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La violencia en la Universidad es menos aceptable que en otros lugares - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

No se trata de “por qué” ni del “quiénes”, sino del “cómo”. No coincido últimamente en muchas cosas con el Rector Berzosa, dada la línea que tomó la reforma universitaria en la Complutense, aunque también creo que eso es responsabilidad de los gobiernos que abrieron la caja de Pandora de la destrucción de la enseñanza pública en nuestro entorno español y europeo, de cara a favorecer intereses privados que nada tienen que ver. Pero tampoco recuerdo haberle visto nunca rehuir el encuentro y el debate directo en cualquier lugar, ante quienes representaban la postura contraria a esta reforma. Ni respecto a otras cuestiones tampoco (encierros, protestas, manifestaciones…). Siempre le he visto acercarse directamente a la gente y dar la cara para escuchar lo que argumentaba cada uno y, de paso, exponer su postura y la del Consejo de Gobierno, o el órgano que representase en cada momento y situación.

La violencia en la Universidad es menos aceptable que en otros lugares

Sobre las agresiones al Rector de la Complutense y a otros trabajadores

Carlos Berzosa
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Carlos Berzosa

El Rector de la Universidad Complutense, durante una entrevista en el año 2006.
Foto: Julio Castro.

Carlos Berzosa
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Carlos Berzosa

El Rector de la Universidad Complutense, durante una entrevista en el año 2006.
Foto: Julio Castro.

Julio Castro – La República Cultural

No se trata de “por qué” ni del “quiénes”, sino del “cómo”. No coincido últimamente en muchas cosas con el Rector Berzosa, dada la línea que tomó la reforma universitaria en la Complutense, aunque también creo que eso es responsabilidad de los gobiernos que abrieron la caja de Pandora de la destrucción de la enseñanza pública en nuestro entorno español y europeo, de cara a favorecer intereses privados que nada tienen que ver.

Pero tampoco recuerdo haberle visto nunca rehuir el encuentro y el debate directo en cualquier lugar, ante quienes representaban la postura contraria a esta reforma. Ni respecto a otras cuestiones tampoco (encierros, protestas, manifestaciones…). Siempre le he visto acercarse directamente a la gente y dar la cara para escuchar lo que argumentaba cada uno y, de paso, exponer su postura y la del Consejo de Gobierno, o el órgano que representase en cada momento y situación.

Por eso, puedo imaginar que la agresión sufrida ayer, tanto por él como por otros trabajadores, a las puertas del Rectorado Complutense, será algo inexplicable para este Berzosa. Y también estoy seguro de que si anda preocupado por algo, es por quienes han resultado más lesionados físicamente que él.

Aunque hoy no es ese el debate, la cuestión de la protesta de esta gentuza agresiva, raya en toda lógica social en la actualidad: oponerse a que los Colegios Mayores públicos sean mixtos, es algo anacrónico (por tildarlo con ligereza). Lo que ocurre, es que ya sabemos quienes son los que se dedican a este tipo de montajes, y no son los compañeros que protestaban por el Plan Bolonia, estos son de otra calaña, claro. Son gente mezquina que sólo busca la violencia y la gresca por medio de la organización de patochadas como la que ha desembocado en esta situación.

Y es que hay mucho fascista dolido por siete años de haber perdido “la propiedad” de su feudo, y de no poder seguir con los chanchullos de antaño. Creo que toda aquella basura debió acabar en su momento en manos de los jueces con la máxima claridad, para que determinasen lo que había ocurrido a lo largo de las gestiones de décadas, con los presupuestos y tejemanejes en esta Universidad. Pero parece que el prestigio colectivo primó sobre la vuelta atrás. Aunque esto también es otra historia para otros momentos.

Hoy la realidad es que los violentos siguen estando ahí, empeñados en impedir cualquier cosa que tenga, no sólo futuro, sino presente. Quieren ubicarnos en aquel otro pasado que la gran mayoría nos oponemos a aceptar. Por eso, por el propio rechazo a la violencia en el seno del ámbito educativo, cultural y científico, creo que los agresores deben ser identificados, denunciado, fichados y condenados, porque parece que el fascismo quiere volver a aparentar que predominan, y no es así, tan sólo son una banda de delincuentes violentos.

Y desde aquí mi solidaridad con Carlos Berzosa y con los otros agredidos.

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