Menú
laRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Inicio
LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Síguenos
Hoy es Martes 16 de abril de 2024
Números:
ISSN 2174 - 4092

Exilio y teatro infantil después de la II República. Libros y autores españoles tras el ’39 (III) - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

El capítulo titulado Tarde de enero de 1923, sirve a modo de cuña introductoria para desarrollar el origen y el destino de aquellos trabajos que unirían en un proyecto común de futuro al escritor Federico García Lorca, al músico Manuel de Falla y al dibujante y grabador Hermenegildo Laz, en torno a una función de teatro de títeres ofrecido a niños y adultos en una velada teatral en la casa familiar el 6 de enero de 1923. Juan Mata, profesor granadino, como no podía ser de otra manera, es el responsable de dar vida a ese entorno, a esa semilla y a lo que queda de aquello que, como muchos sabemos, tuvo su gran trascendencia en el desarrollo de las Misiones Pedagógicas, pero que también lo tendría en su momento, más tarde, en el frente de batalla de aquella terrible guerra. Un Federico que acabaría fusilado en los primeros albores de la barbarie fascista, un Falla que no conseguiría salvar a su amigo y terminaría en el exilio, en tanto que Lanz sí sería salvado, para pasar por las cárceles del régimen franquista, y ser exiliado, excluido y anulado en el silencio de la dictadura.

Exilio y teatro infantil después de la II República. Libros y autores españoles tras el ’39 (III)

Pequeña memoria recobrada, editado por Ana Pelegrín, María Victoria Sotomayor y Alberto Urdiales

El carbón y la rosa
Ampliar imagen

El carbón y la rosa

Méndez, Concha.
El carbón y la rosa.
La Habana : La Verónica, 1942.
2.ª edición [1.ª, 1935].
Teatro.
14 x 10 ; 92 pp.

El carbón y la rosa
Ampliar imagen
El carbón y la rosa

Méndez, Concha.
El carbón y la rosa.
La Habana : La Verónica, 1942.
2.ª edición [1.ª, 1935].
Teatro.
14 x 10 ; 92 pp.

Click en las imágenes para ampliar
DATOS RELACIONADOS

Título: Pequeña memoria recobrada. Libros infantiles del exilio del 39
Autores: varios
Editores: Ana Pelegrín, Mª Victoria Sotomayor y Alberto Urdiales
Editorial: Ministerio de Educación y Cultura. CIDE. Madrid 2008
Formato: 310 páginas; encuadernación rústica; 24x24 cm
ISBN: 978-84-369-4592-8
Precio: 21€
Incluye un CD con el catálogo de las pordadas de todos los libros recopilados por Ana Pelegrín.

Julio Castro – La República Cultural

Continuamos con el breve repaso del contenido del libro Pequeña Memoria Recobrada. Libros infantiles del exilio del 39, y le toca el turno al teatro infantil y su reflejo en los textos de autores españoles que ya desde antes de la II República inician un camino que sería trágicamente truncado en nuestro país con el golpe de estado fascista.

Una tarde de 1923 como excusa para Federico, Falla y Lanz

El capítulo titulado Tarde de enero de 1923, sirve a modo de cuña introductoria para desarrollar el origen y el destino de aquellos trabajos que unirían en un proyecto común de futuro al escritor Federico García Lorca, al músico Manuel de Falla y al dibujante y grabador Hermenegildo Laz, en torno a una función de teatro de títeres ofrecido a niños y adultos en una velada teatral en la casa familiar el 6 de enero de 1923.

Juan Mata, profesor granadino, como no podía ser de otra manera, es el responsable de dar vida a ese entorno, a esa semilla y a lo que queda de aquello que, como muchos sabemos, tuvo su gran trascendencia en el desarrollo de las Misiones Pedagógicas, pero que también lo tendría en su momento, más tarde, en el frente de batalla de aquella terrible guerra.

Un Federico que acabaría fusilado en los primeros albores de la barbarie fascista, un Falla que no conseguiría salvar a su amigo y terminaría en el exilio, en tanto que Lanz sí sería salvado, para pasar por las cárceles del régimen franquista, y ser exiliado, excluido y anulado en el silencio de la dictadura.

Sirve de excusa también la evocación, para hacer un repaso de textos y obras vinculadas a Lorca y a estos artistas y autores, engarzando con el capítulo posterior al de Mata.

Me parece bastante reconfortante (o bien medio reconfortante), la pequeña “venganza” de las palabras de Juan Mata, al respecto de Enrique Lanz, nieto de aquel otro gran artista: Hermenegildo.

El teatro infantil y el exilio

Como decía al principio del apartado anterior, el texto de Juan Mata abre camino al tratamiento del teatro infantil en la II República Española y en el exilio de los autores que tuvieron que seguir este camino. Así, María Victoria Sotomayor, bajo el título Memoria de la escena: el teatro infantil de los exiliados, elige como tema para el libro una visión genérica del mismo, que liga la actividad escénica a la publicación literaria, señalando al principio de este apartado cómo la dictadura prestaría especial atención a vigilar aquello que se produce en este género, para evitar el acceso de aquellos a “nocivas influencias”, porque son “quienes deben asegurar la consolidación y el futuro del régimen”. Debido a esto (además de la subsiguiente represión, tortura, asesinatos y demás, como ya sabemos) los autores no tienen otra salida que la de la marcha a otro país.

Sirve este apartado también para hacer un breve esbozo de la innovación teatral procedente de finales del siglo anterior o principios del XX, aunque la intención sea, más bien, hacer la comparativa de la pérdida entre lo generado en esos años de la II República, respecto de lo que se va al exilio (o se liquieda en la guerra, como el caso de Lorca) y lo que queda aquí.

A fin de centrar el panorama, la autora hará un interesante repaso de la actividad teatral dirigida a la infancia, abarcando las labores destacadas de Cipriano Rivas Cherif como director de escena, Magda Donato y Salvador Bartolozzi, la obra de Lorca y Alberti, Antoniorrobles, Concha Méndez, Elena Fortún o Valle Inclán.

Desde el Teatro de títeres y marionetas encabezado en el texto por el Teatro dei Piccoli, Sotomayor va desgranando aquel legado y a sus autores y creadores. Posteriormente entrará en el apartado de El teatro en la prensa infantil, donde prestará atención a las publicaciones en revistas y periódicos del género teatral dirigido a la infancia. En este capítulo de su trabajo abarca las obras, revistas y autores que pasarán por los medios impresos como Gente menuda, Pinocho o Macaco y otras más novedosas o menos extendidas, en que se reflejará la importancia del texto teatral como género de lectura infantil, pero sobre todo, como un “nuevo concepto del teatro para niños que se aleja absolutamente del teatro escolar dominante, moralizante y aburrido, además de rutinario y nada teatral”. Así mismo, afirma la autora que “fueron escritas pensando en los intereses y gustos de los niños reales, considerados como seres autónomos y no sólo como ‘sujetos educables’”.

La misma autora, dentro del apartado Otras publicaciones que recoge en su capítulo, centra su interés en obras de los años ’30 y, especialmente, en el trabajo de Concha Méndez, como innovadora en este ámbito, especialmente por su contribución a liberar el teatro infantil del realismo, dirigiéndolo más hacia la fantasía y el sueño. Pero también toca a otros aturares como Bartolozzi, o a Juan Lacomba que adapta algunas obras de la escritora Elena Fortún. Como no podía ser de otra manera, hay obras que se representaron pero no se publicaron (algo muy lógico en esa época dentro del género teatral), y estas también son citadas por María Victoria Sotomayor en su apartado Teatro representado.

La segunda parte del trabajo de Sotomayor se dedica al exilio y la postguerra, de manera que Dentro de Ruptura y ausencia. Hacia el exilio, retomará a los autores en esa ausencia, que llevaría a algunos a recalar o pasar por México, otros en Argentina, y otros en Cuba, como principales destinos de aquellos, de manera que profundiza algo más en ciertos autores y autoras que ya trata previamente al revisar los quince años previos al final de la guerra.

Otro apartado dentro del capítulo que se trata, es el referente a los que quedan en España. Es decir, aquellas personas que no se exilian por diversos motivos (entre los cuales recordemos que existía el llamado exilio interior), pero también los nuevos autores que habrán de nacer o educarse en esa dictadura y que, pese a todo serán capaces de desarrollar un género de interés en este ámbito. Me alegra ver la inclusión de dos grandes personajes de nuestro teatro y de nuestra literatura, como son Pilar Enciso y Lauro Olmo, matrimonio que a lo largo de toda su vida, incluso tras la muerte de Franco y hasta sus últimos y respectivos alientos, lucharían contra el fascismo, contra la represión y contra la discriminación a la que toda su vida estarían sometidos, tanto en la censura y el maltrato de su obra, como en la persecución en su vida personal. Habiendo conocido a estos dos autores, hay que recalcar que trabajaron y crearon conjuntamente (de manera especial en el teatro infantil) y no en diferentes ámbitos, como en muchas ocasiones se ha indicado. También es de agradecer ver la inclusión de Alfonso Sastre y Eva Forest, otros dos grandes autores, hoy tan denostados por intereses partidistas en este tan poco democrático sistema electoral que nos ha tocado vivir en el teatro de la vida.

Por último, dentro de este capítulo se aborda brevemente el retorno de algunos autores, y la recuperación de la obra, de estos autores. Yo hablaría más bien de la necesidad de que se recupere, esta obra, antes que sentirla tan alejada de la línea de nuestra historia más rica y más cercana, que poco a poco, muchas van cayendo en el pozo del olvido de lo que nunca existió.

Alojados en NODO50.org
Licencia de Creative Commons