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Julio Castro – La República Cultural
Hay maneras y maneras de construir una narración, aunque sea con un relato para niñ@s ambientado en lo más clásico de los cuentos de castillos y princesas. Y este de la compañía alemana Theater des Lachens, parodia de las luchas de caballeros de gesta, por conquistar el amor de la habitual princesa caprichosa del castillo, con torneo a caballo y lanza e, incluso, pelea con dragón humeante, viene a ser una ridiculización de esos relatos que se cuentan a l@s niñ@s, en los que sin pies ni cabeza las cosas salen según un guión establecido.
Pues bien, en este caso, los caballeros (los dos únicos personajes de carne y hueso en la obra), construyen un castillo, básicamente porque necesitan conseguir una mujer (eso, las necesidades bien claras, dejémonos de hisorias), así que, nada mejor que buscar a la princesa Rosalinda para luchar por ella. Podrían haber optado por construir un castillo con dos princesas o dos castillos con sendas princesas… pero ¿dónde estaría la gracia de la absurda pelea por un amor que no existe? No, construyen uno, con su familia real, su princesita rosa, puente levadizo y torreón incluidos. Obviamente, la princesa les promete amor eterno a ambos, siempre que demuestren su valor en el enfrentamiento.
En medio de la batalla, un dragón vendrá a turbar la “paz” de una sucia victoria, y tendrán que enfrentarse a él para liberar a la princesa del castillo.
Bloques en forma de ladrillos, algunas piezas como arcos de puertas, que también se pueden acoplar para ser las cabezas de los caballos que los caballeros montan en el torneo, y para completar el elenco, pequeñas figuras hechas a base de bastos pequeños troncos de madera, harán de personajes (guardias, herrero, reyes y princesa). El dragón de dos cabezas sí asoma una cabeza de tamaño natural, entre la humareda de su aparición.
Una divertida puesta en escena, con una parodia de los clásicos cuentos, como decía, en la que los actores hacen el sobreesfuerzo de aprender en un rato sus diálogos en castellano, aunque no hablan ni palabra, y el resultado es que nos encontramos ante tremendos profesionales, porque su actuación no se resiente, y si se confunden en algo, ellos mismos se ríen y tiran adelante, porque todo encaja bien. Y es que uno está ya bastante harto de clasicismos y, seguramente, l@s niñ@s tamibén.
Sinopsis
Dos caballeros rivalizan por conquistar a la princesa que desde la torre acepta el galanteo de ambos. Rivalizan también por tener la mejor armadura y ser el más hábil en el manejo de las armas.
Pero un serio problema surge cuando tienen que enfrentarse al dragón, entonces se ven obligados a sumar fuerzas con el fin de vencer la ardua batalla.
El escenario de esta obra tiene un diseño simple pero extremadamente dinámico, compuesto por construcciones de madera, predominantemente por cubos, que los mismos actores van cambiando y recreando según la escena que interpretan. La relación entre el espacio y los actores es un elemento importante en la forma de narrar la historia; los actores desarrollan con gran precisión roles ambivalentes: por momentos pasan de actores a montadores, a veces incorporan otros personajes sin dejar su papel principal e incluso reproducen sonidos para ambientar determinadas escenas, como cuando montan a caballo o simulan el ruido producido por las armaduras.
A pesar de la multiplicidad de roles, el espectáculo mantiene siempre el hilo narrativo que se apoya en el contexto de la propia historia. Gracias a ello, el significado de los objetos es cambiante, así, los cubos dispuestos verticalmente, uno sobre otro, se transforman en una torre donde está la princesa pero posteriormente pasan a formar parte del muro del castillo La rivalidad entre ambos caballeros está siempre presentada en clave de humor y éstas llegan incluso a quedar relegadas a un segundo plano cuando el dragón irrumpe en el escenario. Lo importante a partir de ese momento es salvar a la princesa y, por un objetivo común, hay que olvidar las antiguas disputas.
El resultado es un espectáculo rico y sugerente para el espectador, pues justamente por su simpleza, es una especie de invitación al público a hacer su propio teatro.
Sobre la compañía
En 1992, un grupo de artistas entregados a la interpretación y sus entusiastas colegas crearon una asociación de pequeño teatro, marionetas y actores que se hizo llamar Teatro de Marionetas de Brandenburgo. En 1995 la agrupación ya era completamente profesional, se trasladó a la Ziegelstraße y pasó a llamarse Theater des Lachens (Teatro de la Risa). Su nombre indica el propósito de sus producciones, ya que sus integrantes parten del principio de que la risa es uno de los placeres más sencillos de la vida, independiente de la nacionalidad, la jerarquía, el sexo, la edad y la religión.
Su sede actual está localizada cerca de la frontera polaca ya que uno de sus grandes objetivos es promover la cooperación y el intercambio de ideas con otras instituciones culturales en la región y en otros países por lo que colaboran con sus socios de Gorzow y acogen montajes invitados de otros lugares. La compañía también posee un pequeño teatro en Frankfurt/ Oder y en la actualidad cuenta con un equipo estable de siete profesionales.
Dirigida en la actualidad por Torsten Gesser, la compañía ha producido más de 30 espectáculos y recibido importantes reconocimientos, como el Premio a la Mejor Escenografía en el Puppettheatre Festival in Poznan (Polonia), y los premios de Mejor Dirección, Interpretación y escenografía en el festival de Banja Luka (Bosnia, 2003). Theater des Lachens ha realizado giras junto con la compañía Weites Theater en Alemania y ha participado en varios festivales de Europa. Ha presentado sus trabajos en Italia, Suiza, Austria y República Checa.
