Julio Castro – La República Cultural
Una historia ligera de humor es lo que podría definir a estas Titanias, que la compañía Marvick representa, con Marina Muñoz, Vicky Castillo y Daniel Pérez Prada bajo la dirección de Macarena Pombo.
Más allá de la función en sí, la cuestión que me parece más destacable es la normalización que observo que ocurre con determinadas cuestiones, aspecto en el cual la escena, como muchas veces, va por delante de la sociedad y consigue así, arrastrar opiniones de una manera muy natural.
Y me refiero al argumento y al tratamiento del mismo en esta obra, en la que partimos de un matrimonio de mujeres y su lucha por conseguir trabajo en su ámbito profesional. Actriz una y guionista la otra, llevan sus actividades laborales por separado, pero en un momento dado una de ellas decide facilitar a la otra el acceso a un puesto disponible como actriz. A partir de aquí la cosa se enredará, ya que, en previsión de posibles discriminaciones, ocultan su relación y sus preferencias sexuales a fin de evitar la discriminación.
El enredo irá aumentando, ya que deciden liar a un gran capo de la producción, pero habrá que ver, finalmente, quién es el engañado y quien no.
Como digo, la comedia es divertida, pero, desde mi punto de vista, la reflexión final a la salida de la obra, consiste en pensar que, discriminaciones aparte (que seguro que las hay), el aire de la puesta en escena consigue transmitir al espectador una sensación de normalidad en la relación entre ambas mujeres, en tanto que es el resto lo que queda fuera de contexto y de la realidad actual, por cuanto que fuera de toda lógica.
Sería deseable que las cosas pudiesen ir discurriendo con normalidad en la vida real, pero todos y todas sabemos que no es lo que vivimos en nuestro entorno, sino que aún predomina otro carácter en nuestra sociedad. Esperemos que este tipo de trabajo contribuyan a generar un ambiente más equilibrado y con mayores libertades “no vigiladas”.