Blanca Vázquez - La República Cultural
Este agosto de 2011, momento del año que como sabéis nos gusta acampar en la esquina del videoclub, se la vamos a dedicar a un cineasta que nos ha dejado un poco más huérfanos a los amantes del cine. Muerto el pasado 9 de abril a los 86 años, Sidney Lumet seguía en activo porque era un incansable inconformista con las autoridades y su hipocresía, algo que procuraba retratar en todas sus películas, fueran del estilo que fueran. Con cinco nominaciones a los Oscar, en 2004 recibió el honorífico a una larga carrera coherente con un pensamiento crítico. Desde finales de los cincuenta, cuando se estrenó en el cine con el gran éxito “Doce hombres sin piedad”, 1957, le han seguido más de cuarenta largometrajes (además de proyectos televisivos) que se han repartido por todas las décadas, hasta llegar a 2007 y su último estreno “Antes que el diablo sepa que has muerto”.
Nosotros en homenaje a este autor tan prolífico e incansable vamos a repasar algunos de sus obras a lo largo del mes de agosto, mes de descanso, ideal para pararse a observar el mejor cine, como tenemos costumbre cada año. Ya la revista de cine Dirigido por…le dedicó un dossier especial en marzo y abril de 2008, que nos sirve de inspiración para preparar el nuestro.
Lumet es un nombre importante de la historia del cine y de una generación formada en el mundo de la televisión. Un artesano que aunque no siempre intentó ser un rompedor ni llamar la atención por su estética visual, más bien académica y muy metódica, destaca, sin embargo, en su cine el aire urbano que transpira, gracias a su admiración por la urbe eterna, Nueva York, muy al estilo Woody Allen. Además es un heredero de la dramaturgia teatral, algo que se vislumbra en cada film. Realizador que por lo general le gustaba desenvolverse en un par de géneros, (nunca se metió con el western, la ciencia ficción, el musical, o el cine de aventuras). Lo suyo eran el policíaco y el drama, donde los juicios eran casi de obligado, y donde este autor daba rienda suelta a sus denuncias y críticas sociales, y sabía muy bien mostrar sensaciones claustrofóbicas, por lo que se podía deducir fácilmente que era un cineasta molesto entre comillas.
Comenzamos nuestra incursión con Doces hombres sin piedad, en dos homenajes, el realizado por mi compañero Francisco Machuca, y el comentario que en su momento hice yo misma del film 12, de Nikita Mikhalkov, de los que extraeré algunos párrafos, a los que añadiré comentarios del propio Sidney Lumet sobre su película.
Seguiremos por orden cronológico con Larga jornada hacia la noche, La colina, Llamada para un muerto, Serpico, Asesinato en el Orient Express, Tarde de perros, El príncipe de la ciudad, La trampa de la muerte, Power, Declaradme culpable y Antes que el diablo sepa que has muerto. Aunque quizá alteremos el orden o alguna otra película salte al ruedo, en plan espontáneo, pero eso sí, será de Sidney Lumet.