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Solo ante el peligro, alegoría del "maccarthismo" y la caza de brujas - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Ambientando este periodo de cine nominado para los próximos premios de Hollywood, Francisco en la sección Los imprescindibles del cine, trae de telonero Solo ante el peligro, con cuatro Oscar y siete nominaciones en 1952, aclimatando de Wenstern (ya lo hizo la semana pasado con Grupo salvaje, de Sam Peckimpah) cara al próximo estreno de otra importante nominación, la de los hermanaos Coen con Valor de ley. Hacia 1950-1951, el guionista Carl Foreman escribió una historia sobre un sheriff maduro, abandonado por sus propios conciudadanos y por su prometida, y obligado a enfrentarse solo a una banda de pistoleros. Se adquirieron los derechos de The Tin Star, un relato similar, obra de John W. Cunningham, para evitar cualquier posible denuncia por plagio, y comenzó la producción de Solo ante el peligro (1952), un western modesto, de bajo presupuesto y en blanco y negro, que habría de ser la última de las varias colaboraciones entre Foreman y el productor independiente Stanley Kramer. El director Fred Zinnemann, que había trabajado con ellos en Hombres (1950) se encargó de la realización y se contrató a Gary Cooper, una estrella en decadencia, con 51 años de edad, para interpretar al protagonista, Will Kane.

Solo ante el peligro, alegoría del "maccarthismo" y la caza de brujas

¡Una de westerns!

Solo ante el peligro
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Solo ante el peligro

Cartel del mítico film de Zinnemann

Solo ante el peligro
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Solo ante el peligro

Grace Kelly y Gary Cooper

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DATOS RELACIONADOS

Título original: High Noon, 1952
Dirección: Fred Zinnemann
Guión: Carl Foreman
Intérpretes: Gary Cooper, Grace Kelly, Thomas Mitchell, Lloyd Bridges, Katy Jurado, Otto Kruger, Lon Chaney, Henry Morgan, Lee Van Cleef
Fotografía: Floyd Crosby (B&W)
Música: Dimitri Tiomkin
Duración: 84’
País: Estados Unidos
Productora: Stanley Kramer Productions

Francisco Machuca - La República Cultural

Ambientando este periodo de cine nominado para los próximos premios de Hollywood, Francisco en la sección Los imprescindibles del cine, trae de telonero Solo ante el peligro, con cuatro Oscar y siete nominaciones en 1952, aclimatando de Wenstern (ya lo hizo la semana pasado con Grupo salvaje, de Sam Peckimpah) cara al próximo estreno de otra importante nominación, la de los hermanos Coen con Valor de ley.

Hacia 1950-1951, el guionista Carl Foreman escribió una historia sobre un sheriff maduro, abandonado por sus propios conciudadanos y por su prometida, y obligado a enfrentarse solo a una banda de pistoleros. Se adquirieron los derechos de The Tin Star, un relato similar, obra de John W. Cunningham, para evitar cualquier posible denuncia por plagio, y comenzó la producción de Solo ante el peligro (1952), un western modesto, de bajo presupuesto y en blanco y negro, que habría de ser la última de las varias colaboraciones entre Foreman y el productor independiente Stanley Kramer. El director Fred Zinnemann, que había trabajado con ellos en Hombres (1950) se encargó de la realización y se contrató a Gary Cooper, una estrella en decadencia, con 51 años de edad, para interpretar al protagonista, Will Kane.

Era en pleno periodo de caza de brujas, y Foreman, supuesto miembro del Partido Comunista, se había enfrentado ya al Comité de Actividades Antiamericanas del Senador McCarthy. Durante el rodaje de Solo ante el peligro fue llamado a declarar, pero se negó a dar nombres o a decirles cuáles eran sus convicciones políticas, postura que, al parecer, le ganó la admiración de Gary Cooper, a pesar de que éste era un anticomunista convencido y había accedido a declarar. Poco después, Foreman se vio incluido en las listas negras, se le cerraron todas las puertas de Hollywood y se vio obligado a marchar a Europa. Desde entonces se cree que Solo ante el peligro es una amarga alegoría sobre el Maccarthismo, con Will Kane como el hombre acosado pero íntegro, que sigue los dictados de su conciencia, y los cobardes habitantes de Hadleyville como la insensible población americana, que cerró los ojos ante la persecución que se estaba desarrollando delante de ellos. Al final de la película, tras haber acabado con sus enemigos, Kane tira al polvo la estrella de sheriff, lo que al parecer simbolizaba la opinión de Foreman sobre la justicia y la sociedad norteamericanas.

No obstante, y al margen de todo lo anteriormente expuesto, el tenso ritmo cinematográfico de Solo ante el peligro no permite al público dedicarse a buscar un supuesto contenido alegórico. La película dura 85 minutos (los mismos de la acción), y comienza a las 10,35 de la mañana, cuando Kane se casa con su novia Amy (Grace Kelly), y termina justo a las 12. En esa hora y veinticinco minutos, cuenta la angustiosa espera de Kane a que lleguen sus perseguidores en el tren de mediodía, el tenso duelo en el que cada callejuela y esquina parecen reservar una bala para el solitario sheriff, y el breve final en el que estrecha a su esposa entre los brazos y le da la espalda a la ciudad. El implacable paso del tiempo es recordado por periódicos insertos de relojes que marcan la hora, y que nos recuerdan de una manera agobiante que se aproxima la fatídica hora del mediodía, en la que Kane tendrá que enfrentarse solo a su destino.

El tic-tac de los relojes atormenta a Kane, magníficamente interpretado por Gary Cooper. No cabe la menor duda de que le embarga el miedo, como revela su solitario paseo por las soleadas calles de la ciudad, o el patético momento en que se encierra en su oficina, se tapa la cara con las manos y solloza desconsoladamente. No obstante, esta capitulación momentánea es sólo el reconocimiento de nuestra condición de mortales. Sugiere una debilidad que sirve precisamente para poner de relieve la hombría y resistencia del protagonista que, poco después, se deshace de sus enemigos, aunque su joven esposa tenga que echarle una mano.

Como en Raíces profundas (1953), Kane toma gaseosa en lugar de whisky ante la burla de los rudos cowboys del saloon, una muestra de humanidad que contrasta con su habilidad con los puños y las pistolas. Tanto Kane como Shane, el protagonista de la película de George Stevens, son figuras básicas en el nuevo cine del Oeste de los 50, y sus enormes reservas de valor y fortaleza complementan los rasgos de pacifismo, amabilidad e incluso miedo con que nos son presentados.

Kane debe superar no sólo la soledad y su temor a la muerte, sino incluso el mortificante abandono por parte de su nueva esposa Amy.

Alegoría política, western psicológico y de suspense o exaltación apoteósica del heroísmo, lo que es innegable es que Solo ante el peligro es una gran película que ha resistido muy bien el paso del tiempo.

Ay, recuerdo las sesiones matinales de los domingos en los cines de barrio. Uno salía fortalecido, dejando las heridas de la infancia en una butaca, dispuesto a todo, incluso a enfrentarse con la soledad y la desidia de un mundo desolado. Mi madre me solía preguntar: "¿Qué dan hoy?" Y yo le respondía muy orgulloso: "¡Una de westerns!"

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