
- Por qué negar la evidente necesidad de la memoria. Escúchame, sé más, se repetirá.
- Eres como mil mujeres juntas.
La escena: La manifestación callejera entre la que los dos se tropiezan, cruzan, miran con respeto.
La toma: Recordando el pasado, aparece la imagen de una joven (ella) sentada en una bicicleta a orillas del río Loira, mientras en el puente de fondo, desenfocado, transitan gentes.
Me gusta: La valentía con que filma la pasión y la sensualidad de las escenas amorosas, en una época aún muy recatada.
Puntuación videoclub: 9/10
Extras del Dvd: No contiene.
Acompañar de: Semioscuridad, relajación, velitas encendidas y toda la atención del mundo.
Muchos cineastas franceses han realizado una mordiente crítica a la burguesía francesa, entre ellos está el grupo relacionado con la Nouvelle Vague, y muy especialmente Claude Chabrol. Louis Malle se movió en una carretera paralela a la famosa ola cinematográfica, constituyéndose en un muy interesante autor a tener en cuenta en los estudios cinematográficos. Autor polémico desde sus primeros rodajes, "Los amantes", se sitúa entre “Ascensor para el cadalso” primera colaboración con Jeanne Moreau y “Zazie dans le métro”, adaptación de Raymond Queneau, y le reportó a Malle el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia 1958. Con solo 26 años, Malle construyó una obra con una inmensa carga poética y un tranquilo sarcasmo, algo que más propio de un experimentado realizador.
Romántico, acompañado de una exquisita música y fotografía en blanco y negro, además de una de las actrices más carismáticas que ha dado el cine francés, la Moreau, Los amantes es un lujo de verano, en el que también podemos encontrar guindas curiosas, como la participación del latin lover de cine de la época, José Luis de Vilallonga.
La burguesía de provincias, pero la parisina también, están retratadas a través de un par de mujeres bien casadas, cuyos quebraderos de cabeza son los invitados a sus cenas, sus cortes de pelo, y erigirse en las mejores anfitrionas. Retrato mordaz, pero al mismo tiempo esperanzado, porque cuando el amor aparece sin avisar, una de esas damas aburridas, snob y banales puede dar un giro sorprendente a su vida. La música de Brahms acompaña cada caricia.
Argumento: Jeanne es la mujer de un magnate de la prensa, vive en un lujoso caserón en provincia y ve pasar su vida sin mucho entusiasmo. Se aburre mortalmente. Para paliar este flojez anímica acude de vez en cuando a reunirse con Marie, una amiga de París, donde lleva una vida más mundana, y donde se hecha un amante, un playboy español jugador de polo, Raúl. Su marido sospecha, entre ironías y sarcasmos, sus juergas y devaneos, aunque son todos demasiados desapasionados para mover un dedo. Hasta que aparece Bernard, que recoge a Jeanne en la carretera debido a una avería de su coche. Casi sin quererlo Jeanne se dejará arrastrar por una pasión que no hubiera nunca sospechado que sentiría. Hasta el punto de dejarlo todo. Con unas escenas de amor audaces para la época, Malle filmó pudorosa y artísticamente toda la pasión que esconde una dama burguesa.
El director: Louis Malle murió en California en 1995, entonces casado con la actriz Candice Bergen. Su filmografía está plagada de premios y notables trabajos, no sólo en largo, también destacó por sus documentales, “El mundo del silencio” en 1955, Calcuta en 1969, Close up en 1976, o God´s country en 1985. Director que creó polémica, debido a sus proyectos, tuvo que trasladarse a Estados Unidos en los años setenta, donde filmó La pequeña con una Brooke Shields muy niña, y la más interesante Atlantic City. También tuvo un gran éxito con Adiós muchachos.
El comienzo: Panorámica de un espacio de recreo en el que se juega un partido de polo. Dos suntuosas mujeres entre el público, sentadas en una mesa , admiran a uno de los jugadores, Raúl, amante de una de ellas.
Recomendación: Comprar el pack, ya sea éste o cualquier otro de la filmografía de Louis Malle.
Ver también: Belle de jour, Jules and Jim, The Lover, Deseando amar, De aquí a la eternidad, Breve encuentro.
La frase: El aburrimiento es una cura de reposo, tú lo tienes y te quejas.
La escena: La cena en casa de ella, en la que Bernard está invitado también, junto a Raúl, Marie, y Henri, el marido de Jeanne, todo un alarde de hipocresía, y relleno de silencios.
La toma: Los dos amantes en el comienzo de su desatada pasión, apoyados en el molino, las miradas ardiendo.
Puntuación videoclub: 9/10
Extras del DVD: Documental de su etapa norteamericana, God´s country de 1985.
Acompañar de: Gin tonic con mucho hielo.
