Menú
laRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Inicio
LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital
Síguenos
Hoy es Jueves 28 de marzo de 2024
Números:
ISSN 2174 - 4092

La intoxicación lingüística - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

"–Cuando uso una palabra –dijo Humpty Dumpty–, ésta quiere decir lo que quiero que diga, ni más ni menos. –La pregunta es –insistió Alicia– si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes. –La pregunta –dijo Humpty Dumpty–, es saber quién es el que manda… eso es todo"." (Pasaje de "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll) Nadie podría componer una obra tan veraz y solidaria con el lector que necesita una guía antimanipulación, y que somos casi todos. Y digo nadie como este especialista en Comunicación pública comprometido: Vicente Romano, Doctor por la Universidad alemana de Münster y por la Complutense de Madrid. Romano es un gran erudito que sabe muy bien que terreno pisa, y aquello que nos cuenta lo hace con tal transparente claridad, que sus ensayos se conviertan en libros de cabecera, santorales de revisión y relectura continua. Lo que con tanta precisión aborda, en este caso, “La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua”, requiere, señoras y señores, una lectura cocida a fuego lento, para grabar en nuestro marmóreo cerebro que la palabra es el primer ejercicio del poder. Ya lo decía Talleyrand: “el lenguaje está para ocultar los pensamientos del diplomático”.

La intoxicación lingüística

El uso perverso de la lengua

La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua
Ampliar imagen

La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua

"La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua", de Vicente Romano.

La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua
Ampliar imagen
La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua

"La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua", de Vicente Romano.

DATOS RELACIONADOS

Título: La intoxicación lingüística. El uso perverso de la lengua
Autor: Vicente Romano
Editorial: El viejo topo
Precio: 16 €
Páginas: 201

    -Cuando uso una palabra –dijo Humpty Dumpty–, ésta quiere decir lo que quiero que diga, ni más ni menos.
    La pregunta es –insistió Alicia– si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes.
    La pregunta –dijo Humpty Dumpty–, es saber quién es el que manda… eso es todo.
(Pasaje de "Alicia en el país de las maravillas"
de Lewis Carroll)

Blanca Vázquez - La República Cultural

Nadie podría componer una obra tan veraz y solidaria con el lector que necesita una guía antimanipulación, y que somos casi todos. Y digo nadie como este especialista en Comunicación pública comprometido: Vicente Romano, Doctor por la Universidad alemana de Münster y por la Complutense de Madrid. Romano es un gran erudito que sabe muy bien que terreno pisa, y aquello que nos cuenta lo hace con tal transparente claridad, que sus ensayos se conviertan en libros de cabecera, santorales de revisión y relectura continua. Lo que con tanta precisión aborda, en este caso, “La intoxicación lingüística, el uso perverso de la lengua”, requiere, señoras y señores, una lectura cocida a fuego lento, para grabar en nuestro marmóreo cerebro que la palabra es el primer ejercicio del poder.
Ya lo decía Talleyrand: “el lenguaje está para ocultar los pensamientos del diplomático”.

Leyendo esta obra de Romano en la que habla de otro tipo (más) de contaminación, -la de los medios masivos de la prensa diaria-, con un estilo claro al que no estamos acostumbrados viniendo del mundo intelectual, entendemos y nos respondemos, algunos, muchas preguntas formuladas ante esta inquietud por el escribir, por expresarse sin miedo, al margen del número y el tipo de lectores que podamos tener: “Escribir es una forma intensiva de reflexionar, de disciplinar el pensamiento. Toda glosa bien escrita, todo informe ameno, todo ensayo lingüísticamente preciso, ayuda contra la tendencia niveladora. Y toda objeción razonada refuerza el intelecto. El arma del ilustrador es la solidez, la fundamentación. La ilustración es un esfuerzo contra la manipulación general…”. Poco me queda añadir a estas palabras de Romano, aparte de tratar de componer un rápido resumen de esta estupenda y necesaria obra.

Dividida en nueve capítulos, comienza con un prólogo y una introducción que calientan motores sobre el lenguaje y el periodismo, el control de la información y la difusión de noticias e imágenes utilizados como arma especial para someter voluntades y conquistar conciencias.
Una vez en zona de capítulos, Vicente Romano ha desgranado en nueve temas centrales el uso contaminante del lenguaje, desde el discurso capitalista; la información entendida en todas sus acepciones junto con los intereses que la mueven, deteniéndose ampliamente en el proceso de comprensión y denuncia de esa elite intelectual a la que nada le parece más científico que un texto incomprensible; la propaganda, que como bien sabéis pretende hacer creer algo y persuadir de algo haciendo especial uso de la simplificación, la repetición o el silenciamiento, de las que pone el mejor ejemplo, las técnicas propagandísticas de los nazis en el siglo XX, modelo tomado por el Washington de hoy, (les aseguro que sorprende ver las similitudes). Una vez cruzados estos preámbulos pasa Romano a las aplicaciones prácticas de esas técnicas de perversión lingüística:

Economía: eufemismos tan encubridores como el de “crecimiento negativo”, “redistribución negativa de los ingresos”, además de competitividad, eficiencia, productividad, flexibilidad, globalización, monetarización, desmaterialización, …el neoliberalismo nos martillea el cerebro con una andanada de términos falsos que ocultan y embellecen sus acciones depredadoras e inhumanas.
Política: La información se convierte en una mercancía más, con la intención de producir beneficios, lo que determina la presentación de las noticias: se acentúa la emocionalidad, la personalización, y la descontextualización. Se toma como base la retórica del bien y del mal evocando el miedo, el terror. Frente a este fundamentalismo hay que fomentar la crítica, la duda metódica, el pensamiento crítico.
Cinco son los fenómenos que cabe resaltar en el uso inadecuado de la lengua por políticos y periodistas:
1.- El uso inflacionario de los superlativos.
2.- La ocultación conceptual de la insuficiencia, trabajando entre lo que saben y lo que suponen.
3.- El empleo de eufemismos.
4.-Apego a las fórmulas y frases hechas.
5.-El empleo del acusativo inhumano. Tratar a las personas como incapacitados para pensar por si mismos.
Educación: No, este ámbito tampoco escapa a la contaminación general del lenguaje. La mayoría de la gente cree que sus pensamientos provienen del interior de sus cabezas, escribe Romano. No saben que el camino de las ideas discurre de fuera hacia dentro. La cooperación, la solidaridad y la emulación se sustituyen por la ley del más fuerte, el más listo, el más rico…
Terrorismo: Con este sujeto el comunicador hace especial parada y fonda, no en vano es la luz roja de la actualidad informativa, nadie deja de hablar de ello, unido a nociones clave derivadas: “seguridad”, “libertad”, “fundamentalismo”, “miedo”, autentico estado de excepción permanente, espectáculo que oculta la verdad inmisericorde de nuestra época…la absoluta falta de libertad del ser humano, que cede cada día una parcela más de la vida a los gestores de la miseria. ¿La consecuencia? Una militarización del lenguaje (que ya en mi crítica sobre las informaciones acerca de Chávez apunté): todo un sarcasmo el calificar a las guerras de “limpias” o de “humanitarias”, igual que hablar de “bombas inteligentes”, aunque caigan en las escuelas y hospitales. O metáforas como “guerra relámpago”, “oleadas de bombardeos”, “tormenta del desierto”, como si fueran catástrofes naturales. "Conmoción y pavor" fue el nombre que el Pentágono dio al bombardeo de Iraq. Todos neologismos de la perversión. El colmo son los dos argumentos en los que Romano se extiende con argumentos que denotan un gran conocimiento de la historia contemporánea mundial: "bombardeos quirúrgicos” y “enemigo combatiente”.

Ante esta catástrofe manipulativa Vicente Romano propone alternativas, claro está. Una ecología del lenguaje informativo y comunicativo inscrito en “la crítica de esta sociedad y el intento de identificar racionalmente los factores y agentes de una posible sociedad justa y emancipada”.
Coherente con su afirmación de utilizar una prosa clara y concisa, Romano así lo hace en este ensayo. Hace uso de un estilo convincente, en el que vemos reflejados nuestras experiencias personales, y donde cada palabra es un eslabón importante para el significado de todo el conjunto, sin superfluos pinganillos.
También maneja una extensa bibliografía, colocada de manera práctica en cada página, con el fin, asimismo, de que nos hagamos con un listado importante a tener en cuenta para próximas lecturas.
Destaca su virulenta crítica y denuncia del imperialismo Usamericano, terreno que conoce bien (tras nueve años de docencia en Estados Unidos), si bien considero un error no haber entrado más en los fascismos comunistas que rompieron con la utopía socialista. Termina con un epílogo y un anexo en el que desgrana los valores para una cultura alternativa y una información en libertad: "A la libertad se accede mediante la adquisición de los conocimientos necesarios para actuar y dominar el entorno en cooperación y solidaridad, para ser dueños de nuestro destino y no apéndices de un mercado que sólo beneficia a unos pocos".

Una vez leído este ensayo, no veréis los medios en general, tanto la prensa escrita como los medios audiovisuales, de la misma forma, os lo aseguro.

Alojados en NODO50.org
Licencia de Creative Commons