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Blanca Vázquez - La República Cultural
El donostierra Óscar Terol es un activo profesional de la palabra que tanto le da a la actuación, la escritura de guiones y libros, la presentación en televisión, o a la crónica viajera. Eso sí, todo teñido con una pátina de humor que clarea el día al lector o espectador. Siempre y cuando no le entre el sofocón de haber comprobado que ha caído en una trampa de la que no hay escape posible. O sí, está el divorcio, y ahora express, 390 euros todo incluido.
Por ejemplo como vasco que es, pues Terol le saca jugo a lo que conoce bien, su tierra, su gente, sus costumbres, sus mitos y sus mujeres. Mi mitad vasca, aquella que le debe al lugar más que a los genes (éstos gallegos por todas partes) sentía curiosidad por el último volumen humorístico de este showman de Vaya semanita, y otras series televisivas, titulado nada menos que Técnicas de la mujer vasca para la doma y monta de maridos. Amén.
Cualquiera diría que este chico ha vivido rodeado de mujeres vascas de carácter, o sea, casi todas. Terol que también ha actuado en cine, ya nos había contado en 2005 que Todos nacemos vascos, y aconsejaba en 2006 Ponga un vasco en su vida.
En una cómoda edición de bolsillo, además barata, necesario en los tiempos que corren, ha contado con la colaboración de sus hermanos, Iñaki y Susana, además del guionista Kike Díaz de Rada, todos aupados en grandes observadores del entorno vecinal, familiar, laboral, y etc etc vasco. Porque realmente a medida que nos vamos adentrando en cada una de las diez partes que componen el libro, resulta que los que vivimos o hemos vivido muchos años en Euskadi podemos corroborar y certificar lo contado, con tanta gracia, por los Terol.
En fin, si el resto del Estado no puede imaginar qué es eso de un matriarcado, no tiene más que acercarse a esta tierra de clima muy variable para comprobarlo. De entrada diré que el libro está especialmente dirigido a los hombres, aunque lo compren las mujeres. Asegura su autor y coautores desde las primeras páginas que el PIN y el PUK de la felicidad del hombre subyace en las páginas de este libro.
Bien escrito, con un amplio vocabulario e ingeniosa frescura, Técnicas de la mujer vasca… es una opción para relajarse con humor al final de un día de estresado laboro. Se puede decir que hay un par de palabras claves que atraviesan el libro de principio a fin: “tu verás”, escuchado con temblor por la otra mitad de quien lo pronuncia. Encontramos, asimismo, una descripción física y psicológica de la mujer vasca, su capacidad para retener fechas, su afición a la automedicación o su instinto de conservación, y por supuesto sus dotes de cocinera: “Hasta ahora he hecho una somera descripción de la protagonista del matriarcado, la diosa Mari, la mujer del flequillo minifalda, la bruja moderna que medica a la familia, la que es capaz de memorizar lo inmemorizable, la que conserva las cosas y las hace inmortales, la que hace las mejores croquetas… ”.
Cada parte del libro está dividida en varios capítulos adornados, además, con recuadros que avisan, recuerdan, o tranquilizan sobre lo leído. También hay pequeñas tablas para jugar a las diferencias o las evoluciones, especialmente del especimen cazado. Como esa de la pag. 171, donde vemos los cuidados a darle dependiendo de la edad, a medida que se acerca al estropeamiento y la hecatombe (a partir de los 50 y 60 en adelante) es conveniente que la matriarca tenga a mano botiquín + akelarres + cursillos + nietos + mascota + balnearios y a soltar la correa.
Vaya que desde aquel “¿tienes fuego, preciosa? de vuestro encuentro al día del entierro va a sufrir una caída en picado, en otras palabras, nosotras vamos a ser espectadoras de un declive. A él su crisis de los 40 le durará hasta los 80, y nosotras a partir de los 40 nos encontraremos más jóvenes. Vamos a más”.
No sé si esto lo dice Terol para dejarnos contentas, aunque bien mirado observo a mis padres y cumplen la regla Terol a rajatabla. En todo caso desde la perspectiva de las nuevas generaciones, el libro de Terol quizá sea poco instructivo. Admitamos que supone un reflejo de la sociedad, aunque desde una ventana clásica. Divertido y fulminante en algunos pasajes, me temo que a algunas mujeres esta biblia en clave de humor no les sirve, porque no quieren atar la correa a nadie, ni que se la aten. Ni cazar, ni desde luego tienen alma de Maris, ni su objetivo en la vida es firmar un contrato de matriarcado ni acatar un patriarcado.
