Teatro LaGrada - Nota de prensa
Adela está en un bar tratando de sobreponerse y poder acercarse a la casa donde está Marta. Adela fue su criada y madrastra después. No fue un vínculo muy apacible. A través de ambos personajes nos enteramos del panorama borrascoso y turbulento de la familia de Marta: alcohol, pastillas, hospitales, accidente, muerte…Marta siempre vio a Adela como una intrusa, pero Adela trata de convencerla que no fue así.
Ambas rememoran el pasado y constatan que lo único que ahora tienen en común es la soledad. Ambas se necesitan. No son la compañía perfecta, pero la renuncia a dicha compañía significaría el vacío, la nada, el fin. ¿Adela se acerca a la casa? ¿Marta se imagina a Adela? ¿Todo tiene lugar en la realidad ó en la imaginación?
El pitido de un tren en la estación nos anuncia la llegada de María que vuelve a su pueblo después de diez años. En el hall se encuentra con Irene que llega a la estación para marcharse.
Las razones por la que una se fue y la otra se va son las mismas. Los diálogos son reproches que la una a la otra se hacen para que una no se vaya y para que la otra no regrese. María podría ser Irene e Irene podría ser María. Son dos almas gemelas que aunque quisieran no pueden oponerse a su destino.
La realidad ó la ficción, ó la realidad de la ficción. Dos historias de José Ramón Fernández, dramaturgo consolidado en el panorama nacional, con la noche como elemento común. Dos historias con la realidad del recuerdo y la posibilidad de un futuro. Dos diálogos, dos conversaciones en la oscuridad.