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ISSN 2174 - 4092

Ícaro es la ventana a la libertad a la que correr con Daniele Finzi - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Si quieres escapar, cuando veas una ventana tienes que correr mucho “porque a gente como nosotros nos atrapan siempre”. Queda claro el mensaje de Daniele Finzi, cuando en su huída particular en la obra "Ícaro" ayuda a su compañero de celda a ganar esa libertad que su propia mente les niega. Como un clown poco típico, este suizo de cercana influencia italiana, desarrolla su obra en las casi dos horas que dura, con una compañía en formato de teatro independiente, aunque haya colaborado y dirigido grandes producciones a las que ha sido invitado. Pero seguramente, el Ícaro, que ha recorrido numerosos países y ha representado en diversos idiomas, será siempre la pieza más cercana, puesto que es fruto de esa lucha contra un sistema impuesto, contra la privación de libertad individual y colectiva y a favor de la libertad de pensamiento.

Ícaro es la ventana a la libertad a la que correr con Daniele Finzi

Un divertido relato fruto de la privación y del mantenimiento de los ideales

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Daniele Finzi Pasca, durante la representación de la obra en el Teatro Infanta Isabel de Madrid.
Foto: Julio Castro.

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Daniele Finzi Pasca, durante la representación de la obra en el Teatro Infanta Isabel de Madrid.
Foto: Julio Castro.

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Autor y clown: Daniele Finzi Pasca

Julio Castro – La República Cultural

Si quieres escapar, cuando veas una ventana tienes que correr mucho “porque a gente como nosotros nos atrapan siempre”. Queda claro el mensaje de Daniele Finzi, cuando en su huída particular en la obra Ícaro ayuda a su compañero de celda a ganar esa libertad que su propia mente les niega.

Como un clown poco típico, este suizo de cercana influencia italiana, desarrolla su obra en las casi dos horas que dura, con una compañía en formato de teatro independiente, aunque haya colaborado y dirigido grandes producciones a las que ha sido invitado. Pero seguramente, el Ícaro, que ha recorrido numerosos países y ha representado en diversos idiomas, será siempre la pieza más cercana, puesto que es fruto de esa lucha contra un sistema impuesto, contra la privación de libertad individual y colectiva y a favor de la libertad de pensamiento.

Tendemos a pensar en los esquemas que otros elaboran para nosotros desde nuestra más tierna infancia, de manera que cualquiera pensaría que esa independencia y multilingüismo de un país como Suiza, le hace acreedor de mayores libertades y de un más alto aperturismo. Con los años he comprobado que nada más lejos de la realidad. “En mi país, cuando alguien no quiere hacer el servicio militar, el Estado le prepara unas vacaciones en unos sitios llamados cárceles. […] Allí hay habitaciones para una, dos tres o cuatro personas: cuando tuve que hacer allí mi estancia, las individuales estaban completas, así que me tocó una compartida”. De ese rechazo a cumplir con una supuesta obligación no firmada por nadie, con lo militar, nacerá precisamente esta obra, como uno de los entretenimientos durante todo ese tiempo en que Daniele y su compañero de celda precisaban hacer algo. Seguramente, intentando evitar que tu mente te acabe convirtiendo en aquello que quieren que seas, y que tú rechazas: el motivo por el que optaste por no ceder ante esa presión/prisión.

Sin embargo la obra no recoge una cárcel como esa, sino una analogía. El ser humano puede sufrir muchas prisiones, casi todas impuestas, pero en la obra, la prisión de la mente se convierte en libertad, en tanto que la del espacio físico que debiera curarte, es precisamente la de la represión: es un centro de enfermedades mentales.

Daniel, con todas sus fobias y problemas, acaba por ser el adalid de la esperanza y la libertad cuando explica a su compañero, cuál es la forma de huir de ese lugar y como pergeñó el plan con su amigo de la infancia a lo largo de meses o años. Por cierto, quien le acompaña en la representación es un espectador que elige al principio de entre público, para acompañarle durante la representación: puede tocarle a cualquiera, supongo que es una lección más en la vida, en este caso, una lección divertida e irrepetible.

En ese centro dejan pocas cosas a la libertad de cada uno, salvo la de tu desesperada mente. Y las monjitas siempre están atentas a la mínima que se te ocurra, para ponerte un tratamiento de inyecciones. También está ese toro blanco que se te va aproximando y te corre detrás todas las noches, tratando de subírsete a la espalda: si eso ocurre ya no habrá solución.

Bajo una tremenda clave de humor durante el 90% de la función, su autor, director y protagonista desarrollará una obra poco común, en la que el clown es, como siempre, el eterno perdedor, el antihéroe, pero también el único capaz de enfrentar esa realidad que, cuando se nos sube a la espalda, ya no tendrá vuelta atrás.

No dejen de ver esta obra, allá donde la pongan merecerá la pena, porque cada uno tendrá la posibilidad de quitarse de los ojos, durante un rato, el tamiz de color de los cristales que solemos llevar. Y quien lleve ya esos cristales muy tupidos, al menos reirá casi todo el rato ante esta entrañable y divertida historia.

Ícaro" ayuda a su compañero de celda a ganar esa libertad que su propia mente les niega.
Como un clown poco típico, este suizo de cercana influencia italiana, desarrolla su obra en las casi dos horas que dura, con una compañía en formato de teatro independiente, aunque haya colaborado y dirigido grandes producciones a las que ha sido invitado. Pero seguramente, el Ícaro, que ha recorrido numerosos países y ha representado en diversos idiomas, será siempre la pieza más cercana, puesto que es fruto de esa lucha contra un sistema impuesto, contra la privación de libertad individual y colectiva y a favor de la libertad de pensamiento. "> Fecha:

del Jueves 3 de septiembre de 2009 al Domingo 6 de septiembre de 2009

Lugar: Teatro Infanta Isabel - - c/ Barquillo, 24 -Chueca- (Madrid)

Horarios:
De miércoles a viernes: 20:30h
Sábado: 19:00h y 22:30h
Domingo: 19:30h
Precio: de 18 a 25€

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Ícaro" ayuda a su compañero de celda a ganar esa libertad que su propia mente les niega.
Como un clown poco típico, este suizo de cercana influencia italiana, desarrolla su obra en las casi dos horas que dura, con una compañía en formato de teatro independiente, aunque haya colaborado y dirigido grandes producciones a las que ha sido invitado. Pero seguramente, el Ícaro, que ha recorrido numerosos países y ha representado en diversos idiomas, será siempre la pieza más cercana, puesto que es fruto de esa lucha contra un sistema impuesto, contra la privación de libertad individual y colectiva y a favor de la libertad de pensamiento. "> Fecha:

del Jueves 3 de septiembre de 2009 al Domingo 6 de septiembre de 2009

Lugar: Teatro Infanta Isabel - - c/ Barquillo, 24 -Chueca- (Madrid)

Horarios:
De miércoles a viernes: 20:30h
Sábado: 19:00h y 22:30h
Domingo: 19:30h
Precio: de 18 a 25€

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