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Ágora, Hipatia más allá de Amenábar - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Dice el director que la vida de Hipatia, la filósofa atea de Alejandría, corre una vida paralela a la de Jesucristo o similar a la de él, hasta el punto que pensó en crear un paralelismo en la película entre ambos personajes. Cuando escucho barbaridades de ese calibre me quedo atónito, porque no vienen de parte de un iletrado, sino del propio director del film. La propia Hipatia (en la película, me refiero) niega rotundamente cualquier creencia en la existencia de un dios, denuncia lo que hacen las religiones, se opone a las barbaries que todos los “elegidos de los dioses” hacen con el pueblo y rechaza, a cambio de perder su vida, la mentira de plegarse ante los hipócritas que la rodean reconociendo el cristianismo.

Ágora, Hipatia más allá de Amenábar

El director se queda corto en su percepción del film con sus declaraciones

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El decorado de la Biblioteca de Alejandría, en la película de Amenábar.

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Rachel Weisz en una imagen de la película de Amenabar.

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Julio Castro – La República Cultural

Ocurre que algunos directores de cine no alcanzan a ver toda la perspectiva del nivel que su película puede alcanzar. Tras ver Ágora y escuchar a Amenábar en una entrevista, creo que se ha quedado mucho más atrás que la historia que narra y muy por debajo del personaje de la misma.

Pensando luego en ello, esto ofrece una cierta explicación acerca del motivo por el que, en ciertos momentos de la proyección, parece que salta de un punto a otro y sugiere que ha pegado trozos entrecortados del guión. Al parecer quiso centrarse tanto en lo cósmico y en la filosofía de lo diminuto del globo terráqueo y de la civilización, que los temas principales de la historia le deben haber quedado ocultos en el bosque… o bien le ha dado miedo y se ha arrepentido de tratar los temas que trata de una forma tan descarnada, que pudiera correr el riesgo de perder parte de sus adeptos: así puede perder buena parte del público.

Dice el director que la vida de Hipatia, la filósofa atea de Alejandría, corre una vida paralela a la de Jesucristo o similar a la de él, hasta el punto que pensó en crear un paralelismo en la película entre ambos personajes. Cuando escucho barbaridades de ese calibre me quedo atónito, porque no vienen de parte de un iletrado, sino del propio director del film.

La propia Hipatia (en la película, me refiero) niega rotundamente cualquier creencia en la existencia de un dios, denuncia lo que hacen las religiones, se opone a las barbaries que todos los “elegidos de los dioses” hacen con el pueblo y rechaza, a cambio de perder su vida, la mentira de plegarse ante los hipócritas que la rodean reconociendo el cristianismo.

Los motivos son profundos, son personales y son colectivos, pero son muy explícitos, de manera que llega a decir que nunca podría creer en un dios ni seguir una religión, porque el que cree no duda y ella “debe hacerlo”. Es lo opuesto a la religión. Dice “pero yo creo en la Filosofía”, de lo cual, los Notables de Alejandría se ríen.

Y uno de los motivos que creo que no ha llegado a magnificar lo suficiente en sus declaraciones el propio Amenábar, es el concepto que se refiere a ser una mujer de finales del siglo IV en el Egipto ocupado por los últimos coletazos del Imperio Romano: y es que decide ser libre y no someterse a los hombres. Es que se permite dar lecciones a los hombres para que sean libres. Y de manera brutal comprende que los esclavos también son hombres (aunque no llega a entrar en esa partida).

No sólo es Hipatia quien desea ser libre, sino que su propio padre, el filósofo y astrónomo Teón, es quien le desea esa libertad y la deja crecer en su conocimiento, en sus estudios y en su forma de vida, lo que fomenta incluso delante de otros. La escena del pañuelo tiene un significado más profundo que el que el propio director explica, ya que en realidad, viene a decir a su supuesto admirador: me encuentras armónica para declarar tu amor, pero luego me considerarás impura e inferior por ser mujer, y te lo demuestro con mi menstruación. Es un mensaje gráficamente muy duro, pero muy real y nada alejado de los caracteres de muchas sociedades, no en el hecho del ciclo menstrual en sí, sino en el ejemplo que supone en el entorno machista.

Pero volviendo al tema central de la película, la conclusión puede ser fácilmente que se condena el extremismo religioso, en tanto que el mensaje de Hipatia es más profundo, es el de que las religiones crecen y se asientan en el extremismo, y por eso son nocivas en sí mismas, ya que de lo contrario desaparecerían del entorno social. Así lo dice al insinuarle su discípulo, el que se convertirá en Prefecto de Egipto y en su amigo más cercano hasta que… (bueno, eso que lo vea el espectador interesado), cuando le sugiere que el mensaje del obispo cristiano puede ir más allá y apuntar a su propia persona, más que ser una amenaza a los judíos.

En fin, la película tiene un gran debate si se quiere entran en él, pero refleja el maremagnum de una ciudad que debió ser multicultural y que se condenó a la miseria de las religiones. El horror de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, es una cuestión que siempre que sale me produce un profundo dolor, porque es el símbolo de la pérdida de las bases de la cultura, que nos llevó de la mano de la religión a retroceder unos 2.000 años o más, cercenando de base la cultura científica y literaria, además de las bases filosóficas previas al primer milenio de nuestra era.

Hay que decir que los decorados son magníficos, y que se agradece que el director haya querido evitar los montajes digitales, para ir a escenarios que reflejen su particular Ben Hur. Igualmente hay que felicitarle por la música del film, que acompaña de manera excelente al montaje y enriquece hasta el pase de los títulos de crédito. Sin duda, y por sobreentendido, la actuación de Rachel Weisz es también de destacar, porque es excepcional.

Por lo demás, recomiendo ver la proyección con mente muy amplia, porque las cosas van cambiando mucho y se suceden los horrores de uno y otro lado, hasta que sólo queda uno en pie… que también deben derribar. Pero no hay que ir muy lejos para ver la barbarie, porque hace pocos años Bush, Blair y Aznar decidieron hacer lo mismo y destruyeron el otro baluarte de la historia de la humanidad: Bagdad, y sus museos, que a saber dónde están hoy las piezas milenarias que no fueron destruidas, pero sí robadas por los facinerosos ocupantes. Que las recupere el premio Nóbel Obama.

Es lo que tienen las religiones y la intransigencia.

DATOS RELACIONADOS

Título original: Ágora
Dirección: Alejandro Amenábar
Intérpretes: Rachel Weisz, Max Minghella, Oscar Isaac, Ashraf Barhom, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Richard Durden, Sami Samir, Manuel Cauchi, Homayoun Ershadi
Guión: Alejandro Amenábar, Mateo Gil
Fotografía: Xavi Giménez
Música: Alejandro Amenábar
País: Estados Unidos, España
Año: 2009
Fecha de estreno: 09/10/2009
Duración: 126’
Género: Drama, Romance, Histórico, Aventuras
Web: www.agoralapelicula.com
Distribuidora: 20th Century Fox

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