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ISSN 2174 - 4092

El género negro siempre llama dos veces (III) - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

En esta tercera parte revisamos algunos ejemplos del género negro en un recorrido que lleva por Europa del Mediterráneo italiano, con Saviano, hasta el norte belga de George Simenon, pasando por el territorio interior suizo de la mano de Friedich Dürrenmantt, aunque terminaremos regresando al nuestra mediterraneidad peninsular de la mano del barcelonés Francisco González Ledesma y, por qué no, de la madrileña Belén Gopegui. No obstante, una pequeña escapada a los territorios estadounidenses, tan prolíficos en este género, tienen un gran exponente en F. Scott Fitzgerald. Disfruten de esta nueva entrega veraniega de un género tradicional y tan extendido, que nunca deja de crecer y regenerarse.

El género negro siempre llama dos veces (III)

Tercera entrega de esta saga veraniega de la mano de Blanca Vázquez

Méndez
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Méndez

Portada del libro de Francisco González Ledesma, en Books4pocket

Roberto Saviano
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Roberto Saviano

Foto: informalibera.altervista.org

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Blanca Vázquez - La República Cultural

En esta tercera parte revisamos algunos ejemplos del género negro en un recorrido que lleva por Europa del Mediterráneo italiano, con Saviano, hasta el norte belga de George Simenon, pasando por el territorio interior suizo de la mano de Friedich Dürrenmantt, aunque terminaremos regresando al nuestra mediterraneidad peninsular de la mano del barcelonés Francisco González Ledesma y, por qué no, de la madrileña Belén Gopegui. No obstante, una pequeña escapada a los territorios estadounidenses, tan prolíficos en este género, tienen un gran exponente en F. Scott Fitzgerald. Disfruten de esta nueva entrega veraniega de un género tradicional y tan extendido, que nunca deja de crecer y regenerarse.

Roberto Saviano

Saviano nos hace de guía, realiza un recorrido por el mapa de los clanes, sus armas (curioso resulta el capítulo dedicado al Kaláshnikov), sus mujeres, tan duras y violentas como cualquier hombre, sus boss, sus territorios, sus comercios (especialmente el de la droga y armas), sus negocios inmobiliarios y de cemento armado, sus conexiones con empresas “decentes”, (Parmalat, alta costura italiana, empresas de seguridad, etc,) sus intercambios con otros carteles y grupos terroristas, sus amistades glamorosas y más, mucho más.

Pero no les voy a contar todo. Les dejo alguna sorpresa para que descubran ustedes mismos. Magistralmente chocante es la parte casi final sobre el vertido de residuos. Gomorra es un viaje oscuro, de rabia infinita, de hartura de la Italia profunda, impregnado todo de la histórica mafia local. Es una explicación ensayística del poder infinito de la Camorra, es una película real.

Friedich Dürrenmantt

Con muchas dosis de ironía, chorros de cinismo y sátira con las que rebañaba sus obras, Friedrich Dürrenmatt era un autor polifacético donde los haya: dramaturgo, novelista, filósofo, grafista, crítico de teatro, guionista y autor de piezas radiofónicas. Ninguneaba un tanto los grandes ideales humanos, y sacaba la lengua en muchas ocasiones a un Estado tan sumamente organizado como el suizo.

Suiza tiene algo grotesco en su carácter -declaró alguna vez-; sus intentos de constante neutralidad se parecen a los de una virgen ganándose la vida en un burdel que pretende, además, permanecer casta”. Su traductor y prologuista en La promesa, Xandru Fernández, nos adelanta que siendo una estupenda novela policíaca hay mucho del mejor teatro de Dürrenmatt en ella: personajes fascinantes, diálogos ágiles, digresiones sorprendentes, que pretenden a su vez mofarse del género. Aunque no lo consigue, y estamos ante una estampa de lo mejor del género negro, a pesar de que junto al título el autor haya añadido la coletilla “Réquiem por la novela policíaca”.

Belén Gopegui

El lado frío de la almohada está dividido en dos partes entremezcladas, la primera de dinámica acción, bien narrada, espléndidamente insinuada, mueve los hilos entre un diplomático estadounidense, Philip Hull y un grupo de agentes de seguridad cubanos. La segunda la conforman las cartas que Laura Bahía, el enlace de los agentes cubanos con el diplomático, escribe al director de un poderoso periódico. Provistas esta parte de una prosa más compleja y delicada, temperada de una melancólica integridad.

Dos formas, dos técnicas, dos lecturas, dos mundos: la Cuba del sueño social y el resto. La primera parte te arrastra sin resuello como un thriller, con el interés del mejor género negro. La segunda te hace meditar, reflexionar, reposar, plantearte la razón de la esencia humana, reflexionar, reflexionar y reflexionar.

F. Scott Fitzgerald

Se sembró el germen para esta su nueva idea cuando el mismo autor se mudó a una casa en Great Neck, Long Island, no tan opulenta como la de su personaje, pero sí rodeado de los notorios que le iban a proporcionar la base topográfica para su novela: el nuevo rico Gatsby, Nick el pobre broker del otro lado, ambos a la búsqueda de algo más que el puro materialismo en el que no encuentran satisfacción suficiente, y los viejos ricos de siempre, los Buchanans en el otro extremo, es decir la autocomplaciente e hipócrita sociedad suntuosa procedente del exitoso capitalismo del siglo XIX.

El gran Gatsby es el trazado perfecto de una artificiosa sociedad, alimentada por las apariencias, los rumores y la holgazanería, nadando en litros de alcohol y fiestas. Scott Fitzgerald planeó su novela durante el verano de 1924 mientras vivía una temporada en La Riviera, concluyendo las últimas pruebas en Roma durante enero y febrero del año siguiente. Utilizó un narrador, el propio Nick, como escritor que a su vez cuenta la historia de Gatsby, estiloso ladrón y romántico in extremis.

George Simenon

Una característica de las investigaciones de este peculiar comisario es la dificultad con la que se topa para identificar al cadáver. Pero una vez conseguido, el siguiente paso será adentrarse en su mundo, el de la víctima. Sólo así, empapándose de su ambiente, de su forma de vida puede obtener Maigret respuestas. Maigret se equivoca es la investigación de las sensaciones, de los sentimientos que el entorno del muerto le producen. Y es con esta forma tan peculiar de actuar e investigar, (adoptada posteriormente por muchos personajes detectivescos) la que le lleva, en ocasiones, a recibir reprimendas de sus superiores.

Le gusta la calle a Maigret más que una piruleta a un niño. No es ratón de oficina funcionarial. Recorre las bares y garitos de mala muerte, picotea de aquí y de allá, se para con los vecinos, especialmente con las porteras. Observa el vecindario, las amistades, los compañeros de trabajo, las amantes o los amantes. Todos y todo pasa por su escrutinio, a veces antipático y pedante.

Francisco González Ledesma

La serie Méndez consta de varias novelas cuyo comienzo se sitúa en 1983, siendo su década más fructífera la de los ochenta, aunque al nuevo siglo lo ha cogido con ganas este policía de mirada burlona y a la vez afectuosa. Junto a Méndez y su fauna, esta serie dibuja el horizonte cultural de una España cuyos tópicos y cuyo carácter sobreviven en el escenario barcelonés barnizándola de una cierta cualidad quijotesca, sombría, truculenta, buñuelista, diría yo.

Una Barcelona de plurales ámbitos y mestizaje abrupto, de folclore casposillo, sin intención de herir sensibilidades españolistas! Estamos en la economía de las pesetas, no hay asomo de Internet ni sonidos de móviles, y sí de mucha actividad callejera y de casas viejas compradas a precio vil por nuevos tiburones del negocio ese llamado inmobiliario, porque Barcelona nunca ha crecido en virtud de un gran sueño colectivo, sino en virtud de mil sueños rigurosamente individuales. Las compras a precio vil de hoy se transformaban en solares libres y en los grandes negocios del futuro, (el futuro de la crisis de hoy).

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