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Merecido homenaje a Jordi en su Lliure ¿para cuándo por su barrio? - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Hoy mi amigo Jordi recibirá un homenaje en el Teatre Lliure, donde tant@s amig@s, trabajo y esfuerzo compartió durante años. Parece que en estas semanas andamos con el paso cambiado, porque hace dos semanas yo estaba por allí, pero ahora mi ubicación se ha intercambiado de ciudad y, aunque me gustaría estar allí, resulta que estoy en otra punta del país. Tampoco sé si aquel sería el sitio para mí, pero sí para él. No sé por qué motivo Madrid se ha vuelto tan frío, que no escucho nada acerca de realizar otro homenaje aquí, donde ha vivido tantos años, donde fundó hogar y donde ha ido trayendo los distintos premios que recibía. Desde donde se ha empeñado en esa larga lucha contra el muro de las mentes retrógradas y del sistema, política, social y humanamente degradante al que hemos llegado. Desde donde hemos compartido tanta gente los pocos espacios comunes de debate. Desde donde se nos cae el mundo encima a quienes queremos avanzar. Aquí se entierra en vida, porque, no es que no se escuche, es que se ríen de lo que escuchan, así, a carcajada sucia.

Merecido homenaje a Jordi en su Lliure ¿para cuándo por su barrio?

Jordi Dauder
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Jordi Dauder

El actor Jordi Dauder posa con su premio Goya 2009, de la Academia Española de Cine, por la película Camino.
Foto: Julio Castro.

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Jordi Dauder

El actor Jordi Dauder posa con su premio Goya 2009, de la Academia Española de Cine, por la película Camino.
Foto: Julio Castro.

Julio Castro – La República Cultural

Hoy mi amigo Jordi recibirá un homenaje en el Teatre Lliure, donde tant@s amig@s, trabajo y esfuerzo compartió durante años. Parece que en estas semanas andamos con el paso cambiado, porque hace dos semanas yo estaba por allí, pero ahora mi ubicación se ha intercambiado de ciudad y, aunque me gustaría estar allí, resulta que estoy en otra punta del país. Tampoco sé si aquel sería el sitio para mí, pero sí para él.

No sé por qué motivo Madrid se ha vuelto tan frío, que no escucho nada acerca de realizar otro homenaje aquí, donde ha vivido tantos años, donde fundó hogar y donde ha ido trayendo los distintos premios que recibía. Desde donde se ha empeñado en esa larga lucha contra el muro de las mentes retrógradas y del sistema, política, social y humanamente degradante al que hemos llegado. Desde donde hemos compartido tanta gente los pocos espacios comunes de debate. Desde donde se nos cae el mundo encima a quienes queremos avanzar. Aquí se entierra en vida, porque, no es que no se escuche, es que se ríen de lo que escuchan, así, a carcajada sucia.

Pues bien, me parece lamentable que hasta en estos casos haya que poner la centrífuga, y enterarnos de refilón que allí, en Barcelona, se hace un homenaje. Luego vendrá alguien a decirnos que si los nacionalistas, que si las distancias… Recuerdo que hace años tampoco hubo intención de hacer homenaje a Imanol tras su desaparición desterrado y en casi en el olvido si no hubiese sido por sus amig@s y compañer@s. Afortunadamente, Carmen Peire y un grupo de gente de la música y de la vida honesta se empeñaron, y allí se hizo en el Ateneo 1º de Mayo (en Madrid, eso sí, pero con iniciativa reducida). Recuerdo que el día que murió Imanol estábamos mucha gente en Rivas Vaciamadrid, en un concierto homenaje a l@s Republicanos, ese que tampoco se ha hecho en Madrid. Andá, mira, también andaba la Peire de por medio, y también estaba allí el Dauder. Claro, y el Abuelo Labordeta con el Pastor dedicándole una canción al cantautor de Euskadi, una, casi la última (hasta el homenaje), porque ya sabíamos que estaba muy malito.

Tantas cosas habría que dedicar a esta gente que viene a Madrid a luchar y a pelear,… A luchar por un mundo mejor y diferente, a pelear por poder sobrevivir con esa carga a la espalda, tirando de la cuerda de tanta gente inmóvil. No es Jordi el único, ni mucho menos, hay otra gente, más o menos anónima, o más o menos evidente en lo que hace, y much@s no son de aquí, pero aquí han decidido establecer el frente de lucha civil.

Y hay una segunda parte, porque creo que se nos mean en la cabeza y aún pensamos que llueve. Porque entre tanto descubro de nuevo, triste e impotentemente, que cualquier cosa sirve para el lucro a costa de la gente. A raíz del fallecimiento de Jordi, como ocurrió con Quintín Cabrera, como con el Abuelo, como con otra gente, quienes no se ocuparon de ellos nunca o apenas nunca, se encuentran con que quieren ganar pasta en sus medios, vendiendo más ejemplares, ya sea en digital o en formato impreso. Así que no hay escrúpulo alguno en robar una foto por ahí, en algunos casos le cambian el color, a ver si cuela, en otros, con cortar el pie de firma es suficiente, en otros se pone en pequeñito. Recuerdo con Quintín que un espacio tan repugnante como el ABC se permitió el lujo de arramblar con una foto mía para plantarla, no muy grande, porque la pusieron ¡con bandera republicana y todo! ¿cuándo se habían ocupado de él? Jamás de los jamases, por eso nunca supieron quién era ni cómo era su cara. Con Labordeta ocurrió algo similar, porque una de las fotos que más se difunde por ahí también es una que le hice tras una entrevista en el Congreso: primero la puso la CHA en su página, cuando aún vivía (y no me importó, porque era para él), luego es como si no fuera “de nadie”, ahora cualquiera cree que puede aprovecharse de su imagen y su nombre.

Ahora es peor, porque una de las fotos de Jordi aparece por doquier, y de ella saca pasta en Internet to’ dios, desde Público hasta (puaj ¡qué asco!) Intereconomía, o sea, interfascio. Le han virado el color del jersey y creen que es otra. Es lo que tiene esto, que como no soy Teddy Bautista ni similar, los derechos de autor vuelan, y nadie sabe cómo ha sido. Es lo que tiene no cobrar derechos de autor, pero querer tener control sobre mi trabajo, que la gente es tan deshonesta que, ya vemos, nuestra imagen puede acabar en cualquier obsceno lugar sin que se pueda hacer nada (salvo que seas rico y tengas quienes les paren los pies). Y lo digo porque alguien pensará que he pasado fotos a quienes no se las pasaría, y es que con l@s amig@s no se negocia (al menos yo, no lo hago).

También en Madrid queremos que se homenajee a Jordi, y queremos que también se haga con quienes merezcan algo más que una foto o un comentario de pasada. Que robar fotos y plantarlas en determinadas cloacas no es homenaje: es escarnio que no se paga con dinero.

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