Manuel López Millán - La República Cultural
Cuando me invitaron a descargar este primer disco de Los Cuantos desde su “Bandcamp” (ojo, totalmente gratuito y licenciado por la formación) me lo vendieron como un disco de Rock. Pero, para mi sorpresa, los acordes que escondía se movían entre el Blues y la Psicodelia, entre el Rock más típico de la América profunda y el eclecticismo más variado que una ciudad como Madrid puede dar, entre el virtuosismo de buenos músicos y la furia contenida de un quinteto que sabe como quiere sonar pero que lo hace liberándose en un viaje que suena pseudo-improvisado y sencillo.
Pese a ello, sin duda, todo el recorrido lo hacen de la mano del Rock. Del Rock de corte más clásico al que han ido añadiendo matices de esas referencias que todos tenemos. Bases de batería que animan a mantener el esqueleto en movimiento sobre el que las guitarras empiezan a romper acordes (acompasados y descoordinados) explotando en la Psicodelia que mencionaba previamente. La voz, los coros, el teclado y la puntual trompeta acusan esto y a veces reconducen al resto de instrumentos hacia tonalidades más Blues a placer.
Javier Colis es, a mi parecer, el centro de la formación. Muy buenas formaciones han pasado por las cuerdas de su guitarra y el encontrarse ahora con Kim Warsen (voz y trompeta) le ha permitido probar nuevas sensaciones. Cosa que han logrado gracias a la compañía de Julen Palacios (guitarras), Adrián Ceballos (batería) y Gloria March (teclados). Una formación sin bajo propiamente dicho, por lo que asientan los acordes más en teclado y la voz antes de caer sobre los bombos. Curiosa técnica que elimina la rítmica de este instrumento y descompasa el ritmo de los que os acerquéis a escuchar este largo.
Un trabajo de nueve pistas que sirve como perfecta presentación de un sonido bastante único nacido de tantas fuentes como os podáis atrever a buscar. Especialmente interesantes son a mi gusto los cortes de His Eyes Keep Moving Towards Her (que sin ser innovador resulta un tema precioso), Love Love Love (machacona y trepidante) o Hang Me High Lord (donde explota el sonido Los Cuantos).