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Blanca Vázquez - La República Cultural
Stephen King es un clásico de las adaptaciones cinematográficas. Sus relatos de misterio, terror y bizarrisimo casan bien con el cine, que ha sacado buenos beneficios a costa de las ideas de este crack de Portland, desde Carrie –De Palma-, El resplandor –Kubrick-, La zona muerta –Cronemberg-, Misery –Reiner-, La mitad oscura –Romero-, El cazador de sueños –Kasdan-, La niebla –Darabont- y muchas más, hasta llegar a Dolan´s Cadillac de Jeff Beesley.
Desde el año 1976 las salas adoptan los relatos de King regularmente, con los que el espectador conecta. Acaba de estrenarse en DVD y Blu-Ray Dolan´s Cadillac, la última adaptación de un relato corto del famoso escritor, tomando como eje central la obsesión por la venganza. Dentro de un marco de ilegalidad contemporánea, en este caso la trata de mujeres secuestradas en sus países de origen y trasladadas a Norteamérica para la prostitución, el cineasta canadiense Jeff Beesley, proveniente del mundo de la Tv, ha trasladado la acción al desierto situado entre Nevada y Las Vegas, sin duda un escenario para jugar con el mito de los enterramientos. Christian Slater, un actor de prolífica carrera pero pocos títulos destacables, se mete con convicción dentro del papel de Dolan, un matón de armas tomar. Trafica con mujeres para prostituirlas, y hacer negocios a lo grande, aunque tenga que matar sin miramientos. En uno de sus desalmados rechazos de mercancía, es sorprendido por un testigo, Elizabeth (Emmanuelle Vaugier) una profesora que casualmente paseaba con su caballo por el lugar. Ésta es asesinada y su marido, Robinson (Wes Wentley) se vuelve loco, urdiendo sin descanso una venganza acorde con la maldad de Dolan.
Beesley hace lo que puede. Y vista su experiencia televisiva, no es de extrañar que Dolan´s Cadillac tenga más de telefilme decente que de buen cine. Hay tensión, correctas interpretaciones, quizá un poco granguiñolescas en ocasiones, pero a la adaptación le falta cuerpo y solidez para aferrar al espectador a su sillón sin darle a la pausa. Bien que la atmosfera y el tono están conseguidos, no ocurre así con el ritmo, ni con la magia que suelen servir los relatos de King. Justo es, no obstante, anotar que tiene algunas secuencias y tomas epatantes, como la caída del Cadillac en la trampa, o las tomas del paisaje desértico.
Cambiando de tercio, les propongo un juego. Vístanse sus prendas de gala, o de domingo, que nos vamos a la Ópera, así en mayúsculas. Los prismáticos son opcionales, la copa de champagne oblicatorio, crea ambiente, pues nos vamos al París bohemio del siglo XIX. La Bohème, famosa ópera de Giacomo Puccini acaba de ser estrenada en DVD, puesta de largo en imágenes su teatral drama de amor y celos, de bohemios y mujeres alegres, de pobres artistas y buhardillas gélidas en un frío invierno nevado. ¿Quién ha tenido la valentía de adaptar una opera al mundo del cine plagado de acción y entretenimiento de centro comercial? Robert Dornhelm, un austriaco de raíces rumanas, cuyas producciones tienen como misión difundir la cultura, ya sea en formato documental, con carácter Indie o como experimento televisivo. Estamos, conviene apuntar, ante un film-ópera, un largometraje lírico en su esencia, con diálogos expuestos con voces esplendorosas de timbres aterciopelados.
La diferencia que puede ofrecer el film de Dornhelm con respecto a la función en vivo, es que realza la escenografía, dando a las calles e interiores de París, bares y habitáculos un verismo poético hermoso, no exento, eso sí, de cierta teatralidad. De refinado esteticismo, La Bohème es un lujo en el salón. Cine-teatro con el tenor Rolando Villazón como Rodolfo, el barítono George von Bergen como Marcello, la soprano Anna Netrebko, como Mimí, y la soprano Nicole Cabell como Musetta. Amor en todo su esplendor.
También se estrena en DVD y Blu-Ray:
El gran Vázquez
