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Cuando lo teatral acompaña a la calidad musical en el Mercat de Vic - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Si escribo Gabby Young a la mayoría no podrán comprender el valor del espectáculo que desarrolla esta cantante británica junto a su grupo. Y es que tanto el montaje de Gabby Young & Other Animals, como la inmensa voz de su principal cantante y compositora, son un trabajo que es de difícil clasificación. Por partes, diré que estamos ante un espectáculo que toca teatro, circo y cabaret desde lo musical, pero también desde lo interpretativo, en la que cada uno de los músicos tiene su papel y lo desarrolla a conciencia con instrumentos y gestos. Aunque mezclan distintos elementos musicales, el peso de lo balcánico está en sus sonidos, y de ahí el deje de circo zíngaro que marca la música que hacen. Pero ella, junto a Stephen Ellis, es un completo soy principal, con su peluca coloreada de un color rojizo brillante, su lunar enorme pintado en la mejilla y el desparpajo que muestra en todo momento, no descuida una impresionante voz que se esconde tras el trabajo dramático, pero que no consigue ocultar. Rápidamente se me viene a la cabeza el recuerdo de una cantante como Inva Mula (seguramente desconocida también de nombre para la mayoría), que interpretaba a la Diva en una película de no gran nivel como era El Quinto Elemento, pero que tenía esta pieza musical de voz que tiraba para atrás, porque la cantante operística albanesa mezclaba sonidos clásicos con elementos futuristas. Ese es precisamente el nivel de Gabby en su actuación, porque hace lo que le da la gana con la voz, alcanzando tonos imposibles, a veces porque toca y otros para llamar la atención del público, pero le quita toda importancia al asunto, poniendo la nota de humor en el centro de esos momentos. Tanto es así que, en una canción que interpreta ella sola con Gaby Show, el trompetista, ella toma la guitarra para jugar a ensañarse con el bordón cuando pasa por él, con el único fin de reírse y quitar seriedad al tema. Increíbles e irrepetibles, pero parece que tendrán otras posibles actuaciones por nuestro país, así que es muy recomendable prestar atención.

Cuando lo teatral acompaña a la calidad musical en el Mercat de Vic

Segunda jornada del evento en 2011

Ogun Afrobeat
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Ogun Afrobeat

Akin Onassanya durante la fución en Vic.
Foto: Julio Castro.

Lonely Driften Karen
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Lonely Driften Karen

Tanja Frinta y Marc Melia durante su actuación en el teatro de l’Atlántida de Vic.
Foto: Julio Castro.

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DATOS RELACIONADOS

Para más información:
Mercat de Música Viva de Vic

Julio Castro – La República Cultural

Si escribo Gabby Young a la mayoría no podrán comprender el valor del espectáculo que desarrolla esta cantante británica junto a su grupo. Y es que tanto el montaje de Gabby Young & Other Animals, como la inmensa voz de su principal cantante y compositora, son un trabajo que es de difícil clasificación. Por partes, diré que estamos ante un espectáculo que toca teatro, circo y cabaret desde lo musical, pero también desde lo interpretativo, en la que cada uno de los músicos tiene su papel y lo desarrolla a conciencia con instrumentos y gestos. Aunque mezclan distintos elementos musicales, el peso de lo balcánico está en sus sonidos, y de ahí el deje de circo zíngaro que marca la música que hacen. Pero ella, junto a Stephen Ellis, es un completo soy principal, con su peluca coloreada de un color rojizo brillante, su lunar enorme pintado en la mejilla y el desparpajo que muestra en todo momento, no descuida una impresionante voz que se esconde tras el trabajo dramático, pero que no consigue ocultar. Rápidamente se me viene a la cabeza el recuerdo de una cantante como Inva Mula (seguramente desconocida también de nombre para la mayoría), que interpretaba a la Diva en una película de no gran nivel como era El Quinto Elemento, pero que tenía esta pieza musical de voz que tiraba para atrás, porque la cantante operística albanesa mezclaba sonidos clásicos con elementos futuristas. Ese es precisamente el nivel de Gabby en su actuación, porque hace lo que le da la gana con la voz, alcanzando tonos imposibles, a veces porque toca y otros para llamar la atención del público, pero le quita toda importancia al asunto, poniendo la nota de humor en el centro de esos momentos. Tanto es así que, en una canción que interpreta ella sola con Gaby Show, el trompetista, ella toma la guitarra para jugar a ensañarse con el bordón cuando pasa por él, con el único fin de reírse y quitar seriedad al tema. Increíbles e irrepetibles, pero parece que tendrán otras posibles actuaciones por nuestro país, así que es muy recomendable prestar atención.

Pero esto era una parte de la noche de Vic, porque la tarde comenzaba, como siempre, en los showcase. Allí, Dead Capo, grupo madrileño que parece tocar distintos géneros musicales entorno al jazz, presentan un sonido divertido y formalmente correcto y atractivo, del que apenas puedo disfrutar de unos momentos de la actuación. A continuación, Marc Ayza Group logra una semihibridación del jazz con el hip-hop. Desarrollan largos temas que pueden durar casi 15’ en los que enlazan distintas tendencias dentro de su propio estilo. Un DJ acompaña a la voz, mientras que el líder del grupo se dedica a la batería conformando el enlace entre la parte más electrónica con la que se vuelca más directamente en el jazz. Los dos estilos se superponen y se intercalan con un buen engranaje musical.

El turno de cierre para el showcase de este viernes, corresponde a Bernat Font Trio. Es uno de esos grupos en los que la apariencia cobra importancia junto con la música (en parte, aunque lejanamente, como ocurre con Gabby Young, que decía al comienzo), y es de agradecer que se ponga algo más a la mera factura musical cuando se está en un escenario. Los tres tienen consciencia de su música y se divierten con ella: por eso la transmiten así al público. Un cierto grado de virtuosismo del piano de jazz en manos de Bernat genera un duelo de instrumentos en el que juegan a ver quién se queda fuera antes, pero teniendo a un batería como Martí Elias al otro lado, el contrabajo tiene las de perder siempre, aunque su calidad sea muy buena. Interpretan temas que van desde los años ’20 hasta sonidos que a nuestro país llegaban más sesenteros como innovación jazzística, pero igual que acometen temas ajenos, tienen su propias composiciones que reflejan un toque de clasicismo revitalizado. Me parecen una estimulante sorpresa y una buena recomendación.

Entre los conciertos de la noche, Albert amb l’Aigua al Coll abre esta jornada en el Institut del Teatre. Con ella se mantiene una línea de exploración en la programación del INVICTRO respecto de años anteriores, este que cumple su décimo aniversario programando en las fechas del Mercat. Es una propuesta joven y divertida, en la que Albert Girons asume la guitarra y la voz, mientras que Tanit Plana (o como dice Albert: l’Aigua al Coll), además de acompañamientos vocales, se encarga de experimentar con las percusiones, que van desde lo más clásico en tambores (uno de ellos cubierto con pañuelo palestino, que no creo que sea casual), a lo electrónico, aunque no desdeña tocar la estufa: un pequeño radiador eléctrico del que aprovecha todas las partes para sonorizar. Además de sus temas, incluyen algunos ajenos, por ejemplo, del valenciano Pep Laguarda o textos del estadounidense Daniel Johnston traducidos al catalán.

Ogun Afrobeat trae recuerdos de Fela Kuti, en un concierto que llena la plaça de la Catedral de Vic. La noche anterior la cosa estaba un poco más muerta en la mayoría de conciertos, pero esta noche de viernes, mucha gente ha salido a moverse, a bailar y escuchar propuestas divertidas. Tanto da temas compuestos en Nigeria, titulados en Yoruba, que otros en homenaje a la calle Salitre, del barrio madrileño de Lavapiés, porque en las dos puedes escuchar y encontrar espacios multiétnicos. Akin Onassanya, voz, batería y alma musical del grupo, canta desde el fondo del escenario, donde apenas le enfocan las luces, pero cuando se levanta con un pequeño tambor, monta su espectáculo riéndose con el público en el micrófono frontal. Buena marcha con buen trabajo de vientos y percusión, pero también de teclado, aunque en esta noche el conjunto queda un poco diluido en la sonorización que separa demasiado los canales izquierdo y derecho.

Aunque los austríacos de Lonely Driften Karen hacen unas composiciones atractivas con una buena interpretación, esta noche se me queda un tanto frío, tal vez por lo inmenso del Teatro Atlántida, porque vengo de escuchar afrobeat y porque están casi vacías las butacas. No hay calor en el público y ellos sienten que su música apenas llega a unos cuant@s espectador@s, y es una pena, porque sus temas tienen encanto y a medida que avanzan se les toma el gancho de la interpretación, pero así es esto, no todo puede funcionar en la cabeza de uno, ni todas las noches son apropiadas para cualquier estilo.

Cerrando con Gose en la inmensa carpa de El Sucre, me encuentro con más de la mitad lleno y gente dando botes en todas direcciones. Este grupo de Euskadi toca temas diversos dentro de la electrónica más cañera. No se cortan un pelo en el mensaje, porque tienen claro lo que quieren y lo que denuncian acerca de su tierra. Inés pone la voz y toca la trikitixa (un acordeón de su tierra), con una soltura increíble. Por su parte, Iñaki en la percusión y Osoron en guitarra o bajo, no son capaces de permanecer quietos. Estamos en la noche de lo teatral, y esto es más divertido que los conciertos estáticos y formales. Atent@s a las letras de Gose, porque son bien directas, que nadie se confunda, serán duras según cómo y quién las interprete, pero desde luego no dejan de plasmar lo que para ellos es su realidad (en Madrid, sin duda, el gobierno Aguirre les pondría en “cuarentena” sin pensarlo, así que espero que en breve vuelvan a ir por allí).

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