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Jana Álvarez Pacheco – La República Cultural
La clausura del festival celebrada el 26 de abril ha elegido este año a la compañía Tizina Teatre como la ganadora del certamen. Este grupo teatral se alzó con el primer premio por Exitus. Al parecer el título de la obra debió servirles como amuleto ya que consiguieron ganarse el favor de los espectadores que votaron para otorgarles el Premio a la compañía más popular.
El idiota en Versalles, de la compañía valenciana Arden Producciones se alzó con el segundo premio como mejor obra y el Premio a la Mejor Dirección, que se lo llevaron Carme Potaceli y Chema Cardeña.
La compañía albaceteña Falsaria de Indias, gracias a su espectacular iluminación, consiguió el premio al Mejor Montaje por su obra Ciento volando.
El premio al Mejor Actor fue para Pako Merino, también por Éxitus, y el premio a la mejor actriz fue para Isabel Dimas por La taquillera y el comediante. Quiero mencionar este galardón especialmente ya que esta actriz madrileña lleva dos años que no deja de asombrar al público con su trabajo.
Isabel Dimas es actriz de profesión pero nos ha demostrado también su gran talento como cantante. El año pasado nos deleito con su maravillosa voz cuando presentó en la FNAC, junto con sus compañeros Luis Auserón y Chema Animal, el disco “Amantes del eco”, una producción de Luis Auserón en la que el integrante de Radio Futura nos ha mostrado una vez más su talento como bajista.
Alternando los conciertos con sus representaciones teatrales esta actriz madrileña se muestra como una gran promesa en los escenarios.
En La taquillera y el comediante, obra escrita por Eladio Sánchez, la actriz alza su voz para interpretar canciones de aquellos anuncios publicitarios interminables que nos llegaban a través de la radio en los 50. Con un insuperable sentido del humor, consigue junto con sus compañeros de reparto Pablo Menasanch, Javier Ortiz y Rodolfo López y Francisco García despertar la carcajada del espectador que se siente identificado en tiempos pasados. La risa no será el único aliciente de la obra, Isabel deja boquiabierto al público con su deslumbrante voz y su capacidad para sacar adelante las escenas más dramáticas.
“La historia hay que recordarla para que no se repita” dicen algunos, y nada mejor como el Teatro para recrear tiempos pasados. La España de posguerra queda retratada en este “Tablea vivant” gracias a la entrañable escenografía y vestuario de Francisco Garcia del Águila. Los baúles apilados se convierten en una taquilla de cine o en un camastro carcelario creando un entrañable espacio. La estética de lo antiguo trasciende a la estética de lo “vivo” despertando la melancolía del espectador.
Este año el Certamen Nacional de Teatro Arcipreste de Hita ha bajado el telón con 5.000 espectadores. Gracias a compañías como el grupo de Teatro Alcarreño, organizadores del certamen, el Teatro sigue siendo posible. Yo, entre bambalinas, doy las gracias a todos aquellos que me hacen vibrar en alguna que otra butaca. ¡Larga vida al teatro! Alcemos los pulgares para que siga la fiesta y así el circo continuara…
