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ISSN 2174 - 4092

Nothing Personal, querida soledad - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Empecemos nuestra elección del cine de verano con una refrescante propuesta de la debutante Urszula Antoniak, polaca afincada en Holanda, cuyo primer trabajo, Nothing Personal, ha conquistado festivales como Locarno (Mejor película, Mejor actriz/Lotte Verbeek, Premio especial de la crítica y del jurado), Marruecos (Mejor actriz), Holanda (Mejor película, dirección, fotografía y sonido) además de un sinfín de nominaciones. Carne de festival para contrarrestar vacuidades vampíricas y bodas pastelosas. Dejando el peso de la cinta a sus interpretes, el profesional Stephen Rea y la principiante Lotte Verbeek, actriz holandesa con escaso curriculu pero buenas maneras, por quién Antoniak ha apostado tan fuerte como para ponerla en la línea central. Y no desmerece en absoluto su labor de interpretación minimalista, natural, en la línea del movimiento sueco Dogma.

Nothing Personal, querida soledad

Nada personal
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Nada personal

Lotte Verbeek y Stephen Rea

Urszula Antoniak
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Urszula Antoniak

La cineasta y su interprete con los Leopardos de oro de Locarno

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DATOS RELACIONADOS

Título original: Nothing Personal (Nada personal), 2009
Dirección: Urszula Antoniak
Intérpretes: Stephen Rea, Lotte Verbeek
Guión: Urszula Antoniak
Fotografía: Daniel Bouquet
Música: Ethan Rose
Duración: 85’
País: Holanda
Productora: Coproducctión Irlanda-Holanda; Fastnet Films / Family Affair Films / Rinkel Film & TV Productions BV

Blanca Vázquez - La República Cultural

Lejos queda aquello de que los estrenos cinematográficos en pleno verano eran pasto de la indiferencia de crítica y público como se podía vislumbrar en un vistazo al listado de los mediocres estrenos que producían insuficiencia respiratoria. Pero hace algún tiempo que se ha dado la vuelta al tema de los estrenos importantes del año, y es precisamente con la caricia del sol cuando brillan los elegidos del año. El pasado año fue la joyita enemiga de Michael Mann y cerrando el estío los bastardos de Tarantino. Este año la cesta de verano viene aún más cargada de interesantes propuestas para no dejarnos solos a merced de bailoteos y copas en las noches de verano, y aún podamos ejercitar el pensamiento. Para empezar tenemos al comienzo de agosto el esperado Nolan, la apabullante Origen, con un DiCaprio caramelo de los mejores cineastas; le acompaña The Girlfriend Experience, un Soderberg provocador; El ensayo de Naomi Klein llevado a la pantalla por Winterbottom, La doctrina del Shock, hará despertarse del letargo en el ecuador del mes, así como Territorio prohibido de Wayne Kramer, más reflexiones sobre la inmigración; Un aire fresco de romanos nos llegará de Escocia con Centurión de Neil Marshall y cerrará el verano la última de Woody Allen, Conocerás al hombre de tus sueños y el Ché de Tristán Bauer. En la revista no faltarán los comentarios de estas delicatessen para que vayan sobre aviso a la sala oscura y fresca o al cine bajo las estrellas. Además les recordamos, queridos lectores, que volverá nuestra sección que tanto éxito tuvo el año anterior Agosto en la esquina del videoclub, con la que analizaremos clásicos de oro, plata y cobre.

Empecemos nuestra elección del cine de verano con una refrescante propuesta de la debutante Urszula Antoniak, polaca afincada en Holanda, cuyo primer trabajo, Nothing Personal, ha conquistado festivales como Locarno (Mejor película, Mejor actriz/Lotte Verbeek, Premio especial de la crítica y del jurado), Marruecos (Mejor actriz), Holanda (Mejor película, dirección, fotografía y sonido) además de un sinfín de nominaciones. Carne de festival para contrarrestar vacuidades vampíricas y bodas pastelosas. Dejando el peso de la cinta a sus interpretes, el profesional Stephen Rea y la principiante Lotte Verbeek, actriz holandesa con escaso curriculu pero buenas maneras, por quién Antoniak ha apostado tan fuerte como para ponerla en la línea central. Y no desmerece en absoluto su labor de interpretación minimalista, natural, en la línea del movimiento sueco Dogma.

Apuntar que lo primero que provoca la cinta de producción irlandesa y holandesa es un apaciguamiento del espíritu alterado por los calores y los ruidos del sopor del momento del año. La fotografía grisácea, un oscuro verdeazul con olor a viento irlandés, reflejo del paisaje, una romántica costa irlandesa de meigas y casas solitarias, por el que se mueve la protagonista muestran un ropaje realista, con ínfulas de cine de autor.

Si la gélida Ann (Isabel Huppert) de Villa Amalia dejaba todo atrás para hacer un viaje por el mediterráneo en el que perderse, esta otra gélida y arisca muchacha, llamada también Anne, de la que sabremos bien poco, (justo que se ha quedado sola), emprende un viaje más gris, más solitario, más duro hacia las cavernas de la más absoluta soledad a través de paisajes menos luminosos, la costa oeste de Irlanda. Si en la Anna francesa había una transformación, en la holandesa apenas es perfectible, lo que hace el proceso de catarsis muy introspectivo, de tal forma que el espectador apenas ve al final más que una ligera descarga de aridez y un cambio de paisaje en la huida, acercándose al ruido humano.

Su fotografía, su enfoque en el paisaje, su mínimo diálogo, su hermosa música, su eremitismo, su falta de convencionalismos y cura de pesadumbres por medio de la soledad, su división en cuatro capítulos continuos, su hermetismo informativo, todo da pie al público para que construya su propia historia, pasada y futura, a partir del encuentro de una mujer herida pero gata salvaje y un viudo solitario, culto y enfermo.
Hermosa y relajante, mínima y poderosa visualmente.

Urszula Antoniak nos deja algo personal, una entrada en el mundo del cine con buen pie, y faltos estamos de mujeres cineastas, todo sea dicho.

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