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Octavio Fraga Guerra
El artículo 47 de la Constitución Española establece un derecho que está recogido en buena parte de las cartas magnas del mundo occidental: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos."
Este fundamental apartado de la Constitución Española es uno de los ejes del derecho internacional. Es vital por la trascendencia que este tiene para el desarrollo humano. Sin embargo en tiempos de crisis, este medular capítulo sobrevive muy cuestionado. Ante la nueva entrega de los Videoactivistas de “Nuestras Voces en Movimiento”, se impone una cadena de reflexiones.
Los pilares
No es reiterativo subrayar que esta crisis la generaron los "pilares" del sistema capitalista. Los gobiernos, los parlamentos, las instituciones financieras internacionales, los bancos, las bolsas de valores, los especuladores financieros y la industria armamentística. Esta última desglosa porcentajes más que millonarios de los presupuestos de los estados, para "invertir" en muerte.
¿Cuántos de los responsables de esta crisis han sido juzgados en los tribunales del cacareado estado de derecho? ¿En qué tribunal se deberían sentar estos “líderes” de la era global?
Este artículo está siendo incumplido de manera sistemática y diaria en España. Resulta que el delincuente es el pueblo. Usted no paga su hipoteca y su destino futuro es la calle. Eso sí, usted ha ganado para sus posesiones inmateriales una categoría sociológica mediática muy “relevante”. Usted es un desahuciado.
El desahuciado-delincuente
No importa que usted no haya sido el responsable de esta crisis. No importa que usted haya trabajado bien duro para construir ese estado de bienestar que los "pilares" le habían asegurado que iba "viento en popa y a toda vela". “Ahora es el momento de apretarse el cinturón”. “Nos toca a todos hacer urgentes sacrificios para salir de la crisis en la que los pilares nos han metido”.
Usted tiene que "confiar" en los gobiernos, en las instituciones financieras internacionales, en los bancos, en las bolsas de valores, en los especuladores financieros y en la industria armamentística. Esa que nos garantiza que el "eje del mal" no se extenderá por nuestra casa, por nuestra incólume sociedad. Por eso nos piden que hagamos más sacrificios para que nuestros “patriotas soldados” cumplan las misiones que los “pilares” les han de encargar en los próximos meses o años. Guerras fratricidas, genocidas, injustas. Conflictos bélicos sacados de la manga como si de magos se tratase.
Deberá entender usted que como ha entrado en el paro y además el gobierno le ha eliminado la ayuda económica ante su "anormal situación", pues la prioridad Número Uno es disminuir el déficit. Nos vemos "obligados" a desahuciarle de su casa ante su morosidad por el adeudo de su hipoteca ante el banco, que “generosamente” le ha concedido un préstamo.
Ahora bien, si su comportamiento ante la labor “cívica y jurídica” de las ley se extralimita, por la ocurrencia de exigir su permanencia en la vivienda que ocupa de manera “ilegal”, nos veremos obligados a utilizar la fuerza y aplicar las leyes establecidas por “el estado de derecho”.
En este caso usted puede pasar de la categoría de desahuciado a la de delincuente. Obviamente para estas situaciones, el “estado de derecho” tiene instrumentada una serie de sanciones y penas ante situaciones como éstas.
Usted no se quedará desamparado. El estado le “proporcionará” un espacio habitable, como establece la constitución en su artículo 47: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.
Ese lugar cívico y primermundista que el “estado de derecho” le ofertará serán (entre otros), un centro de acogida por tiempo limitado, un parque periférico y chabolista, la parte baja de un puente donde podrá resguardarse, una estación de tren o autobús. En fin una variada y “bien pensada” suma de alternativas, ante la situación que usted tiene, pues no ha sido capaz de solventar ante las entidades bancarias.
La ciencia ficción
“El gobierno convocará de manera sistemática a la ciudadanía, para dialogar y discutir en colectivo los pasos a seguir para gestionar la crisis”.
“Las autoridades en conjunto con las organizaciones sociales estudiarán e instrumentarán un grupo de medidas para materializar el Artículo 47, recogido en la Constitución Española”.
“Será la ciudadanía, junto a las instituciones de gobierno nacionales, regionales y locales vinculadas a este tema, las que aplicarán las acciones necesarias para el estricto cumplimiento del artículo 47 de la Constitución Española”.
El Video
Los videoactivistas de Nuestras voces en movimiento (una vez más), tocan las fibras de un tema que trasciende lo banal. Estamos ante un asunto de futuro. Contar con una vivienda adecuada es propiciar el desarrollo espiritual de hombre y mujeres o de iguales sexos, que han decidido construir una familia.
Otro inmueble ha sido ocupado, una edificación dejada en la burbuja para la especulación financiera. Los indignados han decidido tomarla para paliar las necesidades de personas desahuciadas.
Las escenas parecen tomadas de películas policiales norteamericanas. Un despliegue de los mossos d’esquadra acordona el edificio para desalojar la solidaridad, donde la resistencia adquiere hermosos matices simbólicos.
El paso de personas que se agolpan alrededor de los mossos destilan ira, cabreo e indignación ante la brutalidad y el sinsentido de las fuerzas del orden que cumplen el mandato de los “pilares”.
La cámara toma detalles, disecciona en cada uno de los capítulos de esta historia que tiene partes y no los muestra como un todo. Como un acto desvergonzado de las autoridades que leen la Constitución con otras gafas, con las de ver de lejos.
En esta obra audiovisual de atinado discurso, se pone en primer plano las confesiones de personas víctimas de la brutalidad y la prepotencia de los gobernantes que hacen oídos sordos a los reclamos de los hombres y mujeres que hablan y luchan por un mundo mejor.
Salen de los edificios ocupados con lo puesto, con lo que la vida les ha dejado tener como posesiones. Unas mantas para el helador frio de las próximas navidades que apuntan a poner los termómetros en cifras record. Cacerolas para las comidas de las tardes. Y las mochilas con las que han de cargar lo mínimo para ir peregrinando hacia otros derroteros.
En este video de valor cronológico se percibe muy bien los modos en que las autoridades hacen cumplir el artículo 47 de la Constitución Española. La verdad está escrita en este “filme documental”, que desde la síntesis hace del encabezamiento, el nudo y el desenlace, un retrato certero de los “paradigmas del estado de bienestar”.
¿Cuántas personas han de ser desahuciadas para que la sociedad entienda los pastos que va sembrando el capitalismo ante la disyuntiva de su derrota? ¿Cuánto dolor irán sumando para que la humanidad entienda que ha sido convocada para hacer su labor ante la sordera de los “pilares”?
La indignación no es un movimiento pasajero traído para la ocasión. Es un acto de sinceridad ante la brutalidad de los gobiernos, los parlamentos, las instituciones financieras internacionales, los bancos, las bolsas de valores, los especuladores financieros y la industria armamentística.
