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Planet Terror, muslos, explosiones y zombies mutantes - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Que diría Dj Shadow, “escojo algunos viejos vinilos al azar, cazo algunos de sus pasajes sonoros convenientemente retros, los remezclo sobre una base rítmica adecuada y ya tengo un tema absolutamente revolucionario”. Ese concepto del ‘loop’ que tan buenos réditos ha dado a la música electrónica parece también haberse instalado entre ciertos gurús del cine ‘underground’ de entretenimiento. El reciclaje es una de las vías de expresión más validas de la ‘modernidad’, nadie pondrá en duda el alcance y las posibilidades del metalenguaje y la reescritura. Desde Carpenter, con sus bastardas adaptaciones de Howard Hawks, hasta Burton y su caleidoscópica visión de los clásicos del horror, por citar dos ejemplos representativos de épocas diferentes, hasta un presente en que cada año nos llegan un buen puñado de remakes confesos e inconfesos de piezas de género, el cóctel revisionista se ha instalado como un medio de expresión de sistemática efervescencia entre los adultos que antaño nos alimentábamos de un biberón catódico.

Planet Terror, muslos, explosiones y zombies mutantes

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DATOS RELACIONADOS
  • Director: Robert Rodríguez
  • Reparto: Josh Brolin, Bruce Willis, Danny Trejo, Freddy Rodríguez, Rose McGowan
  • Género: Terror
  • País: Estados Unidos
  • Año: 2007
  • Luis Rueda - La República Cultural

    Que diría Dj Shadow, “escojo algunos viejos vinilos al azar, cazo algunos de sus pasajes sonoros convenientemente retros, los remezclo sobre una base rítmica adecuada y ya tengo un tema absolutamente revolucionario”. Ese concepto del ‘loop’ que tan buenos réditos ha dado a la música electrónica parece también haberse instalado entre ciertos gurús del cine ‘underground’ de entretenimiento. El reciclaje es una de las vías de expresión más validas de la ‘modernidad’, nadie pondrá en duda el alcance y las posibilidades del metalenguaje y la reescritura. Desde Carpenter, con sus bastardas adaptaciones de Howard Hawks, hasta Burton y su caleidoscópica visión de los clásicos del horror, por citar dos ejemplos representativos de épocas diferentes, hasta un presente en que cada año nos llegan un buen puñado de remakes confesos e inconfesos de piezas de género, el cóctel revisionista se ha instalado como un medio de expresión de sistemática efervescencia entre los adultos que antaño nos alimentábamos de un biberón catódico. Marcus Nispel, Alexandre Aja, Rob Zombie y un largo etcétera de jóvenes realizadores han estructurado su obra cinematográfica a partir de un material sentimental que fluctúa entre lo bizarro y lo pop. Cada realizador, cada filme, ha procurado que esa citada reescritura sea acorde a unas reglas y marque una distancia con sus fuentes con objeto de establecer una coherencia individual, eso, repito, casi todos, porque Robert Rodríguez y su colega de juergas fílmicas, Quentin Tarantino, hartos de justificar sus escuálidas autorías, de buscar una coartada a ese proceso de reescritura, han decidido ir a la esencia misma: la creación de un nuevo concepto cinematográfico, el ‘exploit’ de la reescritura (y es que en el fondo son más inquietos que Lars Von Trier).

    El dúo pistolas, en concreto Rodríguez, aunque visto lo visto me temo que podrían intercambiarse los papeles en cualquier momento, se ha desnudado de coartadas éticas y se ha confabulado para crear un filme (díptico) de género, macarrónico y chulesco en el que lo único válido es la estética feísta y lo más reseñable, de veras, es el homenaje a un grande como Jonh Carpenter. Por desgracia, por el momento no podemos hacernos a la idea del efecto de ese programa doble conjunto, el proyecto ‘Grindhouse’ que se completará, en breve, con el filme ‘Death Proof ‘de Quentin Tarantino. Desde luego esta decisión de partir la sesión en dos entregas distanciadas en el tiempo va a ir en contra de la esencia misma y el resultado en taquilla del proyecto ‘Grindhouse’, es a todas luces tan increíblemente ridícula, anticinematográfica y estúpida que no vale la pena añadir más.

    En el caso de ‘Planet Terror’, lo primero es hablar de los referentes, que son, como poco, dos bien definidos. El primero y más perceptible es el universo de la factoría Troma creada por el sin par Lloyd Kaufman, es decir, gore, mutantes, chascarrillos baturros, algo de erotismo para mentes febriles y poquito más que valga la pena remarcar. El segundo referente, mucho más interesante es John Carpenter y valga decir que los guiños que hallamos de ‘La niebla’, ‘Rescate en Nueva York’ o ‘El Príncipe de las Tinieblas’ se encuentran entre lo más disfrutable de este show ‘bizarre’ (mutilado); sirva como apunte que la complicidad del realizador de ‘Vampiros’ (eso sí es un pura sangre B) le ha llevado a componer algunos pasajes sonoros para el filme de Rodríguez y, francamente, qué bien le sientan esos nocturnos arpegios de sintetizador a cualquier cosa, por mediocre que sea.

    Lo siguiente a reseñar es el envoltorio, el trabajo llevado a cabo vía digital que consiste en envejecer el celuloide (dándole una pátina al más puro ‘spaghetti western’) e imitar los problemas reales de desajuste de bobina, mal estado del celuloide (a suerte de exceso de pases), desenfoques y un sinfín de texturas que hacen que nos sintamos ante un doble programa de décadas pasadas. A ese respecto, valga decir, que el asunto sentimentalmente resulta grato para aquellos que alguna vez hemos asistido a una de esas mini maratones de horror (es como vivir las emociones de un filme como ‘Matinèe’ de Joe Dante desde dentro del celuloide y a lo cafre) y, sinceramente, la experiencia es grata. Otra cosa es que el espectáculo al que hemos asistido deje el más mínimo ‘bouqué’ cinematográfico en nuestro cerebro. No seré yo desde estas líneas quién se pronuncie sobre si un experimento de este calibre resulta honesto, como poco es más interesante que el pastiche manierista y profundamente esteta que Rodríguez nos regaló con ‘Sin City’ (2005) Como quiera que un programa doble de época también arranca los aplausos del público vía trailer, para la ocasión el filme de Rodríguez (o el díptico ‘Grindhouse’) va precedido del anuncio-trailer realizado por Eli Roth de un filme ficticio titulado ‘Machete’ que, francamente, pide a gritos una versión extendida: en todo caso es un apunte hilarante y muy fresco el de ese filme (ficticio) de acción tex-mex protagonizado por el rocoso Danny Trejo. Por lo demás, poca cosa más puedo decirles que no hayan intuido, la sesión promete sangre, palabrotas, vísceras, pus, militares hipervitaminados, heroínas, misoginia, un chiste sobre Bin Laden muy salado y todo cuanto pueden esperar de un producto de esta catadura. ¡Ah!, y eso sí, una Rose McGowan (post-Embrujadas) que se marca unas contorsiones en una barra americana de lo más vistosas. ¿No les suena a ‘Abierto hasta el amanecer’?, pues esta función no dista de aquella, acaso resulta más apetitosa por su desvergüenza y, repito, la práctica ausencia de coartadas autorales. El ardid estético, en esta ocasión, hemos de darlo por bueno, en cuanto al contenido, mejor vayan al videoclub y alquilen ‘Slither’ (2006) de James Gunn –yo diría que es más divertida-.

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