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Los Veraneantes parodian más fácilmente a la burguesía de cualquier tiempo - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Antes de que acabe el verano, todo se habrá acabado. Es la pesadilla de los veraneantes, que todo lo ensucian… y es el planteamiento original de la obra de Gorki, así como el de Miguel del Arco, en este texto que toma del autor ruso para trasladar a este inicio del siglo siguiente las lacras sociales que no se han rectificado salvo para empeorar. Consigue el dramaturgo y director aterrizar en un siglo XXI la parodia de trágico humor, en el que una burguesía que apenas modifica los rasgos faciales, los del maquillaje escénico, mientras en una escenografía atemporal y con algunas incorporaciones musicales actuales atronadoras de canción veraniega, nos muestra a seres hastiados del hastío y del estío, y que se revuelcan en sus propias miserias, dando la impresión de una clase media actual venida a más. Casi cualquier detalle sirve para hacer de ridiculización y crítica, sea las formas, sean los hechos o las relaciones, sean las chanclas de piscina con traje blanco de vestir. Sin embargo, la comedia del despropósito no se superpondrá al hilo de los hechos, sea gracias al texto, a la dirección o a la interpretación de l@s once componentes del elenco, donde quien más, quién menos, tiene su momento de gloria escénica y su demostración de trabajo bien hecho.

Los Veraneantes parodian más fácilmente a la burguesía de cualquier tiempo

El gran trabajo de Miguel del Arco y el elenco actoral actualiza con humor la crítica de Gorki

Veraneantes
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Veraneantes

Foto: cortesía de Teatro de La Abadía

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Foto: cortesía de Teatro de La Abadía

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DATOS RELACIONADOS

Texto y dirección: Miguel del Arco (a partir de la obra de Maxim Gorki)
Intérpretes: Bárbara Lennie, Israel Elejalde, Miriam Montilla, Raúl Prieto, Miquel Fernández, Lidia Otón, Manuela Paso, Elisabet Gelabert, Cristóbal Suárez, Chema Muñoz, Ernesto Arias
Escenografía: Eduardo Moreno
Iluminación: Juanjo Llorens
Música original: Arnau Vilà
Vestuario: Ana López
Espacio sonoro: Studio 340
Coreografía: Carlota Ferrer
Ayudante de dirección: Aitor Tejada
Asistente de dirección: Andrea Delicado

Duración aproximada: 2 h. y 30 min

Julio Castro – La República Cultural

Antes de que acabe el verano, todo se habrá acabado. Es la pesadilla de los veraneantes, que todo lo ensucian… y es el planteamiento original de la obra de Gorki, así como el de Miguel del Arco, en este texto que toma del autor ruso para trasladar a este inicio del siglo siguiente las lacras sociales que no se han rectificado salvo para empeorar. Consigue el dramaturgo y director aterrizar en un siglo XXI la parodia de trágico humor, en el que una burguesía que apenas modifica los rasgos faciales, los del maquillaje escénico, mientras en una escenografía atemporal y con algunas incorporaciones musicales actuales atronadoras de canción veraniega, nos muestra a seres hastiados del hastío y del estío, y que se revuelcan en sus propias miserias, dando la impresión de una clase media actual venida a más.

Casi cualquier detalle sirve para hacer de ridiculización y crítica, sea las formas, sean los hechos o las relaciones, sean las chanclas de piscina con traje blanco de vestir. Sin embargo, la comedia del despropósito no se superpondrá al hilo de los hechos, sea gracias al texto, a la dirección o a la interpretación de l@s once componentes del elenco, donde quien más, quién menos, tiene su momento de gloria escénica y su demostración de trabajo bien hecho.

Si los calcos son buenos, la forma de llevarlos a cabo es mejor. Tanto es así que salgo un tanto preocupado por aquellas personas que puedan confundir una parte de lo que se dice con la justificación para vivir de esa manera. Y que cada cual viva como quiera, pero sin salpicar, claro. Comento a la salida con mi amiga Luna algunos de los pasajes de la obra, y es que a ella le ha golpeado en particular la ridícula situación del afamado y agotado escritor Ernesto, en que quiere hacerle proposiciones a la más sufridora de la historia, Bárbara, pero sin hacerlas. Realmente, la salida de ella es de las que tumban cualquier iniciativa, como sólo las mujeres con carácter y cerebro saben hacer. Por otro lado, creo que el discurso final del joven y corrupto constructor, Raúl, es un ejemplo claro de lo que vivimos en esta pútrida sociedad que asume que todo vale si es por la pasta. Nadie se librará finalmente de la crítica, pero, sobre todo, nadie se librará de que le saquen la piel a tiras sus supuest@s “amig@s” o “colegas”.

Me parecen destacables, particularmente, la actuación de Manuela Paso, porque equilibra la fuerza del personaje con la forma pausada de conducirlo, mientras que Elisabeth Gelabert interioriza perfectamente la locura y el desequilibrio del suyo, en un entorno que no quiere dominar ni que le domine. Por su parte, Bárbara Lennie tiene una gran actuación en la parte de expresión corporal y en movimiento, que queda un poco más pobre en la dicción, aunque dadas las limitaciones que se le confieren a su personaje, tampoco queda muy fuera de lugar. Raúl Prieto recarga en su papel el significado del constructor garrulo e inculto que se mueve en este entorno más por una relación pasada y por su dinero que por otra cosa. En cuanto al personaje de Israel Elejalde, el político de turno que lucha por llegar al poder a costa de lo que sea, creo que está verdaderamente muy bien diseñado a partir de nuestra realidad cotidiana.

Lo que importa, desde luego, es el conjunto y el trabajo final, en un escenario bien sencillo, con pocos elementos, pero los suficientes para darle distintos niveles que separan a los personajes, así como las distintas posiciones en función de cada instante. El público alrededor de escena y el efecto de la desaparición de cada actor en el momento en que pone un pie fuera del cuadrilátero de madera, pero la sensación real de estar en el verano, en el patio, en el río o en cualquier entorno que se les hubiese ocurrido, porque el espectador puede entrar rápidamente en escena, con este trabajo que pese a lo consistente del fondo es ligero de sobrellevar. Y para jugar más a la cercanía al público, los personajes llevan el nombre de cada uno de los actores y actrices, así no hay confusión. Eso si, nadie se vaya con la idea de que al salir del teatro actor y personaje son lo mismo, más vale que nos echemos un vistazo a cada un@ de nosotr@s.

Sobre la obra

La Abadía se une al equipo de La función por hacer, esa “versión más que libre” de Seis personajes en busca de un autor, para recrear la obra maestra de Gorki, trasponiéndola de la Rusia de primeros del siglo XX a nuestra España de comienzos del XXI.

¿Cómo puede ser que durante todo el año vivamos absorbidos por nuestro trabajo, incapaces de llevar con plenitud nuestra vida afectiva, y que de pronto en verano nos juntemos llenos de ansiedad por disfrutar al máximo?

En esta reescritura de Miguel del Arco, como en el original de Gorki, vemos a un grupo de veraneantes que por una parte desea un cambio vital y social y, por otra, lo teme. Mientras tanto, velarán por que nada les amargue el aire festivo.

Los veraneantes llegan, lo ensucian todo y se van”.

Del axioma “el verano es un tiempo feliz”, sólo me queda claro lo que es el verano. La medida del tiempo y la felicidad son tan subjetivas y admiten tantas interpretaciones como personas quieran pensar al respecto.

La humanidad progresa de una forma increíble, otro axioma difícilmente discutible a no ser que uno se detenga en el verbo. Progresar es la acción de ir hacia adelante. ¿Vamos hacia adelante? ¿Con respecto a qué? Progresar también es, siempre según la Academia, perfeccio-namiento. ¿Qué estamos perfeccionando? José Luis Sampedro decía en una entrevista que “la humanidad ha progresado de una forma fabulosa pero no hemos aprendido a vivir en paz, a convivir, a no matar al vecino”.

Todas estas cuestiones nos llevaron a la obra de Gorki. Cuando se estrenó en 1904, Rusia se agitaba con la idea de poder aceptar la utopía como base de todo progreso, de emprender una revolución que partiera de la dignidad del ser humano. Hoy sabemos el resultado de aquella revolución y nos permitimos pensar en ella, con cierta displicencia, como en tiempos de barbarie donde los seres humanos daban palos de ciego en busca de la magnífica modernidad de la que nosotros disfrutamos.

¿Qué nos convierte en una sociedad moderna más allá del paso del tiempo y los adelantos técnicos? ¿En qué hemos progresado? ¿Hemos solventado la injusticia, la miseria, la desigualdad, la guerra, el terror, la intolerancia? Ya ni siquiera creemos que una revolución sea posible, por mucho que algunos países árabes intenten convencernos de lo contrario luchando contra los sátrapas que nuestras progresistas y modernísimas sociedades occidentales contribuyeron a crear buscando su propio beneficio. El dinero manda y lo aceptamos como un axioma más. Es el sistema que nos rige y no tiene alternativa… ¿No la tiene? ¿En serio debemos aceptar como inevitable un sistema que ahonda de una forma cada vez más salvaje y descarada en primar el beneficio económico frente a la dignidad del ser humano?

Este “enorme progreso” de nuestra sociedad con respecto a la que asistió al estreno de los Veraneantes de Gorki me decidió a emprender la reescritura del texto. Nuestros veraneantes están aquí y ahora. Posiblemente con la misma necesidad de cambio que sus antepasados rusos pero, tal vez, más incapaces para provocarlo y, seguramente, menos valientes. Con todo a su disposición para ser felices en este tiempo feliz… pero qué estresante puede llegar a ser esta necesidad imperativa de pasarlo bien y buscar la felicidad.

La verdad es que yo he sido feliz durante los ensayos de Veraneantes. Incluso a pesar de las dudas y la incertidumbre. Una sola certeza: tengo el mejor grupo actoral que un director pueda soñar. Déjense llevar por ellos. ¡Por fin ya es verano!

Miguel del Arco

Actor, guionista, director de teatro, cine y televisión, adaptador… En televisión ha escrito guiones para series y tvmovies como A tortas con la vida, Antivicio, Mediterráneo, Al alcance lamano, Pasión adolescente, Lalola o La sopa boba, las dos últimas dirigidas también por él. Ha escrito y dirigido cortometrajes multipremiados como MorirDormirSoñar, Palos de ciego amor o La envidia del ejército Nipón.

Pero es en el ámbito del teatro donde ha conseguido sus mayores éxitos, en primer lugar como adaptador de textos como El astrólogo fingido de Calderón, que se pudo ver en La Abadía, Luna de miel en Hiroshima de Víctor Weimer, La falsa doncella de Marivaux, Se busca impotente para convivir, sobre la novela de Gaby Hopfman, Se quieren o Fashion FeelingMusic. Y como director, En el aire de W. Mastrosimone, también adaptada por Del Arco, La madre vigila tus sueños de Tomás Gayo, Pulsión de Mark Ravenhill, El proyecto Youcali, un texto propio, y más recientemente La violación de Lucrecia de William Shakespeare, con una espléndida Nuria Espert como única protagonista.

Pero si ha habido un espectáculo clave en la trayectoria teatral de Miguel del Arco, ese ha sido sin duda La función por hacer, un texto escrito por él mismo a partir de Seis personajes en busca de autor de Pirandello que recibió las mejores críticas y se convirtió en el gran éxito de la temporada con nueve nominaciones a los Premios Max, incluidas Mejor Espectáculo y Mejor Dirección. El equipo al completo de este montaje, fusionado con actores del elenco Abadía, repite ahora en Veraneantes.

Fecha: el Domingo 29 de mayo de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

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Fecha: el Domingo 29 de mayo de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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Fecha:

del Martes 24 de mayo de 2011 al Sábado 28 de mayo de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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Fecha: el Domingo 22 de mayo de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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Fecha:

del Martes 17 de mayo de 2011 al Sábado 21 de mayo de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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Fecha: el Domingo 15 de mayo de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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Fecha:

del Martes 10 de mayo de 2011 al Sábado 14 de mayo de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha: el Domingo 8 de mayo de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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Fecha:

del Martes 3 de mayo de 2011 al Sábado 7 de mayo de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha: el Domingo 1ro de mayo de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha:

del Martes 26 de abril de 2011 al Sábado 30 de abril de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha: el Domingo 24 de abril de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha:

del Martes 19 de abril de 2011 al Sábado 23 de abril de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha: el Domingo 17 de abril de 2011

Horario: a las 19:00h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

Para más información:

Fecha:

del Martes 12 de abril de 2011 al Sábado 16 de abril de 2011 Horario: a las 20:30h

Lugar: Teatro de La Abadía - c/ Fernández de los Ríos, 42 -Quevedo / San Bernardo- (Madrid)

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