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Madrid y Catalunya viven, mientras los gobiernos sobrevuelan la democracia - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Una mañana de espanto para la clase dominante en nuestro país, de la mano de las acampadas y los movimientos vecinales, ha llevado a unas escenas gloriosas para la ciudadanía española. Finalmente podemos estar orgullos@s de se ciudadan@s, que no súbdit@s, gente que exige y no personas agachadas ni resignadas. Mientras en Barcelona la miles de personas bloquean el parlament, impidiendo o dificultando la libre entrada de diputad@s a la sede, en Madrid, cientos de personas impiden el desahucio forzoso de una familia libanesa que no puede pagar su hipoteca. Lo nunca visto hasta ahora: el pueblo ejerciendo la democracia, mientras el Estado lanza sus herramientas contra la ciudadanía. El golpe de efecto de esta absurda (y sin embargo comprensible) situación, es la llegada del presidente de la Generalitat de Catalunya en helicóptero, momento en el que la policía se retira del cordón impuesto en las calles entorno al Parlament. Entre tanto, 15-M en Madrid y la plataforma #stopdesahucios grita en el barrio de Tetuán "¡Sí se puede!", mientras logran que una familia de inmigrantes, de las numerosas que viven en este distrito, no tenga que vivir desde hoy en la calle.

Madrid y Catalunya viven, mientras los gobiernos sobrevuelan la democracia

Que no nos engañen
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Que no nos engañen

Una de las pancartas al inicio del movimiento 15-M en Sol.
Foto: Julio Castro.

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Que no nos engañen

Una de las pancartas al inicio del movimiento 15-M en Sol.
Foto: Julio Castro.

Julio Castro – La República Cultural

Una mañana de espanto para la clase dominante en nuestro país, de la mano de las acampadas y los movimientos vecinales, ha llevado a unas escenas gloriosas para la ciudadanía española. Finalmente podemos estar orgullos@s de se ciudadan@s, que no súbdit@s, gente que exige y no personas agachadas ni resignadas.

Mientras en Barcelona la miles de personas bloquean el parlament, impidiendo o dificultando la libre entrada de diputad@s a la sede, en Madrid, cientos de personas impiden el desahucio forzoso de una familia libanesa que no puede pagar su hipoteca. Lo nunca visto hasta ahora: el pueblo ejerciendo la democracia, mientras el Estado lanza sus herramientas contra la ciudadanía.

El golpe de efecto de esta absurda (y sin embargo comprensible) situación, es la llegada del presidente de la Generalitat de Catalunya en helicóptero, momento en el que la policía se retira del cordón impuesto en las calles entorno al Parlament. Entre tanto, 15-M en Madrid y la plataforma #stopdesahucios grita en el barrio de Tetuán "¡Sí se puede!", mientras logran que una familia de inmigrantes, de las numerosas que viven en este distrito, no tenga que vivir desde hoy en la calle.

Apenas ayer, la tan crecida presidenta Aguirre insultaba a la gente que desde la Puerta del Sol ha venido revitalizando la exigencia de los derechos ciudadanos que toda esta clase política de los partidos gobernantes y la correspondiente clase bancaria y financiera, nos han venido robando, usurpando durante décadas. Entre tanto, hoy uno de los hijos del alcalde Gallardón quiere reinterpretar lo que muchos decimos a las claras y no es interpretable, y quiere descalificar a la ciudadanía, porque quienes estamos en la calle somos l@s ciudadan@s, a fin de defender las prerrogativas de su familia. Parece que la familia de Ruiz Gallardón vale más que el resto y que si algo les molesta, tienen preeminencia sobre la gente avasallada.

Toda esta gente, que utilizan a los empleados de antidisturbios dirigidos por Rubalcaba como peones, han creado una ciudadela, como la del castillo de Kafka, donde no tenemos derecho a entrar, y si lo hacemos debemos someternos a su voluntad. Ellos mantienen el derecho de pernada.

Lo dije hace ahora un mes: creo que eso se ha terminado. Bien harían en revisarse las manos y los bolsillos… ¿las conciencias?, me da igual, no creo que tengan. Antes de enfrentarse los presuntos representantes con los representados en las calles, hay que hacer una buena revisión, porque el Estado está desmantelado. No el de “bienestar”, que nunca fue más que ficción, sino el sistema de Estado, el económico, el legal, el parlamentario… se lo cepillaron con la Constitución para no ceder ni un milímetro de sus prerrogativas, y ahora el vaso se ha colmado.

A nosotr@s, en los bolsillos, poco o nada nos queda, pero en el deseo de justicia, de paz y de prosperidad del pueblo, tenemos puestas las miras. Ell@s, esos seres ajenos al pueblo… ¿A dónde quieren llegar ellos?

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