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Blanca Vázquez - La República Cultural
Autor
“Soy Alfred Hitchcock. En el pasado les he ofrecido muchos tipos de películas de suspense. Pero esta vez, me gustaría mostrarles algo diferente. La diferencia está en que esta vez me he basado en un hecho verídico, cada escena y cada palabra. Aunque siendo real contiene todo lo extraño que se encierra en la ficción, haciendo valer el dicho que la realidad supera la ficción”. Así lo cuenta en el prólogo de Falso culpable (The Wrong Man) su autor, el ya famoso entonces (llevaba ya treinta años de carrera) y coronado de prestigio autoral después Alfred Hitchcock. Larga labor de creación la suya que comenzó en los años veinte. Después de una serie de éxitos en su tierra natal, Gran Bretaña, los Mayors americanos se interesaron por esta promesa de la realización, lo cual le llevó a trasladarse con su familia a Estados Unidos, donde destacó brillantemente con la producción Rebeca, 1942. A partir de ahí sus éxitos son innumerables hasta su muerte en abril de 1980. El cineasta que las prefería rubias y que gustaba de hacer pequeños cameos en sus películas, procuraba aportar algo diferente en cada una de sus épocas creadoras. Por ello, y a opinión de la que suscribe, estamos ante una de las mejores, si no la mejor, obra de este mítico director. Estamos ante un Hitchcock apegado a la realidad, por muy sorprendente que parezca. Maestro del que otro maestro, Raymond Chadler resume: "En una película de Hitchcock no debe haber nada que no hubiera podido escribir el propio Hitchcock. Es algo que no depende de la forma en que Hitchcock utiliza la cámara y los actores, lo importante es que en sus películas nada supere su campo de visión."*
Casting
Henry Fonda contaba con 52 años cuando interpretó al músico de jazz Manny Balestrero, y con una larga carrera a sus espaldas a las órdenes de grandes como John Ford, William Wyller, Henry King, Irving Cummings, Preston Sturges, Sidney Lumet, y sobre todo John Ford. Pocos actores gozan de tanto prestigio en Hollywood, habiendo trabajado en todas las décadas, hasta su muerte en agosto de 1982. Ganador de dos Oscar, uno de ellos honorífico, dos Globos de Oro y un Bafta, éste por su inolvidable papel en Doce hombres sin piedad de Sidney Lumet. A la cámara le gustaba este hombre con cara de buen ciudadano, como reflejo de honestidad y humanidad. Padre de dos hijos que alcanzaron a su vez un puesto predominante en Hollywood, Jane y Peter, Henry Fonda es la perfecta víctima de un equivocación policial en Falso culpable.
Vera Miles era entonces una de las actrices fetiches de Hitchcock, que curiosamente sustituyó a Grace Kelly en las preferencias del director aunque no se ajustaba exactamente al tipo de rubia sexy que elegía el director, porque para él eran las perfectas víctimas (“son como nieve virginal sobre la que resalta las huellas de sangre”). Miles se convirtió en una decepción para el realizador que las prefería rubias cuando la actriz no pudo sumarse al rodaje de “Vértigo”, un año después del rodaje de Falso culpable. En todo caso, su actuación de la esposa que acaba sufriendo una grave crisis nerviosa en el film le valió muchas felicitaciones.
De qué y como nos habla la película
En riguroso blanco y negro, repleto de sombras kafkianas, con una fotografía que aúna un carácter expresionista, Hitchcock hace uso de una gran sobriedad en la puesta en escena del drama contado en Falso culpable. Si bien el tema del inocente acusado por error es un tema recurrente en el realizador, esta vez es enfocado de una manera absolutamente realista y periodística. Emmanuel (Manny) Balestrero es un cauto y formal músico de jazz, devoto padre y esposo. Trabaja cada noche en un nightclub del que regresa a casa en la madrugada. Manny no permite que las dificultades económicas lastren su felicidad familiar, por ello recurre alguna que otra vez a pequeños préstamos o apuestas en las carreras. Cuando se presenta un día a su compañía de seguros para pedir un pequeño préstamo es identificado por las empleadas como un habitual atracador que las visitó anteriormente. Intentando colaborar con la policía, Manny se presta a entrar en varios establecimientos atracados para ser identificado. Finalmente, acusado de robo, el músico ve angustiado como su vida personal se viene abajo. Una vez pagada la fianza y en espera de juicio su esposa sufre una crisis nerviosa debido a tal situación, lo que provoca su internamiento en un psiquiátrico.
El realizador juega esta vez con la empatía del espectador para que comprenda la angustia del personaje y los fallos que el sistema esconde. ¿Una película de Hitchcock con un mensaje serio? Casi increíble. En lugar del habitual cameo del director, él mismo prologa la película con un tono austero. Es evidente en Falso culpable la extensión del tiempo cinemático, yendo lentamente hacia un climax dramático intenso. Destaca el excepcional uso de los fundidos entre ciertas escenas que le dan un aura angustiosa gracias a la que el espectador por momentos duda de Manny, como si en realidad fuera un atracador que nos ha engañado.
Enfocando
Un momento culminante de Falso culpable es aquel en el que Manny es acusado por la policía y fichado en comisaría, situación ante la que el personaje muestra una profunda desorientación remarcada por el moviendo rápido de la cámara en el sentido de las agujas del reloj. Una manera eficaz y sorprendente de mostrar al espectador la angustiada desorientación y perdida de realidad del personaje, como si solo fuera una pesadilla de la que un día despertará.
Frases
Teniente Bowers: ¿Cómo lo explica? (al escribir Manny una nota a mano con el mismo error que hizo el atracador).
Manny Balestrero: He cometido un error.
Teniente Bowers: Y eso hizo el atracador. Y ambos son el mismo tipo de error.
Anécdota
El póster de Falso culpable aparece en la película de David Fincher, Zodiac, en concreto en la casa del dibujante interpretado por Jake Gyllenhaal.
Familia política: True Crime, Clint Eastwood, 1999; El proceso, Orson Welles, 1962; Yo confieso, Alfred Hitchcock, 1953; La ciudad frente a mi, Vincent Sherman, 1959.
*El cine negro, Noël Simsolo, Alianza Editorial.
