Blanca Vázquez - La República Cultural
Todos conocemos a Ben Stiller, actor cómico que nos convence rematando con simpatía y delirio sus papeles. Explotada su faceta de humor con muy buenos dividendos, Stiller, al igual que su colega Jim Carrey, parece querer experimentar performances más serias, y a poder ser con firma de autor. Noah Baumbach es uno de esos. Un cineasta y guionista mimado por Sundance. Una historia de Brooklyn (The Squid and the Whale, 2005), semiautobriográfico éxito, y Margot y la boda, junto a su esposa Jennifer Jason Leigh y una Nicole Kidman que aún se interesaba por proyectos bizarres, conforman un camino que indaga en las complicaciones y dudas que proyectan las relaciones familiares, sentimentales y de amistad. Greenberg es la asociación de Stiller con Baumbach en cuanto a realizar un cine más serio y reflexivo, sin que Stiller se ahogue en su nueva imagen. Es más, el actor, y también productor y director, remata muy correctamente su papel dramático dando vida a un cuarentón que no consigue integrarse en su entorno, ya sea entre amigos de la juventud, parejas ocasionales o familia.
Roger Greenberg (Stiller) llega de Nueva York a Los Angeles para quedarse una temporada a cuidar la casa y el perro de su hermano. Acaba de sufrir una fuerte crisis emocional por la que estuvo internado en un centro. Entabla una relación de interés-desinterés con Florence, (Greta Gerwig) la asistenta de la casa. Las diferencias generacionales, el sentirse como pez fuera del agua, el no ser personas de éxito in crescendo, etc, hacen que ambos se sientan desorientados. Apoyado el proyecto en la buena labor de los actores, y un guión, que aunque a ratos resulta un tanto mortecino, resulta más correcto que la mayoría de productos del cine de Hollywood.
Por su parte el cine francés sigue estando de buen ver. Nos llega ahora la tierna y conmovedora Mis tardes con Margueritte (La tête en friche) de Jean Becker, de quien disfrutamos en 2007 aquella estupenda “Conversaciones con mi jardinero”. En la misma línea estética y quasi argumental, estas conversaciones con Margueritte (Gisèle Casadesus, una culta anciana de 95 años, en sus tiempos científica) de un inculto pero bonachón hombre tonel, un puesto en carnes Gérard Depardieu como Germain Chazes, enfocan el objetivo hacia la necesidad de ahondar en lo que las lecturas pueden cambiar nuestra vida, haciendo que despertemos del adocenamiento de la vulgaridad.
El punto de partida es una tierna amistad entre este hombre solitario, y mal querido por su madre, y una anciana en el umbral de la desaparición. Conmovedora, es también la cinta de Becker, basada en el libro de Marie-Sabine Roger, un muestrario costumbrista de un lugar pequeño y sus gentes. Aunque abuse de bondad y bonhomía, el trabajo de Becker deja apaciguado al espectador por haber puesto el acento en las cosas pequeñas que siempre olvidamos.
También destaca en los Estrenos DVD de esta semana:
Io, Don Iovanni