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La trampa de la muerte, el teatro de los mil giros - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

La trampa de la muerta (1982), es una estrafalaria película dentro de la filmografía de Sidney Lumet. Extravagante diría, pues el espectador no sabe muy bien, desde el comienzo, si se encuentra ante una comedia, un drama, o un vodevil. Fue adaptada de la obra teatral del autor de suspense Ira Levin, por el guionista Jay Presson Allen, que lo fue también de la comentada El príncipe de la ciudad y otros trabajos importantes como Cabaret (1972), de Bob Fosse, Marnie, la ladrona (1964). A. Hitchcock, además de otras colaboraciones de índole teatral junto a Lumet, como la poco conocida Dime lo que quieres (1980), novela del propio Presson Allen, con un plantel más que interesante: Ali MacGraw, Alan King, Myrna Loy, o Peter Weller. Actores de cine con ganas de demostrar que podían ser algo más que resultado de una buena toma; querían hacer teatro dentro del cine. La trampa de la muerte convoca, igualmente, un buen casting. Curioso al paso del tiempo por lo imprevisible del destino, puesto que podemos admirar uno de los pocos trabajos de Christopher Reeve antes del fatal accidente que le postró en una silla. Asimismo Michael Caine lleva a cabo una labor encomiable, dieciséis años después de Alfi, (Lewis Gilbert), y diez años después de La huella, (Joseph L. Makiewicz), trabajo del que parece trasladar el mismo personaje: un escritor egocéntrico con muy malas ideas. Lumet se encontraba en un momento de su carrera esplendoroso, en la etapa de sus mejores trabajos. Quizá por ello aprovechó su libertad de elección para volver al cine teatro, modalidad que daba sus últimos coletazos, y hacer este pequeño entretenimiento entre películas más consistentes eimportantes.

La trampa de la muerte, el teatro de los mil giros

Agosto en la Esquina del Videoclub 2011: Ciclo Lumet

La trampa de la muerte
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La trampa de la muerte

Dyan Cannon y Michel Caine como Myra y Sidney Bruhl

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Dyan Cannon y Michel Caine como Myra y Sidney Bruhl

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DATOS RELACIONADOS

Título original: Deathtrap, 1982
Dirección: Sidney Lumet
Guión: Jay Presson Allen (Novela: Ira Levin)
Intérpretes: Michael Caine, Christopher Reeve, Dyan Cannon, Irene Worth, Joe Silver, Henry Jones
Duración: 116’
País: Estados Unidos
Productora: Warner Bros. Pictures

Blanca Vázquez - La República Cultural

La trampa de la muerta (1982), es una estrafalaria película dentro de la filmografía de Sidney Lumet. Extravagante diría, pues el espectador no sabe muy bien, desde el comienzo, si se encuentra ante una comedia, un drama, o un vodevil. Fue adaptada de la obra teatral del autor de suspense Ira Levin, por el guionista Jay Presson Allen, que lo fue también de la comentada El príncipe de la ciudad y otros trabajos importantes como Cabaret (1972), de Bob Fosse, Marnie, la ladrona (1964). A. Hitchcock, además de otras colaboraciones de índole teatral junto a Lumet, como la poco conocida Dime lo que quieres (1980), novela del propio Presson Allen, con un plantel más que interesante: Ali MacGraw, Alan King, Myrna Loy, o Peter Weller. Actores de cine con ganas de demostrar que podían ser algo más que resultado de una buena toma; querían hacer teatro dentro del cine.

La trampa de la muerte convoca, igualmente, un buen casting. Curioso al paso del tiempo por lo imprevisible del destino, puesto que podemos admirar uno de los pocos trabajos de Christopher Reeve antes del fatal accidente que le postró en una silla. Asimismo Michael Caine lleva a cabo una labor encomiable, dieciséis años después de Alfi, (Lewis Gilbert), y diez años después de La huella, (Joseph L. Makiewicz), trabajo del que parece trasladar el mismo personaje: un escritor egocéntrico con muy malas ideas. Lumet se encontraba en un momento de su carrera esplendoroso, en la etapa de sus mejores trabajos. Quizá por ello aprovechó su libertad de elección para volver al cine teatro, modalidad que daba sus últimos coletazos, y hacer este pequeño entretenimiento entre películas más consistentes eimportantes.

La cinta se divide de dos partes y cuatro personajes. Dos actos de los cuales el primero se lleva el premio y el segundo permanece como residuo, un tanto cansino, de la llama que resplandece del primero. Levin creó una historia teatral sobre el mundo del teatro. Es decir entramos en un mundo metateatral, que todo hay que decirlo, me recuerda el universo misterioso de Agatha Christie.

Michael Caine se trabaja el personaje del dramaturgo Sidney Bruhl, un autor en sus momentos bajos, cuando su última obra teatral está siendo apaleada por los críticos. Su esposa Myra (Dian Cannon), un poco delicada del corazón, es una mujer adinerada que le apoya en sus proyectos teatrales. Pero Sidney no cree que pueda escribir una buena pieza en el momento poco creativo en el que se encuentra, por ello se le ocurre la oscura idea de robar a uno de sus alumnos más sobresalientes, Clifford Anderson (Reeve), su opera prima, La trampa de la muerte, calificada por aquél como una genialidad. Claro que para ello tiene que hacer desaparecer al joven. Cuando, no sin dificultad, consigue convencer a su temerosa y sorprendida esposa, y recibe en casa a Clifford para hablar de la obra, todo está preparado para acabar con la vida del alumno, aunque no cuentan con una vecina un poco curiosa, una vidente que ayuda a la policía, Helga ten Dorp (Irene Worth), la cual merodea por la casa.

Finalmente llevarán a cabo su plan, aunque, como el espectador debe intuir, nada es lo que parece. Será, precisamente, la parte central de la proyección el momento culminante que mantiene la atención al límite. A partir de ahí hay un descenso progresivo hacia una alargamiento de la trama, que alcanza otra cuota de atención en el final mismo.

Teatro en el cine, aunque con un plus de divertimento dados los giros que presenta el argumento dotándole de un aspecto serial muy cinematográfico. Lumet vuelve a retratar la ambición desmedida, la mentira. Personajes que mienten a todos, incluso al espectador. Lumet se regocija en mostrar estas hipócritas caras hasta el mismo final, unos frente a otros. Algo que expresó muy bien el cineasta en su última película, Antes que el diablo sepa que has muerto (2007).

La importancia del trabajo de los actores es clave en este tipo de cine. Y parece ser evidente que Lumet confía en los escogidos. Parodiando el género policíaco, y sin ser una de sus mejores obras, aunque sí muy personal, La trampa de la muerte hace pasar un momento bastante entretenido, disfrutando al mismo tiempo de actuaciones de lujo.

La secuencia: Cuando Myra, la esposa de Sidney, tiene miedo durante la noche en la casa, después de éste cometiera el crimen. Sidney le convence para que mire por todos los rincones y compruebe que no pasa nada, la fortuna les espera. Entonces gracias a un golpe de efecto, cree ver al joven escritor resucitado, como un zombi ensangrentado. Sí, se le aparece Clifford con la intención de vengarse. ¡Impactante!

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