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Formando profesionales de la escena en el Centro de Tecnologías del Espectáculo (CTE) - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

“Abrimos telón…” y, efectivamente, el telón se abre, comienza a caer la lluvia en medio de una tormenta de relámpagos y sonidos en el escenario… pero no pasa nada más. El actor principal no estaba en escena, alguien olvidó avisarle para que estuviese en su marca antes de abrir telón: “¿dónde está el actor? Parad, volvemos a empezar”. Estas cosas ocurren, no es un montaje teatral ni estamos en un teatro convencional, sino un teatro en “miniatura” (pero teatro al fin) en el Centro de Tecnologías del Espectáculo (CTE). Se trata de un organismo dependiente del INAEM, en definitiva, del Ministerio de Cultura que, desde mi punto de vista, lleva a cabo una apasionante labor, relacionada con la formación y especialización de profesionales del mundo de las artes escénicas, por medio de cursos separados en áreas de temáticas.

Formando profesionales de la escena en el Centro de Tecnologías del Espectáculo (CTE)

Visita y asistencia a una práctica de plató para conocer diversas actividades del centro

Centro de Tecnologías del Espectáculo
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Centro de Tecnologías del Espectáculo

Probando luces y marcas en el escenario.
Foto: Julio Castro

Centro de Tecnologías del Espectáculo
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Centro de Tecnologías del Espectáculo

Lucía Grafal ayuda con la caracterización a Rosa Valentina Sáez, con las indicaciones de Carmela Cristóbal, responsable de formar en este ámbito en el CTE.
Foto: Julio Castro.

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Julio Castro – La República Cultural

“Abrimos telón…” y, efectivamente, el telón se abre, comienza a caer la lluvia en medio de una tormenta de relámpagos y sonidos en el escenario… pero no pasa nada más. El actor principal no estaba en escena, alguien olvidó avisarle para que estuviese en su marca antes de abrir telón: “¿dónde está el actor? Parad, volvemos a empezar”. Estas cosas ocurren, no es un montaje teatral ni estamos en un teatro convencional, sino un teatro en “miniatura” (pero teatro al fin) en el Centro de Tecnologías del Espectáculo (CTE).

Se trata de un organismo dependiente del INAEM, en definitiva, del Ministerio de Cultura que, desde mi punto de vista, lleva a cabo una apasionante labor, relacionada con la formación y especialización de profesionales del mundo de las artes escénicas, por medio de cursos separados en áreas de temáticas.

Pedro Muñoz Herranz es coordinador de prácticas y ha dirigido el centro durante años. Él nos explica algunos detalles acerca de la historia, el funcionamiento y el futuro del CTE, que en sus orígenes dependía casi exclusivamente de las aportaciones del Fondo Social Europeo, por medio del Plan FIP (que es donde se gestionaba el dinero para la formación dirigida a desempleados, dependiente de INEM y Ministerio de Trabajo). Sin embargo, aunque esto garantizaba en su momento la existencia de este centro, lo cierto es que encasillaba y limitaba la formación, sus contenidos, los destinatarios del mismo y suponía un coto a la actualización y modernización de ésta. Debido a esto el empeño fue apartarse de estos fondos (que además podían sufrir un recorte dejando sin financiación a este organismo) y conseguir que existiese un presupuesto propio destinado a su funcionamiento sin que pudiesen estar comprometidos los objetivos.

Actualmente el CTE tiene su propia partida presupuestaria, sus profesionales llevan a cabo el diseño de sus cursos y especialidades formativas, además de impartir, puntualmente, algunos cursos de ciclo corto sobre algunas materias específicas más concretas que las especialidades contempladas en la formación de ciclo largo.

Mientras hablamos (estamos en el aula de los alumnos de producción), en el sótano, donde se ubica el pequeño teatro, los actores están caracterizándose para la práctica que van a realizar precisamente los alumnos y alumnas de esta especialidad. Su curso dura año y medio, y a lo largo del mismo llevarán a cabo diversas prácticas que se asimilan al entorno real de trabajo, pero se llevan a cabo en el propio centro. Cuando vayan a finalizar se les integrará en centros de trabajo, para desarrollar prácticas en entorno real, mediante convenios que el CTE lleva a cabo con entidades vinculadas a cada una de las especialidades que se imparten. De la caracterización se encarga Carmela Cristóbal, que es la responsable de ese ámbito en el CTE, aunque me explican que, en realidad, lo que hace es enseñarles cómo deben hacerlo, para que no dependan siempre de un profesional con el que no contarán habitualmente.

El edificio donde se ubica esta escuela tiene varias plantas, pero, como me demuestra Pedro Muñoz, los responsables están realmente apiñados en beneficio de poder llevar a cabo su labor con los alumnos. Y aún falta mucho espacio. Pero parece que pronto (puede que en un año) llegue alguna solución, mediante la cual puedan trasladarse a otro centro en algún municipio de la zona sur de Madrid, donde cuenten con todo el espacio necesario según sus necesidades y las de sus futuros proyectos.

En éste tienen un lugar para trabajar las necesidades vinculadas a vestuario, con un taller de costura y conservación de textiles, otro para electricidad y electrónica, otro para escenografía, documentación, iluminación,… sonido,… cabina de grabación,… etc. Y además del teatro, en el sótano se ubica otro espacio para montar una simulación de un concierto en directo: esta es una práctica que lleva a cabo en este momento Kati Dadá, y me explican que esa se lleva a cabo de principio a fin en un día.

Carmen Vera, profesora del taller de plató, que es el que va a entrar a la práctica que finaliza mañana, es la que me ha llevado a participar de este trabajo y conocer el centro. Ella, junto con Isabel Romero, profesora de Documentación, son colaboradoras del CTE y en su momento se formaron allí, pero no se limitan a dar sus clases, sino que, como muchos profesionales que pasan por este lugar, o que son de la plantilla del mismo, desarrollan su actividad profesional (en este caso actoral) en un ámbito fuera del formativo, y en este caso concreto, las dos actrices tienen en este momento su propia obra en marcha (No hay perdiz en el menú), pero han llevado a cabo muchos otros montajes y actividades diversas.

En realidad, como explicaba Pedro Muñoz, el centro cuenta con menos de una veintena de personas en plantilla, y con eso deben multiplicarse para atender a todos los alumnos en sus especialidades, y también realizar el mantenimiento del propio centro, lo cual me parece que, si no fuera por un gran compromiso con su trabajo, sería realmente difícil.

La que voy a presenciar no es más que el ensayo final de la que se hará en la mañana del día siguiente. Ha llevado toda la semana prepararla y han tenido que realizar vestuario, escenografía, preparación y grabación de iluminación, sonidos… en fin, todo lo necesario para poner en marcha una obra. En realidad, 15 minutos de una obra, que es real, pero que allí no se desarrolla completamente, sino que sirve como simulación. Durante cuatro semanas, los diferentes grupos realizarán la misma práctica, aunque se cambien algunas cuestiones, de manera que no se convierta en un mero trámite que se transmiten unos alumnos a otros.

Así que preparo mi cámara de fotos y me pongo en primera fila, vamos a ver un la puesta en marcha de un taller, basado en una obra que, bajo el título “Jamlet (con jota)”, que por medio de un texto de Rosa Valentina Sáez, y con dirección de Josehan Mauleón, reúne a Pepe India, Lucía Grafal, Jorge Gregorio, Ana Lucía Pardo y a la propia autora en el elenco artístico.

Pese a tratarse de una muy pequeña síntesis, la idea y la puesta en escena son muy humorísticas, y nos muestran una parodia de Hamlet, pero traspuesto en el reino de Aragonia (“algo huele a podrido en Aragonia” comienza), y entre joticas, fajas mañas y cierto acento de la tierra de Rosa Valentina (que me explica que todos sus ancestros son aragoneses, y de ahí esta creación), Jamlet, sus progenitores y Ofelia muestran esta parodia sintetizada, fruto del trabajo de Producciones Titania, y de la labor que han llevado a cabo estos días los alumnos y alumnas del CTE, para conseguir realizar su práctica.

Finalmente, a la segunda se abre el telón, y todo discurre correctamente. Pedro Muñoz les avisa: “mañana como mínimo así”.

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