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ISSN 2174 - 4092

El 19-J contra la crisis, quisiera marchar contigo - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

El descontento y el rechazo al actual sistema se refleja ya en casi todos los entornos de la sociedad, de manera que el movimiento 15M se ha extendido a las asambleas por barrios y municipios en distintas localidades españolas. Y hacen mal quienes quieren criminalizar a la ciudadanía o hacer extensivo el comportamiento agresivo de algunos (que, según muestran las imágenes, podrían haber sido incitados por la propia policía en Barcelona), porque es el último recurso que se puede utilizar antes de que todo estalle. El punto de ruptura definitiva entre responsables de las instituciones y ciudadanía se encuentra en el de acusar los políticos a la gente de aquello que no es, a fin de conseguir optar a una razón que ya han perdido hace tiempo. Más valdría que las dos partes (quienes desgobiernan y quienes lo sufren), saliéramos a la calle y nos sentáramos en la plaza para trabajar en construir un modelo democrático en el que aquellos que roban, acaparan, acaudalan y arrasan desde siempre los derechos económicos y sociales del pueblo, nunca puedan volver a hacerlo. A mitad del párrafo anterior, mucha gente habrá pensado idealista-utópico. Bien, idealista sí, pero siempre me he considerado pragmático en las propuestas, lo cual no las convierte en sencillas, pero lo mejor sería trasladarnos a la realidad de lo que hay. Y en esa realidad, resulta que tenemos a miles de personas en las calles trabajando por construir un modelo alternativo a lo que nos han impuesto. No tenemos todas las herramientas, pero sí tenemos cabeza, sí tenemos voluntad de igualdad democrática (y cuando no la hay, la mayoría apea del burro a quien se salta el precepto). Y resulta que nos exigen, con sorna parlamentaria, dónde están los resultados de un mes de trabajo. ¿Dónde están los resultados de sus décadas de incompetencia? No, no voy a justificar un fracaso con otro, sino que, al contrario, quiero demostrar que estamos avanzando, construyendo, consensuando puntos que poco a poco se van desglosando y construyendo una sociedad que no tiene otro ideario común que el de la justicia igual para tod@ds.

El 19-J contra la crisis, quisiera marchar contigo

Los barrios y municipios se suman a la gran marcha en Madrid hasta el Congreso de los Diputados

Marcha 19-J contra la crisis
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Marcha 19-J contra la crisis

Cartel del barrio de Chamberí

Marcha 19-J contra la crisis
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Marcha 19-J contra la crisis

Itinerario de la marcha en Madrid, con recorridos y horarios

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Julio Castro – La República Cultural

El descontento y el rechazo al actual sistema se refleja ya en casi todos los entornos de la sociedad, de manera que el movimiento 15M se ha extendido a las asambleas por barrios y municipios en distintas localidades españolas. Y hacen mal quienes quieren criminalizar a la ciudadanía o hacer extensivo el comportamiento agresivo de algunos (que, según muestran las imágenes, podrían haber sido incitados por la propia policía en Barcelona), porque es el último recurso que se puede utilizar antes de que todo estalle.

El punto de ruptura definitiva entre responsables de las instituciones y ciudadanía se encuentra en el de acusar los políticos a la gente de aquello que no es, a fin de conseguir optar a una razón que ya han perdido hace tiempo. Más valdría que las dos partes (quienes desgobiernan y quienes lo sufren), saliéramos a la calle y nos sentáramos en la plaza para trabajar en construir un modelo democrático en el que aquellos que roban, acaparan, acaudalan y arrasan desde siempre los derechos económicos y sociales del pueblo, nunca puedan volver a hacerlo.

A mitad del párrafo anterior, mucha gente habrá pensado idealista-utópico. Bien, idealista sí, pero siempre me he considerado pragmático en las propuestas, lo cual no las convierte en sencillas, pero lo mejor sería trasladarnos a la realidad de lo que hay. Y en esa realidad, resulta que tenemos a miles de personas en las calles trabajando por construir un modelo alternativo a lo que nos han impuesto. No tenemos todas las herramientas, pero sí tenemos cabeza, sí tenemos voluntad de igualdad democrática (y cuando no la hay, la mayoría apea del burro a quien se salta el precepto). Y resulta que nos exigen, con sorna parlamentaria, dónde están los resultados de un mes de trabajo. ¿Dónde están los resultados de sus décadas de incompetencia? No, no voy a justificar un fracaso con otro, sino que, al contrario, quiero demostrar que estamos avanzando, construyendo, consensuando puntos que poco a poco se van desglosando y construyendo una sociedad que no tiene otro ideario común que el de la justicia igual para tod@ds.

Y pregunto yo que, si miles estamos en esto, y somos más que quienes se sientan a cobrar un sobresueldo desmesurado dos días en ese parlamento, en aquel otro, o en el senado de más allá ¿dónde está la complejidad de que salgan a la calle y se sienten en nuestras plazas, en nuestras aceras, en lugar de seguir usurpando nuestras butacas en las instituciones?

Y respondo yo mismo, la dificultad está en la voluntad: en la suya.

Una movilización que arrancaba hace un tiempo, ajena a lo que estaba por llegar, antes del 15 de mayo pasado, y quería aunar a la gente en una marcha por los derechos de todos, contra la crisis del capital, que nos ha llevado a curritos y curritas de a pie a esperar cuándo nos van a despedir para siempre del mercado laboral, o cuándo nos embargarán la vivienda, cuándo la espiral de costes y ausencia de límites a este atraco de los mangantes contra el pueblo, nos dejará sin comer. Much@s no ven hasta ese límite de horizonte, pero hace dos años negaban rotundamente que la vivienda pudiera desplomarse en el mercado, o que en semejante “Estado de bienestar”, algo pudiera enturbiarlo. Ahora ya no está turbio, sino hundido y sin visos de recuperación.

No queremos seguir pagando con nuestras carnes el que ellos sigan teniendo beneficios estruendosos. No queremos que nos sigan robando los unos, engañando los otros.

Por eso, una marcha enorme va a recorrer las calles e incluso las carreteras de Madrid, para confluir ante el Congreso de los Diputados. Todos los barrios y plazas del 15M se suman a esta iniciativa, porque es la de todos, porque cada persona lleva su estandarte personal, su propio logotipo, su icono y las banderas de su corazón, pero no las de otr@s. Eso ha de valer, porque para construir una sociedad mejor, o contamos con las cabezas y las manos en movimiento, o no tendremos nada.

Hoy pertenezco a ese conjunto de gentes que conforman un grano de arena en la playa, que lucha por crecer antes de que el mar pueda barrerla cuando suba la marea. Y en ese conjunto me gustaría que estuvieras al lado.

El 19 de junio el agua de la marea del pueblo va a refrescar el ambiente y a limpiar las calles, y si los responsables de las instituciones se enrocan en sus cavernas, tendremos que tapiarlas y construir unos nuevos lugares para el debate y la palabra.

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