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ISSN 2174 - 4092

El hombre sonriente, de Henning Mankell - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Repito con el sueco Kurt Wallander, detective cuyas cuitas, debilidades, inteligencia, moral y entrega en la justicia me acompañan en muchas noches de cansancio y frías tardes de domingo. El hombre sonriente es la cuarta entrega de la famosa saga de Hennig Mankell que tiene como protagonista al humano inspector de policía Wallander. Estamos ahora en 1993, y frente a una Suecia que va experimentando sorprendentes cambios sociales y tecnológicos, así como laborales. En esta entrega conoceremos a la nueva mujer policía del grupo, Ann-Britt Höglund, sabueso que apunta maneras, y con la que Wallender, a pesar de odiar los cambios, le gusta trabajar, a pesar de que los compañeros del inspector se sienten, sin embargo, intimidados por su capacidad, “la policía de los nuevos tiempos-sentenció Wallander-ella encarna a ese policía”. Dejamos a Wallander en el final de La leona blanca con una gran depresión (por haber disparado a un matón en el desarrollo de sus funciones de policía, sentimiento sorprendente visto la facilidad con la que se eliminan vidas en la ficción de hoy) que le aleja de su trabajo durante un año. “Un hombre que en realidad había sido otra persona, trastabillando por una isla de la Antillas, un miserable viajero en Tailandia, todos aquellos días, con sus noches, en los que todo, salvo las funciones corporales mecánicas, parecía haber cesado”. Cuando se haya perdido en sus cavilaciones y dudas, en una playa solitaria, fortaleza de mar y dunas, en la costera Skagen, y con la firme decisión de dejar definitivamente el cuerpo policial, recibe la visita de un antiguo amigo, el abogado Sten Torstensson. Éste sospecha que algo oscuro se esconde detrás de la muerte de su padre, Gustaf Torstensson, también abogado, acaecida en accidente de tráfico hace pocos días. Wallander rechaza la petición, firmemente dispuesto a dejar la policía. Pero cuando regresa a Ystad para firmar la dimisión descubre, no con enorme inquietud, que Sten ha sido asesinado a tiros en su despacho. Entonces todo el mecanismo de alerta y de sabueso de Wallander se pone en marcha y reanuda, con enorme alegría de sus compañeros, sus labores investigadoras.

El hombre sonriente, de Henning Mankell

El gusto por la aventura

El hombre sonriente
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El hombre sonriente

Ejemplar de la cuerta entrega del inspector Kurt Wallander, de Henning Mankell

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Ejemplar de la cuerta entrega del inspector Kurt Wallander, de Henning Mankell

DATOS RELACIONADOS

Título original: Mannen som log
Autor: Henning Mankell
Traducción del sueco: Carmen Montes Cano
Editorial: Tusquests Editores S.A.
Páginas: 476
ISBN: 978-84-8383-523-4
Precio: 8,95€
Cubierta: detalle de una obra de Tiziano

Blanca Vázquez - La República Cultural

Repito con el sueco Kurt Wallander, detective cuyas cuitas, debilidades, inteligencia, moral y entrega en la justicia me acompañan en muchas noches de cansancio y frías tardes de domingo. El hombre sonriente es la cuarta entrega de la famosa saga de Hennig Mankell que tiene como protagonista al humano inspector de policía Wallander.

Estamos ahora en 1993, y frente a una Suecia que va experimentando sorprendentes cambios sociales y tecnológicos, así como laborales. En esta entrega conoceremos a la nueva mujer policía del grupo, Ann-Britt Höglund, sabueso que apunta maneras, y con la que Wallender, a pesar de odiar los cambios, le gusta trabajar, a pesar de que los compañeros del inspector se sienten, sin embargo, intimidados por su capacidad, “la policía de los nuevos tiempos-sentenció Wallander-ella encarna a ese policía”.

Dejamos a Wallander en el final de La leona blanca con una gran depresión (por haber disparado a un matón en el desarrollo de sus funciones de policía, sentimiento sorprendente visto la facilidad con la que se eliminan vidas en la ficción de hoy) que le aleja de su trabajo durante un año. “Un hombre que en realidad había sido otra persona, trastabillando por una isla de la Antillas, un miserable viajero en Tailandia, todos aquellos días, con sus noches, en los que todo, salvo las funciones corporales mecánicas, parecía haber cesado”. Cuando se haya perdido en sus cavilaciones y dudas, en una playa solitaria, fortaleza de mar y dunas, en la costera Skagen, y con la firme decisión de dejar definitivamente el cuerpo policial, recibe la visita de un antiguo amigo, el abogado Sten Torstensson. Éste sospecha que algo oscuro se esconde detrás de la muerte de su padre, Gustaf Torstensson, también abogado, acaecida en accidente de tráfico hace pocos días. Wallander rechaza la petición, firmemente dispuesto a dejar la policía. Pero cuando regresa a Ystad para firmar la dimisión descubre, no con enorme inquietud, que Sten ha sido asesinado a tiros en su despacho. Entonces todo el mecanismo de alerta y de sabueso de Wallander se pone en marcha y reanuda, con enorme alegría de sus compañeros, sus labores investigadoras.

Mankell sigue su habitual línea argumental en la que comienza con un suceso ajeno a Wallander que deja al lector con la mosca detrás de la oreja, y con un buen aperitivo de lo que está por venir. Continúa con la manera como el inspector llega a la investigación, además de insertar sus relaciones familiares y sentimentales durante el desarrollo de los misterios que permanecen ocultos bajo mil llaves hasta casi el final de las 40-500 páginas de cada serie. No obvia el misterio, la acción y sobre todo la reflexión en ningún momento, explicando cada detalle al lector, como si de un compañero más se tratara que acude a la reunión convocada. Sin circunloquios innecesarios, con un lenguaje sencillo, pero culto y comunicativo consigue Mankell trasladarnos al mundo, más complicado de lo que parece, de Kurt Wallander.

Y cada libro de la serie apuesta por un tema de interés internacional. En este caso trata el escritor sueco la delincuencia económica que no excluye el asesinato y el tráfico de órganos humanos. Empresas que se esconden bajo otras empresas, en las que a su vez sus accionista mayoritarios son desconocidos y mantienen testaferros fantasmas. Una teladearaña propiciada por el sistema legal y económico que hemos creado para gusto de los grandes delincuentes económicos, algo, hoy día, más perfeccionado. Un rico hombre de negocios, Alfred harderberg, dueño de un imperio financiero de ámbito internacional, que mantiene una eterna y carismática sonrisa puede estar detrás de todo, incluso de la posible muerte de Wallander y Ann-Britt Höglund.

El final nos deja con ansias de continuar, pues ya nos está trasladando a la siguiente entrega, con la llegada en avión de su esperada amada Baiba Liepa, (véase Los Perros de Riga).

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