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Blanca Vázquez - La República Cultural
El cineasta canadiense de origen armenio, Atom Egoyan tiene a sus espaldas una muy interesante filmografía. Su cine trata sobre los velos que el cine superpone y su poder de evasión y distracción. El hipnotismo de la imagen trabajada como arte que habla de la identidad, de las relaciones con los demás y la sociedad. Un cine que juega al lenguaje equívoco de lo visual, donde nada es lo que parece. Una filosofía de la imagen a través del reflejo del mundo mediatizado que vivimos. Su última película, aunque es un encargo muy comercial, mantiene trazos autorales de Egoyan, sin duda alguna, donde la cultura canadiense se hace presente, y Toronto respira en cada fotograma. Chloe (2009), acaba de estrenarse en DVD para regocijo nuestro.
Remake de la mediocre cinta francesa de Anne Fontaine, Nathalie X, el trabajo de Egoyan es sugerente y sensual, al que se le ha etiquetado como sex thriller, si bien no esperen gran cosa en lo relativo al sexo. Ahí sigue jugando el realizador con las apariencias o la censura de las Mayors. Julianne Moore, Liam Neeson y Amanda Seyfried son el trío de actores foco de atención para el espectador. Los tres realizan un trabajo muy correcto. Moore da vida a una ginecóloga desorientada por el paso del tiempo y la rutina en la pareja. Sospecha que su marido, profesor demasiado atento con sus alumnas y jóvenes en general, le engaña. Para comprobarlo contrata a una scort girl con el fin de seducir a su marido, sin embargo será ella misma quién quede seducida por la joven rubia que se las sabe todas. Una mirada atenta a la arquitectura del entorno, unas imágenes que en algunos casos engañan más que confirman, y cierto misterio con tensión hacen de Chloe una opción bastante decente, dentro de lo que podríamos enmarcar como telefilm televisivo.
Lluis Miñarro es un productor español; cineasta, crítico y amante del cine atípico, y con ello me refiero a que no se compromete con cualquier producto cinematográfico entendido como comercio bruto del cine, (basado en la taquilla a ultranza). Es el alma de su productora EddieSaeta. En 2009 realizó dos producciones documentales, Blow Horn, sumergiéndose en un monasterio budista hindú, y otra más personal que casi nos da apuro visionar, de lo que tiene de privado y recordatorio. Me refiero a Familystrip, una pequeña viñeta del propio recuerdo familiar del productor, en la que él mismo aparece también junto a sus padres (muy mayores), los tres posando para el pintor Francesc Herrero, al mismo tiempo que van abriendo la caja de Pandora de los recuerdos de largas vidas que se remontan a la época de la anterior monarquía y posterior “estallido de júbilo como recalca la madre” de la República.
Con sorprendente espontaneidad, todos hablan como si la cámara no estuviera presente. El film, que en un principio iba a ser un proyecto pensado solo para el entorno familiar, se ha convertido en un homenaje, a su vez, al pintor, quien acabó suicidándose poco después.
Cálida, exenta de cualquier artificiosa manipulación, real y natural como la vida, las palabras y miradas de tanta experiencia conmueven. Vemos la difícil vida que tantos pasaron, con la inmigración a otras ciudades (en este caso Barcelona), las relaciones sexuales de la época, el amor y los noviazgos, las penurias de la guerra, el campo de concentración después, las dobles y triples jornadas laborales, pero también las vacaciones en Italia y la alegría de los hijos que van llegando. La música entre fotografías completa un retrato que es el de la generación de nuestros abuelos, Jimmy Fontana con Il Mondo, George Moustaki con Mediterraneen y Henry Purcell con The Fairy Queen cerrando la cinta con un estallido de color otoñal, dentro del blanco y negro del resto. Absolutamente recomendable.
También se estrena en DVD:
Neds
